Natti Natasha, reguetón femenino sin filtros
La artista dominicana es una de las abanderadas de las nuevas expresiones del género urbano, que buscan derribar estereotipos y hablar sin tapujos.
Karen Juliete Rojas Gaitán
“Muchas personas no creían en la música urbana creada por mujeres, porque tienen la mente muy cerrada, pero es respetable; entonces sentí que debía ser esa voz de las mujeres. Y es el momento de darles el mismo apoyo a mujeres y hombres”, dijo Natti Natasha, una de las artistas más importantes del reguetón de la actualidad.
El género urbano ha llegado a todos los rincones del mundo y ha ganado terreno en grandes festivales de música, como el Coachella, New Orleans Jazz and Heritage Festival, Tomorrowland y Lollapalooza en París.
Desde hace varios años en el género urbano se ha dado la inclusión de las mujeres, en un escenario que era exclusivamente de hombres y que en su evolución ha recibido muchas críticas, porque sus letras tienen alto contenido sexista, además de ser clasificado como un género machista.
La ruptura del esquema de ser un género exclusivo de hombres se dio en 2003, cuando Ivy Queen lanzó Quiero bailar, canción que se ha convertido en un himno del empoderamiento femenino por su contenido y con el que comenzó abrirse paso en una industria dominada por el sexo masculino.
Ahora el panorama ha cambiado, ya que podemos encontrar muchas más mujeres interpretando este género, como Becky G, Natti Natasha, Anitta, Karol G, Greeicy Rendón y Farina, entre otras. “Antes éramos un 0 % y ahora somos un poco más y la única manera de que esto siga ocurriendo y que no sea algo pasajero es que nos colaboremos entre nosotras. Además, cada artista tiene su propio color y aporte”, manifestó Natti Natasha, quien inició su carrera musical en 2012, cuando participó en la creación del álbum Love is Pain, dirigido por Don Omar, uno de sus mentores.
Sin embargo, las voces femeninas han dado grandes batallas contra los estigmas, estereotipos y el poco respaldo de la industria, ya que se creía que era un ritmo de hombres. “Cuando estaba tratando de mostrar mi trabajo, me decían que no, porque mis discos no iban a vender, ya que no era material para el público, pero esas respuestas no me limitaron. No acepté los comentarios de que por ser mujer no podía cantar este género”, contó Natti Natasha.
La inclusión de las mujeres dentro del género ha venido cambiando la mentalidad y la forma de ver muchas situaciones que ahora son cotidianas; además, la evolución del reguetón ha cambiado el rol de hombres y mujeres en las canciones, y es que en muchas de las interpretaciones se habla acerca de la apropiación del cuerpo femenino, la sexualidad, la voluntad y su iniciativa en situaciones que eran exclusivamente masculinas.
El cambio que ha tenido el reguetón con la inclusión de las mujeres dentro de la industria no se puede tomar como un hecho sin trascendencia, debido a que las letras y canciones interpretadas por mujeres y para mujeres han ayudado a acabar con el estigma de que es música que ve y muestra a las mujeres como un objeto sexual.
Por su parte, Natti Natasha dijo que “ser mujer no significa que no pasemos por situaciones similares a las de los hombres, además siento que durante mucho tiempo no se les daba el mérito que merecían a los éxitos y triunfos de las mujeres dentro de cualquier campo de trabajo. La idea es que vean nuestras capacidades”.
Uno de sus grandes aportes femeninos es el hecho de hablar de sexo, y según la feminista Catalina Ruiz-Navarro, el reguetón no necesariamente es sometimiento e indicó en la revista i-D que “en un contexto cultural en el que las mujeres solo podemos hablar de sexo de manera solapada (diciendo “hacer el amor” y otras cursilerías) el perreo es uno de esos paréntesis en donde mujeres de todas las clases, colores y pudores se dan permiso de ser seres sexuales”.
Natti Natasha aseguró que “las mujeres del género brindamos sensualidad, coqueteo y conquista, entonces podemos ofrecer nuestra perspectiva y que las mujeres se sientan identificadas”.
Dentro del mismo género urbano se han abierto espacios para la realización de canciones y colaboraciones entre artistas ya consolidados y la nueva generación de voces femeninas, lo que amplía aun más el panorama tanto dentro de la industria como en el público, y esto ayuda a que las disqueras den más espacio comercial y apoyo a las nuevas artistas de reguetón.
“Me incliné por el reguetón porque sentí que todas las cosas que quería expresar sin filtro me lo permitía hacer este género. Y en tiempos pasados las mujeres solo cantaban baladas, música romántica y todo muy rosa. Me sentía libre expresándome con el reguetón”, comentó la artista, que está promocionado su álbum IlumiNATTI, que tiene alto contenido de empoderamiento femenino en cada una de sus canciones.
Las exponentes del género urbano han ayudado con sus letras e interpretaciones a expresar la liberación femenina y aportar en el crecimiento del feminismo en todas las generaciones. Además de ayudar a romper con el esquema de que el reguetón es machista y, que solo los hombres pueden hablar abiertamente de algunos temas, lo que indica que no se trata solo de una revolución en la industria del género sino en todos los ámbitos sociales.
