Cuando Egidio Cuadrado conquistó las Vegas con su acordeón
El acordeonero falleció este lunes a los71 años. Recordamos este texto que se escribió cuando la Academia de Latin Grammy le entregó en 2021 un reconocimiento a su extensa carrera, su apoyo por el folclor latinoamericano y los éxitos musicales en los que trabajó durante más de seis décadas.
Félix Carrillo Hinojosa*
Detrás de las grandes conquistas artísticas que encierra la música vallenata hay unas historias llenas de alegría y otras de tristeza, que son pasos casi que obligados para la construcción de las varias caras que tienen la gloria y el fracaso. La de este personaje no lo es menos. Le entregó su vida a la ejecución del acordeón durante más de seis décadas.
Tan cierto es, que la Academia Latina de la Grabación, el ente que organiza el premio Grammy, reconoció su trabajo cultural a través de su consejo, que determinó entregarle el 17 de noviembre del 2021 el Grammy a la excelencia artística a Egidio Cuadrado Hinojosa.
Todas sus conquistas artísticas nos llevan a mirar hacia el 26 de febrero de 1953, cuando la vida de Cristina Hinojosa estaba en peligro y fue llevada de urgencia al hospital de Villanueva, población de La Guajira. Allí fue atendida por los médicos Martínez y Fuscaldo, quienes al examinarla determinaron que el tifo en grado extremo que padecía ponía en riesgo su vida y su criatura, de casi siete meses. Los especialistas estaban en la disyuntiva de salvarla a ella y no al bebé. Eran pocos los minutos que tenían para decidir. Al final, corrieron el riesgo de salvarlos a los dos. La fragilidad del recién nacido y el tratamiento al que fue sometida hicieron de la madre y el hijo una sola vida.
Cuando Egidio Cuadrado tenía seis años, cada vez que su hermano Hugues se iba para la sierra, corría al sitio donde dejaba guardado su acordeón de dos hileras. Lo bajaba de donde estaba guindado y empezaba a hablar con él. Mientras escuchaba la radio que ponía música vallenata, él se parapetaba a la usanza de un juglar y empezaba su sonsonete de siempre. Así aprendió a repetir las melodías hasta el cansancio de La múcura, La piña madura y Así soy yo.
Su primer conjunto lo organizó cuando tenía doce años, al lado de Carlos Rivera y sus hermanos Carlos, José y Hugues, quienes tocaban las maracas y el redoblante, en remplazo de la guacharaca y la caja. Ahí fue donde comprendió que su destino estaba vinculado al llamado de los sonidos del acordeón.
En los años 70, su casa se volvió un punto de encuentro musical. Allí llegaban personas de todas las edades, en busca de ser escuchados como compositores y cantantes. Entre ellos, llegó un jovencito de Carrizal, con quien lo unían lazos familiares. Era Diomedes Díaz Maestre, con quien inició un periplo interminable de ensayos, en donde los días le daban paso a las noches, como único medio para buscar la afinación, los arreglos perfectos y la canción adecuada y montar así su proyecto musical.
Un año después de fallecer su madre, Cristina Hinojosa, en 1977, decidió irse para Bogotá en busca de mejores horizontes. Fue el primer acordeonero que le brindó la oportunidad de grabar a Iván Villazón, en 1979.
En una parranda organizada por Enrique Santos Calderón, director en ese entonces de El Tiempo, llegaron Margarita Rosa de Francisco y Carlos Vives, protagonistas de la novela Gallito Ramírez. Su hermano Heber le pidió al actor que cantara con ellos. Con El cantor de Fonseca y Ausencia, comenzó lo que se conoció más adelante como La Provincia, un proyecto que revolucionó el mundo vallenato dentro y fuera del territorio nuestro. A la serie Escalona llegó por insinuación del expresidente Alfonso López Michelsen, donde, además de tocar la música del reconocido autor, fue actor de reparto.
