Nidia Góngora: “a la industria musical le falta diversidad”
Nidia Góngora es la cantora —como se dice en el folclor— del Pacífico colombiano con mayor reconocimiento nacional. Hace una semana se presentó en el escenario principal del Festival Estéreo Picnic y ya con paños fríos hablamos de su paso por la tarima más importante de la música alternativa en Colombia.
Andrea Barraza Cabana - Fundación Color de Colombia
¿Cómo vivió la experiencia de presentarse en el Estéreo Picnic?
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¿Cómo vivió la experiencia de presentarse en el Estéreo Picnic?
Feliz. Para mí participar en esta versión fue significativo porque pude llevar una propuesta muy interesante, que es la consolidación de la carrera de Nidia Góngora.
Fue casi que un ritual donde pudimos experimentar una cantidad de sensaciones, desde un homenaje que hice a esos seres cercanos que he perdido hace poco, pero también pudimos cantarles a esas mujeres que en todo el mundo han sido asesinadas, abusadas y hacer de alguna manera un llamado a respetar la vida y la integridad de las mujeres.
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Fue muy importante haber llevado los sonidos de la marimba y del Pacífico profundo a un festival de músicas tan diversas como es el Estéreo Picnic. Sentí que de alguna manera representaba a un territorio, a una población y sobre todo a un género que ha sido estigmatizado.
¿Cómo se siente con la evolución de la industria musical, con la forma como ahora los músicos reciben ingresos por plataformas digitales?
Es una medida que ha sectorizado el medio artístico, porque no todo el mundo tiene acceso a estas plataformas y ventajas. Se necesita demasiada interacción para ser reconocido a través de esta vía.
Por un lado, es importante, pero no todos los artistas tienen acceso a ella y se desconoce el trabajo valioso que sería bueno que la gente conociera.
Creo que en estos momentos se ha generado una dependencia de la industria a tener que los artistas acceder a estas plataformas porque si no es como si no existiesen. Hay una universalización de la música porque se puede ser más conocido por todos lados, pero por el lado de los artistas que no tienen la posibilidad, prácticamente quedan anulados.
¿Qué le falta a la industria musical colombiana?
La industria musical de Colombia tiene que reconocer un poco más la diversidad que hay en términos de propuestas y acciones. Está enfocada casi que en una sola línea y creo que el sentido del nivel creativo de la diversidad musical que hay en el país se está perdiendo porque se desconoce. La industria está llevando a la música a un modelo donde todos debemos moldearnos o si no, no entramos. Debería ser más flexible a la diversidad musical que hay en Colombia y reconocer más los niveles creativos que hay en el país.
¿Qué músicos nacionales e internacionales admira?
Todos para mí son importantes. Admiro mucho a Zully Murillo, la música que hace y que se crea a través del proyecto Herencia de Timbiquí. Escucho bastante a Juan Luis Guerra, amo a Maná, crecí con esa música, la he amado siempre. Mientras crecía escuchaba mucho a Rocío Dúrcal, es para mí una música que va a durar toda la vida.
¿Con cuál productor le gustaría grabar y con quién le gustaría hacer una colaboración?
Esas cosas no las pienso. Yo dejo que lleguen, que pasen. Las colaboraciones las hago porque mucha gente llega y propone. También tengo sueños, pero en silencio espero que se materialicen.
Contacté a Goyo, de ChoQuibTown, porque me gustaría que participara en una canción que escribí y me parece importante que mujeres del Pacífico nos uniéramos para llevar un mensaje de unidad.
También me gustaría seguir trabajando con Quantic, que es buen productor. Amo su profesionalismo y su manera de entender el universo musical. Es una persona con la que me entiendo mucho.
¿Cómo artista se siente en alguna clase de compromiso político?
Seguir haciendo música con sentido va a seguir siendo mi compromiso y esa es una expresión bastante política, en tanto nosotros sigamos visibilizando situaciones que ocurren en nuestra realidad, positivas y negativas; y también mientras sigamos proponiendo el arte como camino para solucionar tantos conflictos con los que nos enfrentamos.
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La música, no solo desde lo personal, sana y sensibiliza, sino que puede llevarlo a uno a unos niveles de reflexión profunda. Es mucho el apoyo que se hace desde el nivel social y artístico.
¿Cree que ese compromiso político afecta a las audiencias?
No creo. Porque al menos a través de mi música no ofendo a nadie. Hablamos de experiencias reales, no solo mías, sino de las personas a mi alrededor. Mis letras hablan de las cosas que ocurren y de las cosas positivas o negativas que pueden o no trascender. No tomo la música como un medio para ofender ni denigrar a nadie.
En Colombia da la impresión de que los artistas necesitan probar su valor primero en el exterior para entonces tener reconocimiento en el país. Desde su experiencia, ¿cómo ve esto?
Es totalmente cierto. Lastimosamente en nuestro país, hasta que no hay un reconocimiento por la gente de afuera, hasta que no te nombra la prensa internacional o tocas en escenarios importantes a nivel internacional, apenas en ese momento empiezan a valorar el trabajo que haces. Lastimosamente así es.
Ya usted es un referente, ¿cómo ve la música de los que vienen detrás suyo en el Pacífico?
Veo dos realidades. Una es aquellos jóvenes que están tratando de continuar con el proceso de aprendizaje de las músicas tradicionales y de los saberes ancestrales.
Por otro lado, veo una línea de jóvenes con mucho talento, potencial, ganas de crear y explorar, de ser conocidos, reconocidos; y veo también en otros un afán por correr, por no vivir procesos, sino por obtener resultados.
Entonces lo que yo diría es que la música en sí no es una competencia de carrera por buscar visibilidad a como dé lugar, sino un proceso de construcción a consciencia y colectivo. Hay que pensar en los procesos, en hacer música, pero desde unos valores y unos principios claros. El respeto, la lealtad, disciplina y la solidaridad.
Si pudiera resumir en una frase el mensaje que busca llevar con su música, ¿cuál sería esa frase?
Que el Pacífico sea reconocido, visibilizado y que las músicas tradicionales se conserven a través del tiempo.
¿Cuántas canciones ha grabado?
Alrededor de 80.
¿Cuál de sus canciones quisiera que se siguiera escuchando en 2050?
“Digna y feliz”.