Paul McCartney, un legado vivo de amor por el rock
La influencia del músico de 82 años que se presenta este viernes en el Estadio El Campín de Bogotá es evidente en la música anglo que seguimos escuchando. Sus canciones, tanto con The Beatles como solista, siguen provocando histeria, sonrisas y sentimientos en distintas generaciones.
Por Alejandro Bonilla Carvajal - @alejandrosis
Apreciar canciones como ‘A Hard Day’s Night’, ‘Hey Jude’, o ‘Love Me Do’ de The Beatles es remitirse no solo al rock and roll en su mejor forma, son piezas musicales que revolucionaron al mundo occidental social y culturalmente. Al frente del cuarteto de Liverpool, McCartney trascendió con un sonido vanguardista capaz de conectar con una sociedad que deseaba un cambio radical; un entretenimiento que no fuese pasajero, y sí una obra artística perdurable donde el individuo pudiese verse reflejado.
Con más de dos docenas de álbumes de estudio que han merecido varios número uno en listas, además de una cantidad de galardones para marcar récords, el cantante y multiinstrumentista retorna a la capital luego de doce años de su memorable debut. En esta ocasión como parte de su gira denominada Got Back, en la que interpreta varias canciones con las que en la década de lo sesenta The Beatles se transformaron en lo que sigue siendo hasta el día de hoy: la banda de rock más grande de la historia.
Esa magnitud no se taza en ventas de discos. Su impacto está latente en la forma cómo se continua componiendo en el rock y el pop actual. Aquel propósito de brindar estribillos, coros y melodías pegajosos con efecto inmediato en el oyente, tal y como lo lograse McCartney por cuenta propia desde los años setenta o acompañado por John Lennon, George Harrison y Ringo Starr previamente.
Así, tener a McCartney por segunda vez en Colombia, y más aún después de su malograda visita a Medellín en el año 2017 que se canceló por baja venta de entradas, resulta todo un milagro. Lo hace con un espectáculo que supera las dos horas de duración. En el la audiencia se ve inmersa en un viaje en el tiempo donde se cruzan épocas, recuerdos y sentimientos emanando una dulce nostalgia.
El presente repertorio de treinta y siete canciones se nutre de The Beatles, pero también hay un lugar para The Quarrymen, aquel conjunto de rock and roll y skiffle que McCartney conformó junto a John Lennon a finales de los años cincuenta dando lugar poco después a la génesis de la leyenda beatleliana.
Wings, la banda que estableció junto a su entonces esposa, Linda McCartney, luego de la disolución de The Beatles, también se hace presente con preciosos temas como ‘Live and Let Die’ (versionada con éxito por Guns N’ Roses), ‘Letting Go’ y ‘Let ‘Em In’.
Piezas de su cosecha solista más reciente extraídas de sus últimos álbumes como “New” (2013), “Egypt Station” (2018) y “III” (2020) se incorporan naturalmente al presente acto. Una muestra fehaciente de que en el universo del artista británico hay una dinámica armónica que luce como un círculo perfecto de varias eras.
Las reseñas y comentarios de lo que ha sido su triunfal paso por países vecinos con esta gira dan cuenta de vibrantes interpretaciones del catálogo de los Cuatro Fabulosos como ‘Can’t Buy Me Love’, ‘Drive My Car’, ‘Getting Better’, con uno de los sensacionales aportes de Lennon llamado “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”; además de ‘Lady Madonna’, ‘Ob-La-Di, Ob-La-Da’, ‘Get Back’, y por supuesto la esencial ‘Let It Be’.
La banda soporte está conformada por músicos de talento y experiencia como Rusty Anderson en la guitarra, Wix Wickens en los teclados, Brian Ray en guitarra y bajo y el carismático baterista Abe Laboriel Jr. Por su parte McCartney demuestra sus virtudes en la guitarra, el bajo, el piano, el ukelele y la mandolina mientras establece una conexión con el público de forma muy especial. Incluso uno que otra palabra en español adorna su performance.
Sin querer adelantar todo lo que viene con este mágico show, es remarcable que el músico siempre tendrá un afecto especial por su compañero y rival en la composición, el inolvidable John Lennon. Imágenes del que fuese su último concierto de The Beatles en la terraza de un edificio londinense mientras tocan “I’ve got a Feeling”, será digno de que se erice la piel y por qué no, corra más de una lagrima.
