Morat: volver a sentir la alegría de un concierto en vivo
La agrupación colombiana lanzó “Tour balas perdidas en Madrid”, video que registra el concierto con el que finalizaron la gira en diciembre de 2019. Luego de un año en que todo paró y se enfrentaron al coronavirus, están listos para seguir haciendo música en compañía de sus seguidores.
Lilian Contreras Fajardo
El 15 de diciembre de 2019 Morat estaba en el mejor momento de su carrera. Por lo menos así lo asegura Juan Pablo Isaza durante la conversación en la que promociona el concierto Balas perdidas en Madrid, que desde el viernes 26 de marzo está disponible en Amazon Prime Video.
“Todo era todo muy bulloso, muy saltado. Mal que bien, venimos de un año en el que se bajaron los humos un montón y mi percepción (sobre el concierto) era la de estar en el mejor momento de mi carrera”, recalca.
No es para menos. Esa noche en Madrid (España) la agrupación colombiana cerró la gira de su segundo trabajo discográfico (Balas perdidas) ante 150.000 almas que cantaron, saltaron, rieron y lloraron en el escenario WiZink Center.
El espectáculo —que duró casi dos horas y contó con la participación de Aitana, Cali y el Dandee, Antonio José y Cami— fue grabado en directo.
En ese entonces, aseguran los músicos, no sabían cómo lo iban a lanzar o proyectar, pero querían capturar ese momento especial para la posteridad y así ir construyendo la memoria del trabajo que ya casi cumple una década.
“Ver el concierto y la grabación solo nos hace pensar que ya queremos que llegue el momento de poder volver sentirnos así”, dice Isaza, el vocalista de la banda.
Para Martín Vargas, Morat: Tour balas perdidas en Madrid refleja lo entregados que estaban a la gira, a cerrarla con un espectáculo inolvidable y a las fanáticas, que llenaron el recinto madrileño y corearon cada una de las canciones entonadas.
“Algo de lo que sí somos conscientes y que realmente valoramos muchísimo es la fidelidad de nuestros fans y de quienes escuchan nuestra música, porque cuando hacemos conciertos eso se ve reflejado… la gente va, la gente salta, la gente canta”, comenta el baterista.
La pandemia, por supuesto, cambió la vida de Morat, no solo porque se enfrentaron directamente al coronavirus, sino porque debieron adoptar nuevas medidas para hacer música y relacionarse con las seguidoras. Aunque ninguno de los integrantes supera los treinta años, no eran frecuentes usuarios de redes sociales, pero el confinamiento los obligó a estar más presentes en el mundo digital para no perder todo lo cosechado.
Ese trabajo “nos abrió la cabeza, al darnos cuenta de lo increíble que es y lo mucho que se puede hacer”, argumenta Simón Vargas, quien añade que en el último año “los fans hicieron un video musical con nosotros y hace unos días hicimos una dinámica para que escogieran qué canción debe salir”.
Que Morat: Tour balas perdidas en Madrid esté disponible en Amazon Prime Video los llena de orgullo porque, en palabras de Isaza, es un sueño hecho realidad.
“Todo lo que pasa en nuestras vidas siempre lo soñamos, pero nos está pasando muy pronto”, dice el músico.
El éxito siempre ha sido un aliado de Morat, un grupo que empezó a tocar en bares bogotanos hasta que fue fichado por Universal Music España. Ahí cambió la vida para ellos, pero lo cierto es que con cada meta que cumplen cambia algo: son de los pocos grupos que llenan escenarios y ahora se suman a la lista de artistas jóvenes que tienen su audiovisual.
Para que la fama no les levante los pies de la tierra, como dice Simón, saben que es fundamental respetar la amistad que los une desde los cinco años. Martín lo respalda y sostiene que el hecho de que siempre estén los cuatro permite una relación sana que fomenta el apoyo incondicional y la tranquilidad necesaria para asumir los logros y la felicidad.
Por otra parte, Juan Pablo Villamil añade que se han esforzado por mantener, en lo posible, la compañía de amigos y familiares, y estar lejos de los lujos y excesos.
“Evidentemente algo ha cambiado, es inevitable, pero hemos logrado mantener una vida normal vs. el trabajo al que nos dedicamos”, comenta Isaza.
Todos coinciden en que cuando formaron Morat querían hacer música y que ese objetivo sigue vigente, por lo que se siguen emocionando cuando compran cables o les cambian las cuerdas a las guitarras.
“Lo demás es un añadido espectacular, pero que no es el motivo, y eso permite que uno esté mucho más aterrizado”, asegura Simón Vargas.
Ahora que reviven lo que sentían hace un año y medio, no dudan de que quieren seguir enfocados en el proyecto musical.
Cuando se les pregunta por el futuro, responden que no tienen metas claras más allá de permanecer juntos los cuatro, porque parte importante de gozar el trabajo es vivir el presente y dejar espacio para la incertidumbre.
