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Ricky Martin aseveró este domingo, a unas horas de cantar en el Festival de Viña del Mar, que vivir en Estados Unidos no hace que se preocupe menos por las necesidades de su gente, en referencia no solo a sus compatriotas puertorriqueños sino a todos los latinoamericanos. En una rueda de prensa en la ciudad chilena, el cantante de éxitos como She bangs y Vente pa'cá, defendió su uso de las redes sociales para hablar de lo que le preocupa como ciudadano, en especial de su tierra natal y los problemas del resto del continente.
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“Yo me considero un ciudadano del mundo, pero soy puertorriqueño así haya nacido en la luna”, remarcó el artista, que en 2019 participó en las protestas que se celebraron en San Juan para exigir la salida del entonces gobernador, Ricardo Rosselló, por una serie de chats que develaban un complejo esquema de corrupción en la isla. Sobre la gente que le ha recriminado en alguna ocasión por sus opiniones sobre la situación de Puerto Rico a pesar de no vivir allí, el cantante, de 48 años, se mostró tajante.
Dijo, en respuesta a las críticas: “Vivir en Estados Unidos no hace que me preocupe menos por las necesidades de mi gente. Cuando digo necesidades de mi gente por supuesto hablo de Puerto Rico, pero hablo en nombre de la región”.
El ganador de varios premios Grammy y Latin Grammy vuelve este domingo a Viña del Mar, para la noche inaugural de la 61 edición, donde cantará por sexta vez en su trayectoria, tras los conciertos de 1993, 1994, 1996, 2007 y 2014. Esta vez, su presentación se da en un contexto diferente, por las protestas que desde octubre pasado se han tomado las calles del país del Cono Sur para clamar contra la desigualdad social. De hecho, para hoy están previstas nuevas manifestaciones.
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Sobre esta situación de descontento social, el cantante agregó: “Siento mucha admiración por el pueblo chileno. Es lo más importante. Las protestas son importantes, dejarles saber a los líderes de nuestros países qué es lo que necesitamos, siempre y cuando lo hagamos de manera ordenada”. Según señaló, lo que él vivió en Puerto Rico son “las mismas emociones”, y señaló que, en ese momento, sin banderas partidarias, el objetivo era “hacer lo que fuera necesario por encontrar justicia. Así fuese sacando a los líderes y empezando de cero”.
Pero recalcó que “es importante tener un plan de qué pasara luego de las protestas, para no quedar en el limbo. Puede ser mucho más doloroso si no existe un plan. Que hablemos, es importante exigir que se nos respete, pero de manera organizada”, indicó. Además, el cantante, que recientemente cumplió 48 años anhela que Chile “sirva de efecto domino para todas las partes del mundo donde hace falta que se escuche”. Entre ellas, dijo, al pueblo dominicano, “que está hoy exigiendo a los líderes que respeten”.
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En su recital de este domingo, en el que repasará sus grandes éxitos, principalmente los más latinos y sus temas románticos y algunos en inglés, reconoció que habrá “mensajes”, pero reiteró que no llega a Viña del Mar para dar “sermones”. Dijo: “Estoy porque voy a entregar un espectáculo donde la gente a lo mejor se pueda liberar de los problemas del trabajo, del hogar, del país. Pero yo represento tantas cosas que es inevitable que el público se le adscriban pensamientos y los haga pensar”.
Asimismo, el puertorriqueño, que comenzó como modelo infantil en 1979, con apenas siete años, y a los 12 se sumó al grupo Menudo, en el que estuvo un lustro, definió Livin’ la vida loca, María y La copa de la vida como las canciones de su carrera en solitario “que dieron la vuelta al mundo”. Pero señaló que Fuego de noche, nieve de día es la canción que siempre tiene que cantar porque siente “un desahogo”, así como Asignatura pendiente, en la que pone “en poesía” sus “altas y bajas” y repasa sus vivencias.