Sea usted un rockero de vieja data, o alguien que está incursionando en esta música o que sencillamente desea ser espectador de uno de los fenómenos más emocionantes del siglo XX, no debe perderse esta cita con Paul McCartney. Un performance donde el amor es la consigna, porque de este surgen todas las cosas buenas, como lo ha sido unir a las almas para cantar y bailar por más de seis décadas.
Apreciar canciones como ‘A Hard Day’s Night’, ‘Hey Jude’, o ‘Love Me Do’ de The Beatles es remitirse no solo al rock and roll en su mejor forma, son piezas musicales que revolucionaron al mundo occidental social y culturalmente. Al frente del cuarteto de Liverpool, McCartney trascendió con un sonido vanguardista capaz de conectar con una sociedad que deseaba un cambio radical; un entretenimiento que no fuese pasajero, y sí una obra artística perdurable donde el individuo pudiese verse reflejado.
Con más de dos docenas de álbumes de estudio que han merecido varios número uno en listas, además de una cantidad de galardones para marcar récords, el cantante y multiinstrumentista retorna a la capital luego de doce años de su memorable debut. En esta ocasión como parte de su gira denominada Got Back, en la que interpreta varias canciones con las que en la década de lo sesenta The Beatles se transformaron en lo que sigue siendo hasta el día de hoy: la banda de rock más grande de la historia.
Esa magnitud no se taza en ventas de discos. Su impacto está latente en la forma cómo se continua componiendo en el rock y el pop actual. Aquel propósito de brindar estribillos, coros y melodías pegajosos con efecto inmediato en el oyente, tal y como lo lograse McCartney por cuenta propia desde los años setenta o acompañado por John Lennon, George Harrison y Ringo Starr previamente.
Así, tener a McCartney por segunda vez en Colombia, y más aún después de su malograda visita a Medellín en el año 2017 que se canceló por baja venta de entradas, resulta todo un milagro. Lo hace con un espectáculo que supera las dos horas de duración. En el la audiencia se ve inmersa en un viaje en el tiempo donde se cruzan épocas, recuerdos y sentimientos emanando una dulce nostalgia.
El presente repertorio de treinta y siete canciones se nutre de The Beatles, pero también hay un lugar para The Quarrymen, aquel conjunto de rock and roll y skiffle que McCartney conformó junto a John Lennon a finales de los años cincuenta dando lugar poco después a la génesis de la leyenda beatleliana.
Wings, la banda que estableció junto a su entonces esposa, Linda McCartney, luego de la disolución de The Beatles, también se hace presente con preciosos temas como ‘Live and Let Die’ (versionada con éxito por Guns N’ Roses), ‘Letting Go’ y ‘Let ‘Em In’.
Piezas de su cosecha solista más reciente extraídas de sus últimos álbumes como “New” (2013), “Egypt Station” (2018) y “III” (2020) se incorporan naturalmente al presente acto. Una muestra fehaciente de que en el universo del artista británico hay una dinámica armónica que luce como un círculo perfecto de varias eras.
Las reseñas y comentarios de lo que ha sido su triunfal paso por países vecinos con esta gira dan cuenta de vibrantes interpretaciones del catálogo de los Cuatro Fabulosos como ‘Can’t Buy Me Love’, ‘Drive My Car’, ‘Getting Better’, con uno de los sensacionales aportes de Lennon llamado “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”; además de ‘Lady Madonna’, ‘Ob-La-Di, Ob-La-Da’, ‘Get Back’, y por supuesto la esencial ‘Let It Be’.
La banda soporte está conformada por músicos de talento y experiencia como Rusty Anderson en la guitarra, Wix Wickens en los teclados, Brian Ray en guitarra y bajo y el carismático baterista Abe Laboriel Jr. Por su parte McCartney demuestra sus virtudes en la guitarra, el bajo, el piano, el ukelele y la mandolina mientras establece una conexión con el público de forma muy especial. Incluso uno que otra palabra en español adorna su performance.
Sin querer adelantar todo lo que viene con este mágico show, es remarcable que el músico siempre tendrá un afecto especial por su compañero y rival en la composición, el inolvidable John Lennon. Imágenes del que fuese su último concierto de The Beatles en la terraza de un edificio londinense mientras tocan “I’ve got a Feeling”, será digno de que se erice la piel y por qué no, corra más de una lagrima.
Sea usted un rockero de vieja data, o alguien que está incursionando en esta música o que sencillamente desea ser espectador de uno de los fenómenos más emocionantes del siglo XX, no debe perderse esta cita con Paul McCartney. Un performance donde el amor es la consigna, porque de este surgen todas las cosas buenas, como lo ha sido unir a las almas para cantar y bailar por más de seis décadas.