Sin embargo, anuncian que hace poco llegaron de Los Ángeles (Estados Unidos), donde realizaron una sesión de grabación larga que, básicamente, será otro disco. Ahí quedará plasmado el cambio que la pandemia y la vida misma plasma en los integrantes de Morat, quienes están ansiosos de seguir trazando su línea de evolución.
El 15 de diciembre de 2019 Morat estaba en el mejor momento de su carrera. Por lo menos así lo asegura Juan Pablo Isaza durante la conversación en la que promociona el concierto Balas perdidas en Madrid, que desde el viernes 26 de marzo está disponible en Amazon Prime Video.
“Todo era todo muy bulloso, muy saltado. Mal que bien, venimos de un año en el que se bajaron los humos un montón y mi percepción (sobre el concierto) era la de estar en el mejor momento de mi carrera”, recalca.
No es para menos. Esa noche en Madrid (España) la agrupación colombiana cerró la gira de su segundo trabajo discográfico (Balas perdidas) ante 150.000 almas que cantaron, saltaron, rieron y lloraron en el escenario WiZink Center.
El espectáculo —que duró casi dos horas y contó con la participación de Aitana, Cali y el Dandee, Antonio José y Cami— fue grabado en directo.
En ese entonces, aseguran los músicos, no sabían cómo lo iban a lanzar o proyectar, pero querían capturar ese momento especial para la posteridad y así ir construyendo la memoria del trabajo que ya casi cumple una década.
“Ver el concierto y la grabación solo nos hace pensar que ya queremos que llegue el momento de poder volver sentirnos así”, dice Isaza, el vocalista de la banda.
Para Martín Vargas, Morat: Tour balas perdidas en Madrid refleja lo entregados que estaban a la gira, a cerrarla con un espectáculo inolvidable y a las fanáticas, que llenaron el recinto madrileño y corearon cada una de las canciones entonadas.
“Algo de lo que sí somos conscientes y que realmente valoramos muchísimo es la fidelidad de nuestros fans y de quienes escuchan nuestra música, porque cuando hacemos conciertos eso se ve reflejado… la gente va, la gente salta, la gente canta”, comenta el baterista.
La pandemia, por supuesto, cambió la vida de Morat, no solo porque se enfrentaron directamente al coronavirus, sino porque debieron adoptar nuevas medidas para hacer música y relacionarse con las seguidoras. Aunque ninguno de los integrantes supera los treinta años, no eran frecuentes usuarios de redes sociales, pero el confinamiento los obligó a estar más presentes en el mundo digital para no perder todo lo cosechado.
Ese trabajo “nos abrió la cabeza, al darnos cuenta de lo increíble que es y lo mucho que se puede hacer”, argumenta Simón Vargas, quien añade que en el último año “los fans hicieron un video musical con nosotros y hace unos días hicimos una dinámica para que escogieran qué canción debe salir”.
Que Morat: Tour balas perdidas en Madrid esté disponible en Amazon Prime Video los llena de orgullo porque, en palabras de Isaza, es un sueño hecho realidad.
“Todo lo que pasa en nuestras vidas siempre lo soñamos, pero nos está pasando muy pronto”, dice el músico.
El éxito siempre ha sido un aliado de Morat, un grupo que empezó a tocar en bares bogotanos hasta que fue fichado por Universal Music España. Ahí cambió la vida para ellos, pero lo cierto es que con cada meta que cumplen cambia algo: son de los pocos grupos que llenan escenarios y ahora se suman a la lista de artistas jóvenes que tienen su audiovisual.
Para que la fama no les levante los pies de la tierra, como dice Simón, saben que es fundamental respetar la amistad que los une desde los cinco años. Martín lo respalda y sostiene que el hecho de que siempre estén los cuatro permite una relación sana que fomenta el apoyo incondicional y la tranquilidad necesaria para asumir los logros y la felicidad.
Por otra parte, Juan Pablo Villamil añade que se han esforzado por mantener, en lo posible, la compañía de amigos y familiares, y estar lejos de los lujos y excesos.
“Evidentemente algo ha cambiado, es inevitable, pero hemos logrado mantener una vida normal vs. el trabajo al que nos dedicamos”, comenta Isaza.
Todos coinciden en que cuando formaron Morat querían hacer música y que ese objetivo sigue vigente, por lo que se siguen emocionando cuando compran cables o les cambian las cuerdas a las guitarras.
“Lo demás es un añadido espectacular, pero que no es el motivo, y eso permite que uno esté mucho más aterrizado”, asegura Simón Vargas.
Ahora que reviven lo que sentían hace un año y medio, no dudan de que quieren seguir enfocados en el proyecto musical.
Cuando se les pregunta por el futuro, responden que no tienen metas claras más allá de permanecer juntos los cuatro, porque parte importante de gozar el trabajo es vivir el presente y dejar espacio para la incertidumbre.
Sin embargo, anuncian que hace poco llegaron de Los Ángeles (Estados Unidos), donde realizaron una sesión de grabación larga que, básicamente, será otro disco. Ahí quedará plasmado el cambio que la pandemia y la vida misma plasma en los integrantes de Morat, quienes están ansiosos de seguir trazando su línea de evolución.