Naty Botero y su “Puro amor” para la creación musical
La artista colombiana recurre al merengue dominicano para contar una historia de amor que parte desde el reconocimiento propio. Además, esta canción le abre la puerta a un álbum que promete ser diverso en temáticas y sonidos.
Giancarlo Calderón
La cantante colombiana Naty Botero está viviendo lo que podría considerarse como uno de los momentos más trascendentales de su vida, tanto a nivel musical como personal. Fue en plena pandemia que se convirtió en madre por primera vez, hecho que, según ella, le ha aportado una forma distinta de ver y sentir las cosas que la apasionan, no solo de la música y todo lo relacionado con su carrera profesional, sino también de la vida misma.
(Le recomendamos: The Strokes, para cerrar con broche de oro)
Su nuevo sencillo, Puro amor, es una muestra de esto: “Me di cuenta de que tiene que ser así: me tengo que amar a mí misma, tengo que estar feliz, tengo que tener puro amor hacia mí y hacia lo que me gusta. Mi pasión es la música, cantar, estar en la playa, entonces es puro amor lo que uno debe tener por todas esas cosas: por sí mismo, por la vida y por sus pasiones”.
Aunque la canción inicialmente está inspirada en el amor hacia su pareja, la artista contó, en entrevista con El Espectador, que la naturaleza de este tema va más allá de una dedicatoria personal. “La canción la escribí para él, claro, pero pienso que también la escribí para mí, pues en últimas uno escribe las canciones para sí mismo. Quisiera, sí, que le encantara a esa persona, pero realmente uno escribe porque tiene una serie de sensaciones y quiere que, entre otras cosas, se conecten con alguien en particular. De hecho, él quería que le pusiera más letra y más cosas, pero lo veo así: un amor más simple, no un amor complicado”.
(Lea también: Juanes: la magia de transformar su “Origen” en un Premio Grammy)
Este corte, que es parte de un disco que está preparando la artista y que va a contar con unas siete canciones, está ligado, musicalmente hablando, con el merengue, género que a su vez se mezcla con algunas remembranzas de lo que fue su niñez al lado de sus padres.
“Siento que este estilo musical es lo que más se aproxima a lo que considero ‘música de amor’. El merengue para mí siempre ha sido una influencia importante, desde que lo aprendí a bailar cuando era chiquita, más o menos a los cinco años, o cuando veía a mis papás bailándolo: esto para mí era un acontecimiento inspirador que me hacía sentir muy bien. Decía: ‘quiero ser así cuando sea grande’. Me parece que es una música muy sensual, pero al mismo tiempo fácil de bailar, es una forma de sentir muy caribeña; no es una música difícil, más bien es una música que todo el mundo entiende. Eso era lo que quería compartir en esta canción y quedé muy contenta de la manera en la que quedó”.
(No deje de leer: Rolling Ruanas, en un nuevo capítulo de El Espectador Sessions)
El trabajo discográfico en el que viene trabajando Naty Botero tiene como condimento adicional la realización de un documental en el que, por cada corte musical, hay una especie de capítulo audiovisual que narra la génesis y el proceso creativo que antecede las canciones. El escenario es Palomino, en La Guajira, que es el lugar donde estaba viviendo la cantante y donde se gestó todo este trabajo musical. Al respecto, esto apuntó: “Siempre he sido muy visual. Los capítulos del documental van a ir contando muchas historias de esas canciones en las que estamos trabajando. Todavía no sabemos exactamente cuántos van a ser, pues uno filma muchas cosas, pero a la hora de sentarse a editar puede haber cambios significativos. Las cosas, en la música, siempre van dándose paulatinamente, y estoy viendo cómo organizo todo”.
La niña que pedía amor ya no existe
Uno de los éxitos musicales que han marcado la carrera de Naty Botero es Te quiero mucho (2006). Hay allí una búsqueda por expresar sentimientos que, actualmente, la artista considera como carencias normales de la época, y lo mira como algo necesario en un proceso de aprendizaje y crecimiento artístico y personal. La cantante, nacida en Medellín (Antioquia), equipara su historia musical con un diario escrito, en el que se van depositando los pensamientos y las percepciones propias de cada momento de vida.
