Nía Sierra quiere mostrar el empoderamiento femenino a través de su música. / Iván Muñoz
A Nía Sierra siempre le picó el bichito de la música. No viene de una familia musical ni recibió clases, pero sentía que algo más grande le decía que su camino era ese. A ella la música la eligió y no al contrario. Creció escuchando a Nino Bravo, de ahí que sienta que tiene un alma vieja, el gusto por la salsa lo heredó de su padre. Por gusto propio recurría a Taylor Swift o Michael Jackson. Escuchar música de diferentes partes del mundo la hizo encontrar su lugar propio. No duda en citar la frase: “No eres de ninguna parte del todo, pero...
Por María Camila Gil Niebles
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