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La banda de punk rusa conformada en 2011 por Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina, tres feministas, ha sido una de las muestras más polémicas de protesta, pues su postura política ha llegado a desafiar al gobierno de su país, oponiéndose a Vladimir Putin.
En febrero de 2012, las Pussy Riot se presentaron en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú acompañadas de los pasamontañas que siempre utilizan, para interpretar un tema (Líbranos de Putin) a modo de oración. Pocos minutos después de que comenzaran su protesta contra la reelección, las autoridades llegaron al lugar y arrestaron a tres de las integrantes, acusándolas de vandalismo.
Fue tanta la persecución a la que se vieron sometidas, que las personas que las apoyaban hicieron protestas para que fueran liberadas, hasta que llegaron a ser consideradas presas políticas por la Union of Solidarity with Political Prisoners (Unión de Solidaridad con los Prisioneros Políticos).
Aunque parezca ficticio, no lo fue. La controversia que desató ese incidente no logró derribarlas y, después de cumplir dos años de condena, salieron de la cárcel para seguir defendiendo sus ideales.
En 2014, el colectivo feminista publicó el video Putin te enseñará cómo amar a la patria, en el que muestran sin censura la golpiza que recibieron por parte de las autoridades cuando intentaban hacer una protesta en los Juegos Olímpicos de Sochi. Las hirieron con látigos y les rociaron líquidos en el rostro.
El activismo de las Pussy Riot ha sido cuestionado en diferentes ocasiones, pero ellas se defienden argumentando que no pararán de cantar sobre la desigualdad, la pobreza, el gasto indebido de los recursos de su país y la discriminación, problemáticas que son su motor para hacer de la música su arma de protesta social y política.
En 2013, la cadena HBO compró los derechos de transmisión de Pussy Riot: A Punk Prayer, un documental sobre la banda que fue estrenado en el Festival de Sundance ese mismo año y en el que se muestra, desde una perspectiva más personal, cómo las “anónimas” integrantes utilizan su arte y su performance para dar mensajes contundentes de inconformidad.
Las dos caras de la moneda se plasman en esta producción, que además de mostrar las opiniones de quienes están a su favor, también cuenta cómo para otras personas las Pussy Riot son sinónimo de irrespeto y ofensa para los rusos.
En una ocasión, mientras Madonna daba un concierto en Moscú en 2012, justo después de que las activistas fueran arrestadas por la protesta en la Catedral, la reina del pop expresó ante su público el apoyo que les brindaba a las integrantes de la banda, diciendo que “rezaría por ellas”, se dio la vuelta y en su espalda desnuda tenía escrito “Pussy Riot”. Además, se puso un pasamontañas en su honor.
Tras unos pocos años de calma, en el Mundial de Rusia de este año la banda volvió a protestar. En el minuto 53 del partido final entre Francia y Croacia, el 15 de julio, cuatro personas, activistas de Pussy Riot, invadieron el terreno de juego a manera de queja y reclamando justicia para los presos políticos del país. Las autoridades se encargaron de sacar a las tres mujeres y el hombre del estadio y castigarlos con 15 días de prisión a cada uno.
Por medio de redes sociales, la banda publicó un comunicado en el que se atribuía la responsabilidad por lo sucedido, diciendo que se oponían a que los entes de poder detuvieran a las personas por manifestarse pacíficamente, diciendo que era su deber respetar el estado de derecho y permitir la participación política de la oposición.
A raíz de lo sucedido, la banda lanzó su canción Track About Good Cop, que plantea cómo en un sueño utópico los policías, en lugar de arrestar a activistas y encarcelarlos, se unen a ellos y protestan también.
Este fin de semana en Rock al Parque 2018, Bogotá recibirá a las Pussy Riot, que han sido protagonistas de todos estos sucesos y, una vez más, desde otro continente, seguirán cantándole a la justicia desde su voz feminista.