Tras actuar juntos en la serie Escalona, de Caracol Televisión, bajo las indicaciones del director Sergio Cabrera, en 1990, grabó junto a Carlos Vives dos producciones musicales vallenatas con Sony Music; Escalona: un canto a la vida, en 1991, y luego Escalona Volumen 2.
Tras el éxito alcanzado por la producción y su popularidad interpretando al compositor Rafael Escalona, Carlos Vives decidió crear un grupo de música vallenata con fusiones de rock y pop, dando vida a la agrupación La Provincia, del que es base fundamental el acordeón de Egidio Cuadrado. Ante la no aceptación por parte de la empresa para la que habían hecho los dos productos musicales, en 1994, grabaron el álbum Clásicos de La Provincia bajo el sello Sonolux (Colombia) y Discos Philips-Polygram (Internacional).
La historia discográfica de Egidio Cuadrado Hinojosa comenzó en 1977 y no ha parado, así como sus reconocimientos. En la actualidad, grabó un producto musical en el que canta al lado de varios artistas reconocidos: Carlos Vives, Gusi, Jorge Celedón, con nueve obras de su autoría: El don que Dios me dio, Contigo vivo contento y Las verdes y las maduras, así como Esperanza, de Rafael Escalona; La espina, de Gustavo Gutiérrez, y Aún te quiero, de Daniel Celedón. Para este registro, Cuadrado tuvo la producción de Luis Ángel Pastor el Papa y todo el elenco de La Provincia.
Cuando se enteró de la distinción que la Academia le otorgó, Egidio Cuadrado manifestó, “Este reconocimiento que me hace la Academia y este regalo que Dios me da me llena de mucha satisfacción. Es un sueño hecho realidad. El acordeón es todo para mí, siempre lo llevaré en el corazón a los lugares que vaya. Se lo dedico a la música vallenata, que es todo para mí”.
En relación con este Grammy a la excelencia, Gabriel Abaroa Jr. expresó, “Es un gran honor brindarle reconocimiento a este notable grupo de artistas legendarios, pero a la vez muy activos con el Premio a la Excelencia Musical y el Premio del Consejo Directivo de este año. Sus sobresalientes logros han creado un legado en el mundo de la música latina que trasciende generaciones y fronteras”.
*Escritor, periodista, compositor, productor musical y gestor cultural.
Detrás de las grandes conquistas artísticas que encierra la música vallenata hay unas historias llenas de alegría y otras de tristeza, que son pasos casi que obligados para la construcción de las varias caras que tienen la gloria y el fracaso. La de este personaje no lo es menos. Le entregó su vida a la ejecución del acordeón durante más de seis décadas.
Tan cierto es, que la Academia Latina de la Grabación, el ente que organiza el premio Grammy, reconoció su trabajo cultural a través de su consejo, que determinó entregarle el 17 de noviembre del 2021 el Grammy a la excelencia artística a Egidio Cuadrado Hinojosa.
Todas sus conquistas artísticas nos llevan a mirar hacia el 26 de febrero de 1953, cuando la vida de Cristina Hinojosa estaba en peligro y fue llevada de urgencia al hospital de Villanueva, población de La Guajira. Allí fue atendida por los médicos Martínez y Fuscaldo, quienes al examinarla determinaron que el tifo en grado extremo que padecía ponía en riesgo su vida y su criatura, de casi siete meses. Los especialistas estaban en la disyuntiva de salvarla a ella y no al bebé. Eran pocos los minutos que tenían para decidir. Al final, corrieron el riesgo de salvarlos a los dos. La fragilidad del recién nacido y el tratamiento al que fue sometida hicieron de la madre y el hijo una sola vida.
Cuando Egidio Cuadrado tenía seis años, cada vez que su hermano Hugues se iba para la sierra, corría al sitio donde dejaba guardado su acordeón de dos hileras. Lo bajaba de donde estaba guindado y empezaba a hablar con él. Mientras escuchaba la radio que ponía música vallenata, él se parapetaba a la usanza de un juglar y empezaba su sonsonete de siempre. Así aprendió a repetir las melodías hasta el cansancio de La múcura, La piña madura y Así soy yo.
