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Octavio Panesso y el alcance de la “neuromúsica”

El creador y director del Grupo Saboreo, compositor de los éxitos “La vamo a tumbá” y “Un marido malo”, sigue proyectando el folclor del Pacífico colombiano.

Laura Cortez Palacios*
30 de agosto de 2022 - 02:00 a. m.
En este momento, Octavio Panesso trabaja en el tema "La Feria de Cali cura". / Archivo Particular
En este momento, Octavio Panesso trabaja en el tema "La Feria de Cali cura". / Archivo Particular
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En la tierra de los alabaos, Condoto, nació Octavio Panesso Arango el 25 de abril de 1949 en el seno del hogar de Leonidas Panesso y Yolanda Arango. Desde niño se destacó como el mejor estudiante y se convirtió en el mejor bachiller de la institución educativa Luis Lozano Scipión, gracias a su disciplina y perseverancia.

Infancia y juventud

El maestro Octavio Panesso trabajó desde chico en su natal Condoto. Aunque sus padres querían que se dedicara solo a estudiar, ayudaba con los gastos del hogar vendiendo panes y galletas cucas, cargaba plátanos en la plaza del mercado, cazaba y pescaba. En el río Condoto recogió oro con batea, hizo mandados por propinas y aprendió a pintar los hermosos paisajes de su Chocó del alma, ya que su amigo Gustavo Hoyos, pintor, le enseñó cuando eran muchachos.

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La música siempre fue parte de su vida. Panesso Arango enfatiza que en Chocó “la música es como el sol”, pues les llega a todas las personas, queriendo o no. Fue flautista y también cantaba, poniendo a gozar a todos los que lo rodeaban. A pesar de sus múltiples oficios, el joven Octavio nunca descuidó sus estudios y siempre obtenía las mejores calificaciones; por esa razón, al graduarse como el mejor bachiller de su colegio, viajó a Bogotá por recomendación del entonces ministro de Educación, Luis Carlos Galán Sarmiento.

En la capital estudió licenciatura en filosofía e idiomas en la Universidad Libre y posteriormente hizo un magíster en educación y francés en la Universidad del Rosario. Mientras estudiaba era profesor voluntario de música en un centro de rehabilitación y enseñó idiomas en los colegio De la Salle y Francisco José de Caldas. Su pasión por adquirir y transmitir sus conocimientos ha sido latente. Estudió en Francia y en 1985 obtuvo el premio a La mejor canción inédita en el primer Concurso de la Canción en Lengua Francesa (Chanteclair).

La academia y la música

Algunas personas le han preguntado a Panesso: “Tú con esa cabeza que tienes, ¿por qué no haces libros en lugar de música?”, haciendo referencia a su intelecto y preparación académica. La respuesta suya fue: “Decidí hacer libros sonoros: lo que un autor va a decir en 400 páginas, lo digo en 4 minutos y cuento la misma historia”, expresa.

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Combina su profesión y su pasión, lo que resulta en “neuromúsica”. Conoce la intención de cada palabra y lo que va a provocar en el oyente; es como si se conectara a su cerebro. En sus canciones nada es por casualidad, sabiendo que los agudos son irritantes al oído, le baja un poco el volumen al clarinete y aumenta el trombón, de esta manera todo es más armónico en sus obras.

Saboreo y el himno del Pacífico

Desde 1997, el Grupo Saboreo ha deleitado al público con sus alegres y pegajosas canciones. Ese mismo año, la agrupación fundada por Octavio Panesso ganó la segunda edición del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez en la modalidad Agrupación libre. Dos años después obtuvieron el mismo reconocimiento. En el año 2000 ganaron la Feria de Cali con la canción que sin saberlo se convertiría en himno del Pacífico colombiano: La vamo a tumbá.

Él recuerda con una gran sonrisa el momento en que le llegó la inspiración para componer el icónico sencillo. La ubicó en los últimos lugares de su álbum, ya que no creyó que tuviera tanto eco. La letra se le plasmó en la mente luego de estar en los multitudinarios conciertos de la Feria de Cali y gozar de reconocimiento. Al llegar a su casa en Quibdó la encontró vacía, y decidió escribirle una canción “para cuando esté en ella escucharla con calma, pero para mí”.

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Y le llegó la letra de “esta casa que yo hice pasando tanto trabajo, tiene piso e’ guayacán y paredes de chachajo”. Con la energía que lo caracteriza, Panesso recuerda la sensación que le recorrió el cuerpo, “me sentí tan inspirado que corrí, no aguanté, subí la escalera corriendo a buscar la grabadora” y grabó todo lo que pudo.

El resto es historia. La vamo a tumbá se convirtió en un éxito no solo en Chocó o en el Pacífico, sino que se volvió un referente en toda Colombia e incluso traspasó sus fronteras. “Fui el primer sorprendido”, afirma, pues creía que Un marido malo iba a ser la canción más reconocida dentro del álbum, pero jamás imaginó la repercusión que La vamo a tumbá tuvo.

Las nuevas sonoridades del Pacífico Octavio Panesso explica que hay dos modelos o enfoques en el mundo de la música. El primero es conservar el folclor tal como los pueblos lo han sedimentado. El otro modelo va evolucionando de acuerdo con el ambiente sociocultural. “Estamos en la era de la tecnología moderna” y este enfoque le agrega a lo tradicional nuevas sonoridades con el propósito de que camine a la par del mundo y el comportamiento del ser humano, pues según él, quienes no se adaptan al cambio tienden a desaparecer. Además, explica que ambos enfoques son buenos y hace hincapié en la necesidad de comercializar con la música de los pueblos del Pacífico para que puedan vivir de manera digna y se conviertan en proyectos de vida.

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Aunque el Grupo Saboreo trabaja con el segundo enfoque, su fundador comprende a las personas que no piensan como ellos. El reconocimiento en el Petronio La noche del sábado 13 de agosto durante la llamada “Noche Internacional”, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, le entregó a Octavio Panesso la medalla al Mérito Cívico Santiago de Cali en reconocimiento a su labor como artista y salvaguarda de la cultura del Pacífico colombiano. Con emoción afirma que “este premio más que ser mío es de la gente humilde”. Para él fue más emocionante oír al público gritar que el momento de recibir su galardón. Por ello considera que sintió una alegría comunitaria, no individual.

Lo que viene

Octavio Panesso está lleno de vitalidad y afirma que no le duele ni una uña y continúa trabajando. El Grupo Saboreo está por terminar la canción Los roba gallina que presentarán en las Fiestas de San Pacho, así como trabajan en los sencillos Rumba de cumpleaños, Vendo barato, Los salseros del Pacífico y la canción La Feria de Cali cura, a propósito de la famosa festividad de la Sucursal del Cielo en diciembre.

* De la Fundación Color de Colombia.

Por Laura Cortez Palacios*

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