“Muchas personas no creían en la música urbana creada por mujeres, porque tienen la mente muy cerrada, pero es respetable; entonces sentí que debía ser esa voz de las mujeres. Y es el momento de darles el mismo apoyo a mujeres y hombres”, dijo Natti Natasha, una de las artistas más importantes del reguetón de la actualidad.
El género urbano ha llegado a todos los rincones del mundo y ha ganado terreno en grandes festivales de música, como el Coachella, New Orleans Jazz and Heritage Festival, Tomorrowland y Lollapalooza en París.
Desde hace varios años en el género urbano se ha dado la inclusión de las mujeres, en un escenario que era exclusivamente de hombres y que en su evolución ha recibido muchas críticas, porque sus letras tienen alto contenido sexista, además de ser clasificado como un género machista.
La ruptura del esquema de ser un género exclusivo de hombres se dio en 2003, cuando Ivy Queen lanzó Quiero bailar, canción que se ha convertido en un himno del empoderamiento femenino por su contenido y con el que comenzó abrirse paso en una industria dominada por el sexo masculino.
Ahora el panorama ha cambiado, ya que podemos encontrar muchas más mujeres interpretando este género, como Becky G, Natti Natasha, Anitta, Karol G, Greeicy Rendón y Farina, entre otras. “Antes éramos un 0 % y ahora somos un poco más y la única manera de que esto siga ocurriendo y que no sea algo pasajero es que nos colaboremos entre nosotras. Además, cada artista tiene su propio color y aporte”, manifestó Natti Natasha, quien inició su carrera musical en 2012, cuando participó en la creación del álbum Love is Pain, dirigido por Don Omar, uno de sus mentores.
Sin embargo, las voces femeninas han dado grandes batallas contra los estigmas, estereotipos y el poco respaldo de la industria, ya que se creía que era un ritmo de hombres. “Cuando estaba tratando de mostrar mi trabajo, me decían que no, porque mis discos no iban a vender, ya que no era material para el público, pero esas respuestas no me limitaron. No acepté los comentarios de que por ser mujer no podía cantar este género”, contó Natti Natasha.
La inclusión de las mujeres dentro del género ha venido cambiando la mentalidad y la forma de ver muchas situaciones que ahora son cotidianas; además, la evolución del reguetón ha cambiado el rol de hombres y mujeres en las canciones, y es que en muchas de las interpretaciones se habla acerca de la apropiación del cuerpo femenino, la sexualidad, la voluntad y su iniciativa en situaciones que eran exclusivamente masculinas.
El cambio que ha tenido el reguetón con la inclusión de las mujeres dentro de la industria no se puede tomar como un hecho sin trascendencia, debido a que las letras y canciones interpretadas por mujeres y para mujeres han ayudado a acabar con el estigma de que es música que ve y muestra a las mujeres como un objeto sexual.
Por su parte, Natti Natasha dijo que “ser mujer no significa que no pasemos por situaciones similares a las de los hombres, además siento que durante mucho tiempo no se les daba el mérito que merecían a los éxitos y triunfos de las mujeres dentro de cualquier campo de trabajo. La idea es que vean nuestras capacidades”.
Uno de sus grandes aportes femeninos es el hecho de hablar de sexo, y según la feminista Catalina Ruiz-Navarro, el reguetón no necesariamente es sometimiento e indicó en la revista i-D que “en un contexto cultural en el que las mujeres solo podemos hablar de sexo de manera solapada (diciendo “hacer el amor” y otras cursilerías) el perreo es uno de esos paréntesis en donde mujeres de todas las clases, colores y pudores se dan permiso de ser seres sexuales”.
Natti Natasha aseguró que “las mujeres del género brindamos sensualidad, coqueteo y conquista, entonces podemos ofrecer nuestra perspectiva y que las mujeres se sientan identificadas”.
Dentro del mismo género urbano se han abierto espacios para la realización de canciones y colaboraciones entre artistas ya consolidados y la nueva generación de voces femeninas, lo que amplía aun más el panorama tanto dentro de la industria como en el público, y esto ayuda a que las disqueras den más espacio comercial y apoyo a las nuevas artistas de reguetón.
“Me incliné por el reguetón porque sentí que todas las cosas que quería expresar sin filtro me lo permitía hacer este género. Y en tiempos pasados las mujeres solo cantaban baladas, música romántica y todo muy rosa. Me sentía libre expresándome con el reguetón”, comentó la artista, que está promocionado su álbum IlumiNATTI, que tiene alto contenido de empoderamiento femenino en cada una de sus canciones.
Las exponentes del género urbano han ayudado con sus letras e interpretaciones a expresar la liberación femenina y aportar en el crecimiento del feminismo en todas las generaciones. Además de ayudar a romper con el esquema de que el reguetón es machista y, que solo los hombres pueden hablar abiertamente de algunos temas, lo que indica que no se trata solo de una revolución en la industria del género sino en todos los ámbitos sociales.