Su primer conjunto lo organizó cuando tenía doce años, al lado de Carlos Rivera y sus hermanos Carlos, José y Hugues, quienes tocaban las maracas y el redoblante, en remplazo de la guacharaca y la caja. Ahí fue donde comprendió que su destino estaba vinculado al llamado de los sonidos del acordeón.
En los años 70, su casa se volvió un punto de encuentro musical. Allí llegaban personas de todas las edades, en busca de ser escuchados como compositores y cantantes. Entre ellos, llegó un jovencito de Carrizal, con quien lo unían lazos familiares. Era Diomedes Díaz Maestre, con quien inició un periplo interminable de ensayos, en donde los días le daban paso a las noches, como único medio para buscar la afinación, los arreglos perfectos y la canción adecuada y montar así su proyecto musical.
Un año después de fallecer su madre, Cristina Hinojosa, en 1977, decidió irse para Bogotá en busca de mejores horizontes. Fue el primer acordeonero que le brindó la oportunidad de grabar a Iván Villazón, en 1979.
En una parranda organizada por Enrique Santos Calderón, director en ese entonces de El Tiempo, llegaron Margarita Rosa de Francisco y Carlos Vives, protagonistas de la novela Gallito Ramírez. Su hermano Heber le pidió al actor que cantara con ellos. Con El cantor de Fonseca y Ausencia, comenzó lo que se conoció más adelante como La Provincia, un proyecto que revolucionó el mundo vallenato dentro y fuera del territorio nuestro. A la serie Escalona llegó por insinuación del expresidente Alfonso López Michelsen, donde, además de tocar la música del reconocido autor, fue actor de reparto.
Tras actuar juntos en la serie Escalona, de Caracol Televisión, bajo las indicaciones del director Sergio Cabrera, en 1990, grabó junto a Carlos Vives dos producciones musicales vallenatas con Sony Music; Escalona: un canto a la vida, en 1991, y luego Escalona Volumen 2.
Tras el éxito alcanzado por la producción y su popularidad interpretando al compositor Rafael Escalona, Carlos Vives decidió crear un grupo de música vallenata con fusiones de rock y pop, dando vida a la agrupación La Provincia, del que es base fundamental el acordeón de Egidio Cuadrado. Ante la no aceptación por parte de la empresa para la que habían hecho los dos productos musicales, en 1994, grabaron el álbum Clásicos de La Provincia bajo el sello Sonolux (Colombia) y Discos Philips-Polygram (Internacional).
La historia discográfica de Egidio Cuadrado Hinojosa comenzó en 1977 y no ha parado, así como sus reconocimientos. En la actualidad, grabó un producto musical en el que canta al lado de varios artistas reconocidos: Carlos Vives, Gusi, Jorge Celedón, con nueve obras de su autoría: El don que Dios me dio, Contigo vivo contento y Las verdes y las maduras, así como Esperanza, de Rafael Escalona; La espina, de Gustavo Gutiérrez, y Aún te quiero, de Daniel Celedón. Para este registro, Cuadrado tuvo la producción de Luis Ángel Pastor el Papa y todo el elenco de La Provincia.
Cuando se enteró de la distinción que la Academia le otorgó, Egidio Cuadrado manifestó, “Este reconocimiento que me hace la Academia y este regalo que Dios me da me llena de mucha satisfacción. Es un sueño hecho realidad. El acordeón es todo para mí, siempre lo llevaré en el corazón a los lugares que vaya. Se lo dedico a la música vallenata, que es todo para mí”.
En relación con este Grammy a la excelencia, Gabriel Abaroa Jr. expresó, “Es un gran honor brindarle reconocimiento a este notable grupo de artistas legendarios, pero a la vez muy activos con el Premio a la Excelencia Musical y el Premio del Consejo Directivo de este año. Sus sobresalientes logros han creado un legado en el mundo de la música latina que trasciende generaciones y fronteras”.
*Escritor, periodista, compositor, productor musical y gestor cultural.