“En Argentina, todos los años aparece un nuevo Jesucristo”
En la misma mesa en la que conversan Red Bull Batalla y FMS, ahora se sienta la Liga Bazooka, competencia de rimas escritas que comparte públicos, pero es muy diferente a las batallas de improvisación. El Luna Park y el Gran Rex, destacados escenarios de Buenos Aires, recibieron dos eventos de la disciplina.
Joseph Casañas Angulo
Garganta en llamas, venas expandidas, ojos desorbitados, gritos, referencias, técnica... Un punch line que se grita como un gol, como un título. La grada se quiere caer. La derrota o la victoria están a una sílaba de distancia, a un acote, a una picardía, a una genialidad.
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Garganta en llamas, venas expandidas, ojos desorbitados, gritos, referencias, técnica... Un punch line que se grita como un gol, como un título. La grada se quiere caer. La derrota o la victoria están a una sílaba de distancia, a un acote, a una picardía, a una genialidad.
En sus reacciones de las regionales de Córdoba, Mendoza y Buenos Aires de 2023, los creadores de contenido mexicanos Jony Beltrán y Tess La lo dejaron claro. “Argentina le enseña al mundo como se hace”, dijo uno. “El freestyle argentino es insuperable”, señaló el otro.
En una escena que intentan domar con técnicas depuradas, referencias sofisticas y puritanismo lejano del arte, el freestyle argentino se revoluciona. Es un contrapoder. Se comporta como el joven rebelde de la clase que, aunque es brillante y no pierde materias, es popular y poco bien portado. Una cara sucia que no rapea por los puntos. Que rapea para sentirse vivo y para hacernos sentir vida.
Hablamos con Chang, rapero venezolano que la pasada temporada compitió en la FMS Argentina y tiene el diagnóstico claro del free argento. “Los tipos entendieron que ya no hay muchas oraciones elaboradas que sorprendan y decidieron apostarle al repentismo neto, al puro y en tiempo real. No les importa clavar frases profundas o difíciles de entender, sino que van directamente a la médula”. La técnica y el perfil deportivo que está adquiriendo el freestyle no están venciendo al repentismo. No le alcanza. “El educadito”, como lo dijo alguna vez El Deto, se queda corto.
Y hay que ver una batalla: están locos, el público está loco, los jurados permiten la locura y ojalá no logren encontrar los tornillos que se les zafaron, porque esa locura linda le hace falta al circuito. En otros países encontraremos flow; en otros, técnicas; en otros, referencias; en otros, puesta en escena; en otros, Aczinos y Chutys. En Argentina hay un poco de todo y de nada, pero hay locura. Hay pasión. Ahí está el origen de este movimiento que se transforma y navega entre la vieja y nueva escuela.
“La transición de Argentina es más rápida. En los otros países no más es encontrar el sujeto nuevo, la figura; pero en Argentina todos los años aparece un nuevo Jesucristo. Aprenden el juego nuevo, adquieren la modalidad de las nuevas tendencias del freestyle, lo adaptan y lo potencian”, dice Chang.
El venezolano, que se ha batido en plazas y escenarios de países como México, Venezuela y Colombia, habla del público, ese elemento del freestyle que es tan necesario y vital, como tan perjudicial y tóxico, pero imprescindible.
“Es el mejor público que hay. Son sujetos que entendieron el juego a la perfección. Gritan mucho y hay respeto. Los argentinos son locos con el tema de las barras, la hinchada y el fútbol, por eso también lo reconocen en el mundo. Y el público que va a ver freestyle tiene cosas del público que ve fútbol.
El argentino que escucha freestyle está bastante instruido. Esta gente comprende que los gritos no van a ayudar a nadie a ganar. Van a ver freestyle y apoyan a todo el mundo y eso hace que cada batalla sea única y con mucho nivel”, dice Elías, que de básico no tiene nada.
Si bien muchos de los MC de la vieja escuela del free argentino tomaron caminos diferentes, los representantes de la nueva escuela celeste y blanco presentan un coctel explosivo. “La vieja escuela de Argentina es una vaina loca. Es gente que está volando”.
Y ahora a la locura se suma la Liga Bazooka, competencia de batallas escritas organizada por Dtoke, leyenda viva del freestyle argentino. La revista Rolling Stone las explica de esta forma: “Enfrentamientos a varios rounds entre raperos que, en lugar de improvisar, ahora llegan con rutinas metódicamente preparadas de antemano y, por lo tanto, con mayor sofisticación lírica y despliegue técnico.
La dinámica es así: unos tres meses antes, se anuncian los enfrentamientos. Desde entonces, cada batallero tiene tiempo para escribir, memorizar y desarrollar la puesta en escena de tres rounds de tres a cinco minutos. Durante la batalla, el participante recita su round de corrido, luego lo hace su rival y así hasta completar las tres vueltas. Si el freestyle valora la improvisación, acá se valora la pluma. Al estilo de las tiraderas. Se trata de demostrar ingenio al escribir bien sobre uno mismo, pero, sobre todo, mal del otro”.
El Luna Park y el Gran Rex, dos de los escenarios principales de Buenos Aires, recibieron hace poco dos eventos de la disciplina. La mesa está servida y todo apunta a que además de FMS y Red Bull Batalla, a la mesa de los grandes eventos se sentará la Liga Bazooka. ¿Tendrá la fuerza para aterrizar en otros países de la región?