“Sí, definitivamente la música ha sido para mí como un diario. Un diario en el que tú escribes y cuando después lees te das cuenta de cómo eras en cada circunstancia en la que te tocó vivir. Lo que es constante en este recorrido, eso sí, es que la música siempre ha sido sanadora. Entonces, por ejemplo, ya hice Te quiero mucho, y fue perfecto para el momento que estaba viviendo y sintiendo: era una niña que necesitaba mucho amor. Ya no necesito eso, ya lo tengo, solamente es abrir los ojos. En ese sentido, la música es lo mejor que hay en el mundo: qué rico poder hacerla y qué rico poder disfrutarla”.
(También: Samuelito Martínez, el “negro maldito”)
“Para Paloma y Luna, con amor”
Así, con alborozo, en una manifestación sencilla y amorosa, Naty Botero comienza Seré la fe, su anterior sencillo musical, lanzado al mercado en febrero de 2021. En esta canción les deja consignado a sus dos hijas, entre otras cosas, y como quien empieza un álbum familiar (o un diario que aún no pueden escribir), un mensaje lleno de cariño y fortaleza para enfrentar sus propias vidas: Hoy te escribo estas palabras / Para que las guardes en tu corazón / Solo llévalas contigo / Y, cuando estés bien triste, rézale esto a Dios. A todas luces es, pues, la maternidad el factor más determinante en los recientes años de la vida de esta artista. “Nunca vuelves a ser la misma porque ya tienes unos seres que de alguna manera son tu responsabilidad”.
Asimismo, la cantautora reflexiona y subraya que no es algo temporal, sino que quiere convertirlo en un proyecto y en un propósito vital. “Definitivamente quiero seguir trabajando con las mujeres, por las mujeres y para las mujeres. Hay una canción, también muy linda, que estamos terminando y que es sobre la mujer y todas las dificultades que tenemos que pasar, pues a veces nos cargamos demasiado. La mujer tiene que trabajar, tiene que hacer plata, pero también tiene que ser y seguir siendo la mamá, la que cocina, la que hace todo. Todo ese mundo me tiene impactada”.
(También: Juan Pablo Vega presenta “Esencial en vivo”)
La segunda estrofa de Seré la fe dice: Quiero ser fuerte como el hierro, suave como un beso / Dulce como una flor / Quiero traerles alegría a todos los que quiero / Que bailen a mi alrededor. Es una buena síntesis de lo que desea conquistar en términos artísticos y personales quien asegura sentirse “muy tranquila conmigo misma. Otra vez empoderada, otra vez contenta, feliz de poder conectarme nuevamente con la música y poder hablar con ustedes, poder volver a hacer giras en medios y próximamente poder hacer también shows en vivo”, concluyó entusiasta Naty Botero.
La cantante colombiana Naty Botero está viviendo lo que podría considerarse como uno de los momentos más trascendentales de su vida, tanto a nivel musical como personal. Fue en plena pandemia que se convirtió en madre por primera vez, hecho que, según ella, le ha aportado una forma distinta de ver y sentir las cosas que la apasionan, no solo de la música y todo lo relacionado con su carrera profesional, sino también de la vida misma.
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Su nuevo sencillo, Puro amor, es una muestra de esto: “Me di cuenta de que tiene que ser así: me tengo que amar a mí misma, tengo que estar feliz, tengo que tener puro amor hacia mí y hacia lo que me gusta. Mi pasión es la música, cantar, estar en la playa, entonces es puro amor lo que uno debe tener por todas esas cosas: por sí mismo, por la vida y por sus pasiones”.
Aunque la canción inicialmente está inspirada en el amor hacia su pareja, la artista contó, en entrevista con El Espectador, que la naturaleza de este tema va más allá de una dedicatoria personal. “La canción la escribí para él, claro, pero pienso que también la escribí para mí, pues en últimas uno escribe las canciones para sí mismo. Quisiera, sí, que le encantara a esa persona, pero realmente uno escribe porque tiene una serie de sensaciones y quiere que, entre otras cosas, se conecten con alguien en particular. De hecho, él quería que le pusiera más letra y más cosas, pero lo veo así: un amor más simple, no un amor complicado”.
(Lea también: Juanes: la magia de transformar su “Origen” en un Premio Grammy)
Este corte, que es parte de un disco que está preparando la artista y que va a contar con unas siete canciones, está ligado, musicalmente hablando, con el merengue, género que a su vez se mezcla con algunas remembranzas de lo que fue su niñez al lado de sus padres.
