Perreo “sad”, “dark” y “darketo”: el perreo alternativo que se gesta en Bogotá
Desde hace una década se ha fraguado un subgénero del reguetón. El “neoperreo” se ha desarrollado principalmente en Chile y España. Colombia parece prevalecer el modelo clásico puertorriqueño, al mismo tiempo que comienza a aparecer un “perreo alternativo”. “Dark perreo”, “perreo darketo” y “sad perreo” son algunos de esos estilos que se sienten al margen y, al mismo tiempo, dentro del género.
Alberto González Martínez
—Hablemos del “hard perreo”.
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—Hablemos del “hard perreo”.
Confundí los términos al iniciar la conversación. Pasa cuando la mente piensa con el deseo. En todo caso, su estilo no está tan alejado de lo que había pensado. Ella se hace llamar Oh Margó y a su propuesta artística le llama “dark perreo”.
Encaja dentro de los nuevos caminos por los que transita el reguetón. Algunos pesimistas hablan de su muerte, otros, más entusiastas, del futuro. En Colombia se reitera el discurso del “reguetón de la mata” de los puertorriqueños que tiene fuerza, sobre todo, en Medellín. Solo una ciudad como Bogotá podría hacer otra cosa: “perreo alternativo”.
El neoperreo: la génesis
Chile y España han sido las cabezas más visibles de este subgénero que se desprendió hace una década del reguetón. O cogió su ritmo, su baile y se apartó. Su estilo está marcado por una estética visual y letras explícitas y es predominada por mujeres que usan colores recurrentes como morados y fucsias. Ivy Queen es la gran referente. De ahí en adelante, caben todos aquellos alternos que les gusta el perreo.
La chilena Tomasa del Real asegura que el término nació mientras daba una entrevista en Nueva York en donde le preguntaban si cantaba reguetón. “No me siento cómoda cuando alguien dice que canto reguetón... No es el perreo normal, es nuevo perreo. Es para la nueva generación. Como una new wave del perreo”, respondió en otra entrevista consignada en el libro “Historia del trap en Chile” del periodista Ignacio Molina.
Para la artista, el perreo normal es el baile “entre hombre y mujer” y el neoperreo es “humano con humano” bailando cualquier ritmo. La chilena Lizz, en este mismo libro, define al neoperreo como la evolución del reguetón y lo relaciona con la libertad de expresión. “Mientras más diferente, más raro y más te sientas auténtico, a la gente le da miedo. Y eso para mí es neoperreo”, asegura.
El perreo alternativo: el horizonte colombiano
La influencia del neoperreo ha tocado principalmente a los músicos bogotanos. Una escena en construcción, un poco atomizada, aunque con propuestas interesantes. El “darketo perreo”, “el dark perreo” y el “perreo sad” son muestra de ello. Unas estéticas más tristes, rebeldes u oscuras que se intentan alejar del mainstream. O quizá no tanto.
—Es una queja sobre el reguetón. Todo el reguetón está demasiado parecido. Todos se quieren parecer a Feid —asevera Ti Santo, quien tiene como nombre de pila Santiago Sánchez.
—Y Feid se quiere parecer a sí mismo. Él también se repite —le interrumpo.
—Sí, él es un duro, pero todo el reguetón se volvió al sonido de él, visten como él, hablan como él y llega un punto en que a él le queda bien —agrega Ti Santo sin darme mucha aprobación—, pero si los otros artistas quieren salir, deberían proponer algo diferente.
El bogotano ha estado influenciado por el rock, reguetón, la guaracha y otros estilos. Se autoproclama como “diferente” con su propuesta grupal llamada Perreality. En su reciente producción, “XTRiptiS” explora la bachata, el subgénero de la electrónica jersey club, junto con sonidos oscuros e industriales y allí bautiza su estilo como “darketo perreo”.
En lo oscuro e industrial se acerca a su coterránea Oh Margó. Ella levanta su bandera de “dark perreo” definiéndola como una mezcla entre reguetón, rock y techno, a los que también agrega sonidos de ciudad, industriales y de películas de terror. Como en su reciente sencillo llamado “Fuck it! A todas las canciones de amor”.
Oh Margó dejó de estudiar a Mozart y Beethoven para dejarse influenciar por artistas como Bad Gyal y La Zowi. Ha sido importante su paso por la academia, según dice, porque le ha dado las bases técnicas de la música. También siente que la encierra en su mundo limitado.
—Es un poco como conocer las reglas para romperlas —le digo a modo de resumen.
—Literal. Yo aprendí todo eso para ahorita hacer lo que se me dé la gana —sentenció la bogotana, que lleva como verdadero nombre Catalina Martínez.
La escena alternativa del perreo en Bogotá apenas está en gestación. Hace faltan discotecas y festivales que se dediquen a rotar a estos artistas, como sí pasa en Santiago de Chile y Madrid. En estas ciudades sigue siendo una escena underground. En Bogotá todavía más.
—Creo que no soy parte de la escena, pero si lo soy tampoco tengo problema —asegura la bogotana Lee Eye, quien ahora vive en Medellín.
A ella fue la primera que conocí. Cantaba en Medellín y le escuché por primera vez la frase “sad perreo”. Los otros perreos fueron llegando solitos. Lee siente que a la gente en su ciudad les cuesta juntarse, aunque los juntan los mismos gustos de artistas españolas y chilenas como Simona, Amore, Meth Math, Isabella Lovestory, Six Sex y más.
—Me siento como la mainstream del underground y la underground de los mainstream. Como que estoy en la mitad —expresa.
La artista inicialmente estaba marcada por el pop. Pasó a escuchar raperos del estilo west side de Estados Unidos, que tienden a ser más melódicos y menos pesados. Estos la ayudaron a escribir. Ahora escucha neoperreo y está en una fase de fusión con la electrónica con sus letras tristes, pero bailables.
Dice que no le gusta Maluma, pero haría una canción con él si tiene la posibilidad, puesto que, al final, él supo cómo “monetizar el perreo”. Cosa típica de los antioqueños que tienen la fórmula del reguetón en sus manos. Y seguramente como alguna vez me dijo el productor Juancho Valencia —frase que cito cada vez que puedo—: “los reguetoneros paisas hoy no son artistas sino emprendedores”.
En Medellín también se hacen fusiones alternas con electrónica, aunque las estéticas grises, oscuras y atrevidas solo podrían salir de una ciudad como Bogotá. Isaza en la Casa, Anto Pico, Dj Terror, Desarmande son otros de los artistas de esta ciudad que hacen parte de esta movida alterna. Estuve de acuerdo con Ti-Santo, de que no se trata de una denominación del “perreo bogotano”. Simplemente, es un punto de partida.
—Espero que después de todo esto salga alguien con el “hard perreo” —finalicé la conversación entre risas con Oh Margó.