Oblivion’s Migthy Trash: rimas, lealtad y un futuro prometedor
Juan Sebastián Álvarez Sierra, el rapero antioqueño de 20 años, es uno de los puntales de una nueva generación del rap en Colombia. Entrevista para El Espectador.
Zaira Sofía Ariza Varela
Juan Sebastián Álvarez Sierra tiene 20 años. En cuatro años de carrera suma 17 sencillos. Un Ep y dos álbumes de larga duración. Sus letras y beats son impecables. Desde el 2020, con canciones como “Txmbx” y “Goya”, empezó a demostrar los skills que tiene a la hora de rapear, pero no fue hasta la llegada de “Medallo Bullies”, en el 2021, que apareció en el mapa de la capital antioqueña y, de paso, en el circuito nacional. Desde entonces se perfila como una de las figuras en ebullición del rap colombiano.
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Juan Sebastián Álvarez Sierra tiene 20 años. En cuatro años de carrera suma 17 sencillos. Un Ep y dos álbumes de larga duración. Sus letras y beats son impecables. Desde el 2020, con canciones como “Txmbx” y “Goya”, empezó a demostrar los skills que tiene a la hora de rapear, pero no fue hasta la llegada de “Medallo Bullies”, en el 2021, que apareció en el mapa de la capital antioqueña y, de paso, en el circuito nacional. Desde entonces se perfila como una de las figuras en ebullición del rap colombiano.
El Espectador habló con este MC sobre su nuevo disco, su relación con el reconocimiento, con sus amigos y la importancia de la honestidad en sus letras.
“No me acuerdo” parece una canción de agradecimiento a quienes lo rodean, igual que “Bello”. ¿Tiene que ver con sus amistades?
En “No me acuerdo” hablo tanto de que yo estoy con mi parche todo el tiempo, a la par que hablo de que estoy en un concierto y estoy haciendo cosas que no imaginé llegar a hacer con mi parche. Porque si hay algo que dije desde el primer momento en el que me di cuenta que esta vuelta se estaba empezando a crecer, fue que yo con mis parceros voy es para arriba y para abajo y así se ha mantenido siempre.
¿Y cómo fue elegir a otros raperos para que compartieran beats? En su proyecto no son usuales las colaboraciones, ¿cuál fue el criterio?
Son parceros con los que me parcho. Pues el Isaac (S.A), Salo (Adam Walsh) y el Niche (Ls), son amigos con los que ya me había compartido antes y pues a mí me gustaba camellar así. Si alguien me dice como que “ey, vamos a hacer algo” el que sea, sea el que sea, me gusta primero que nos parchemos a ver qué surge, que sale, y ya después miramos si concretamos algo ya en serio.
Camellar con mis conocidos, con mis amigos, con las personas que tengo en mi vida personal todo el tiempo es para mí lo más importante.
Hablemos de “Provlemas”, una canción crítica sobre lo que sucede en Medellín, específicamente en Provenza. ¿Cómo surgió?
Ese tema lo hice porque tres días antes de haber escrito y grabado ese tema me invitaron a farrear allá. Y como en cuatro momentos distintos casi me pongo a pelear con gringos porque son todos irrespetuosos. Me empezaron a tocar el pelo.
También por esos tiempos se había destapado como más al mainstream todo lo que es la gentrificación, todo lo que es la problemática de la prostitución de menores por allá y que los clientes son básicamente extranjeros.
Esas dos situaciones motivaron el espíritu de la letra.
Este trabajo, pese a ser íntimo y melancólico, sigue siendo desafiante…
Yo no tengo ninguna pretensión más allá de expresar lo que quiero. Hablar de lo que yo quiera como a mí me dé la gana. Mi filosofía siempre ha sido hacer lo que considero y sin mentir. Acá el que pierde es el que dice mentiras, la verdad, acá cualquiera puede hacer rap con tal de que no hable mierda. Tampoco tengo necesidad de andar mintiendo, ni andar diciendo que yo hago no sé cuántas cosas, sabiendo que nunca en vida las he hecho. Esa es una vuelta por la que mucha gente se ha identificado, que lo acepto, lo genuino de la música.
La ansiedad y las expectativas. ¿Cómo lidia con esos temas?
Hace por ahí tres meses yo estaba muy rayado porque soy una persona que sufre de ansiedad. Diagnosticada. Entonces yo tiendo a pensar mucho las cosas, demás, de manera involuntaria, a pensar lo peor. Un día me desperté de la nada con un desbalance químico y me puse a pensar, me puse a ver el Instagram, a ver los comentarios, me puse a ver todo.
La gente está poniendo la vara demasiado alta, pero yo solamente soy un chino que se puso a hacer temas así de la nada, de lo más casual, y todo el mundo me está poniendo como la cara de un movimiento.
¿Sigue enamorado del rap?
Más enamorado que nunca. Yo me enamoro cada que saco un tema, cada que saco un proyecto, cada que mi rapero favorito saca proyectos, cada que escucho los mismos tres temas que escuché la primera vez que escuché rap, cada que escucho cualquier marica así random desconocido de cualquier país del mundo que haga buen rap, siempre me enamoro del rap.
Para mí una buena canción de rap debe tener un mensaje y precisamente fueron los mensajes lo que me enamoraron del género desde el principio, y son los mensajes los que me siguen enamorando de esta música.
Lo que hay detrás, el trasfondo, lo que quieren decir las personas, la historia detrás de la canción, eso es realmente el rap. Es la vivencia, es contar y expresar lo que pasa. El rap es la vida y por eso también digo que el rap es la vida mía, porque literalmente yo hablo de mi vida en las canciones.