“Siento que este estilo musical es lo que más se aproxima a lo que considero ‘música de amor’. El merengue para mí siempre ha sido una influencia importante, desde que lo aprendí a bailar cuando era chiquita, más o menos a los cinco años, o cuando veía a mis papás bailándolo: esto para mí era un acontecimiento inspirador que me hacía sentir muy bien. Decía: ‘quiero ser así cuando sea grande’. Me parece que es una música muy sensual, pero al mismo tiempo fácil de bailar, es una forma de sentir muy caribeña; no es una música difícil, más bien es una música que todo el mundo entiende. Eso era lo que quería compartir en esta canción y quedé muy contenta de la manera en la que quedó”.
(No deje de leer: Rolling Ruanas, en un nuevo capítulo de El Espectador Sessions)
El trabajo discográfico en el que viene trabajando Naty Botero tiene como condimento adicional la realización de un documental en el que, por cada corte musical, hay una especie de capítulo audiovisual que narra la génesis y el proceso creativo que antecede las canciones. El escenario es Palomino, en La Guajira, que es el lugar donde estaba viviendo la cantante y donde se gestó todo este trabajo musical. Al respecto, esto apuntó: “Siempre he sido muy visual. Los capítulos del documental van a ir contando muchas historias de esas canciones en las que estamos trabajando. Todavía no sabemos exactamente cuántos van a ser, pues uno filma muchas cosas, pero a la hora de sentarse a editar puede haber cambios significativos. Las cosas, en la música, siempre van dándose paulatinamente, y estoy viendo cómo organizo todo”.
La niña que pedía amor ya no existe
Uno de los éxitos musicales que han marcado la carrera de Naty Botero es Te quiero mucho (2006). Hay allí una búsqueda por expresar sentimientos que, actualmente, la artista considera como carencias normales de la época, y lo mira como algo necesario en un proceso de aprendizaje y crecimiento artístico y personal. La cantante, nacida en Medellín (Antioquia), equipara su historia musical con un diario escrito, en el que se van depositando los pensamientos y las percepciones propias de cada momento de vida.
“Sí, definitivamente la música ha sido para mí como un diario. Un diario en el que tú escribes y cuando después lees te das cuenta de cómo eras en cada circunstancia en la que te tocó vivir. Lo que es constante en este recorrido, eso sí, es que la música siempre ha sido sanadora. Entonces, por ejemplo, ya hice Te quiero mucho, y fue perfecto para el momento que estaba viviendo y sintiendo: era una niña que necesitaba mucho amor. Ya no necesito eso, ya lo tengo, solamente es abrir los ojos. En ese sentido, la música es lo mejor que hay en el mundo: qué rico poder hacerla y qué rico poder disfrutarla”.
(También: Samuelito Martínez, el “negro maldito”)
“Para Paloma y Luna, con amor”
Así, con alborozo, en una manifestación sencilla y amorosa, Naty Botero comienza Seré la fe, su anterior sencillo musical, lanzado al mercado en febrero de 2021. En esta canción les deja consignado a sus dos hijas, entre otras cosas, y como quien empieza un álbum familiar (o un diario que aún no pueden escribir), un mensaje lleno de cariño y fortaleza para enfrentar sus propias vidas: Hoy te escribo estas palabras / Para que las guardes en tu corazón / Solo llévalas contigo / Y, cuando estés bien triste, rézale esto a Dios. A todas luces es, pues, la maternidad el factor más determinante en los recientes años de la vida de esta artista. “Nunca vuelves a ser la misma porque ya tienes unos seres que de alguna manera son tu responsabilidad”.
Asimismo, la cantautora reflexiona y subraya que no es algo temporal, sino que quiere convertirlo en un proyecto y en un propósito vital. “Definitivamente quiero seguir trabajando con las mujeres, por las mujeres y para las mujeres. Hay una canción, también muy linda, que estamos terminando y que es sobre la mujer y todas las dificultades que tenemos que pasar, pues a veces nos cargamos demasiado. La mujer tiene que trabajar, tiene que hacer plata, pero también tiene que ser y seguir siendo la mamá, la que cocina, la que hace todo. Todo ese mundo me tiene impactada”.
(También: Juan Pablo Vega presenta “Esencial en vivo”)
La segunda estrofa de Seré la fe dice: Quiero ser fuerte como el hierro, suave como un beso / Dulce como una flor / Quiero traerles alegría a todos los que quiero / Que bailen a mi alrededor. Es una buena síntesis de lo que desea conquistar en términos artísticos y personales quien asegura sentirse “muy tranquila conmigo misma. Otra vez empoderada, otra vez contenta, feliz de poder conectarme nuevamente con la música y poder hablar con ustedes, poder volver a hacer giras en medios y próximamente poder hacer también shows en vivo”, concluyó entusiasta Naty Botero.