Publicidad

Realidad Mental: “Entre estar en la industria y hacer rap de corazón”

Oscar Alejandro Corredor Zabala es uno de los raperos con más trayectoria de la capital. Con 20 años de experiencia, rimas sobre el papel y códigos claros, se presentará este sábado en el festival Máster Minds en el Centro de Eventos Montevideo.

Zaira Sofía Ariza - X: @sofiaariza01 - sarizavarela@gmail.com
25 de mayo de 2024 - 01:24 a. m.
El rapero bogotano, con 20 años de trayectoria, será uno de los presentes en el festival Master Minds:.
El rapero bogotano, con 20 años de trayectoria, será uno de los presentes en el festival Master Minds:.
Foto: Angie Leon

A Oscar Alejandro Corredor lo conocen en la calle desde los 15 años como Realidad Mental. Desde entonces y hasta ahora, el amor por las letras que su papá le inculcó no ha cambiado. Cuatro Ep’s, 6 álbumes y 19 sencillos dan prueba de ello.

Pero su horizonte no se resume únicamente a las rimas. Tiene un propósito con su música, quiere cambiar el mundo o al menos, el mundo de su público. Su objetivo no es ambicioso, ya son más de 300 mil oyentes mensuales en Spotify que coinciden con su forma de pensar y que en escenarios como el Teatro al Aire Libre La Media Torta, corean junto a él estrofa a estrofa.

Se puede decir que su vida se ha marcado por distintas etapas. Las primeras tres definidas por hechos como su nacimiento, la vez que sobrevivió a una puñalada en el corazón y cuando dejó el bazuco. ¿En qué etapa cree que está ahora?

Es una etapa nueva en la que ya hemos superado todas esas problemáticas, pero paradójicamente han nacido nuevos retos. En la cultura Hip Hop siempre ha sido muy difícil ser rapero, especialmente en Colombia, entonces siento que estoy en una etapa de consolidación. Ya no soy un pelado de pelado de 20 años, que se está abriendo paso en una escena, sino más bien me estoy manteniendo, entonces estoy en ese proceso de buscar nuevos sonidos, pero teniendo mucho cuidado con lo que me he sentido bien.

Quiero fortalecer el proyecto para llegar a esos términos que siempre he profesado, como ser una leyenda, un referente, ser una persona que sea muy respetada en todos los barrios. Parte del proceso también ha sido debatir con un Realidad Mental antiguo y sentarme a hablar con él. Ya tengo 35 años, soy una persona mucho más madura, antes cometí muchos errores al ser impulsivo de joven a la hora de enfrentarme al conflicto, ahora soy una persona más tranquila. Después de esta etapa espero que se me recuerde por siempre en la ciudad o en el país.

¿Hubo alguna ruptura que haya marcado el inicio de esta nueva etapa?

Fue un proceso muy lento. Cuando yo empecé, en el barrio en el que yo vivía, a nadie le importaba el verdadero sentimiento del rap, creía que querían hacer canciones sin sentido, líricas que no aportaran nada como “yo soy, yo hago, yo deshago, yo tengo este saco que no tiene nadie, tengo muchas chicas y a mí me asedian”. Yo pensaba como que bueno, bacano, porque los ídolos que yo tenía de Estados Unidos cantaban sobre eso pero yo quería proponer algo, ahí fue cuando salí con los ideales de hacer rap serio, amarlo, escribir hasta la madrugada, respetar lo que escribes, toda esa parte la guardé en mi corazón. Hubo un tiempo en el que todo esto era muy bueno, pero se empezó a tergiversar.

En pocas palabras ser rapero underground se convirtió en no progresar, incluso yo mismo pensaba que si a la gente le gustaba mi música tenían que esforzarse por tenerla, que la gente fuera y comprara mi disco, pero en algunas situaciones me di cuenta de que eso debía cambiar. Por ejemplo, uno de esos momentos de claridad fue cuando decidí crearme redes sociales. Antes pensaba que era sola apariencia y farandulería, sigue siendo así, pero también entendí que es una herramienta de trabajo. En este momento no soy yo quien maneja mis redes, pero gracias a que eso se mueve. Me está generando nuevas escuchas.

Ese proceso viene desde el 2013, después de las redes salté a las plataformas, empecé a aparecer en las fotos y todo ha venido en una evolución que no ha parado desde ahí.

Nombró códigos que sigue guardando en su corazón, ¿por qué son importantes conservarlos?

Porque siento que la música es una magia hermosa que te puede servir para muchas cosas. Hay música para llorar, para gritar, para llenarte de energía, y siento que en estas etapas de la actualidad los grandes referentes del rap colombiano nos quieren hacer pensar que el rap es solo dinero, fama, estar bien y dejan de lado esos momentos de intimidad.

Cuando murió mi padre yo me sentaba, ponía una canción de rap y me motivaba, qué chimba escuchar eso. Los códigos que yo manejo es hacer música porque lo amas, porque quieres dejar un mensaje, música que llene el alma y que entregue. Esa sinceridad es la que guardo, entendiendo que, aunque esté en una industria, puedo hacer valer mis conceptos y no tienen que cambiar, pueden seguir aportando a los demás.

La industria musical puede llegar a ser muy agresiva. ¿Cómo ha sido para usted llevar esos ideales una vez dentro de la escena?

Lo que yo he entendido en estos últimos años, gracias a rodearme de personas que tienen otra forma de pensar, es que todo se trata de un equilibrio entre estar en una industria y hacer tu música de corazón. Yo me siento, cojo mis papeles (porque sigo escribiendo en cuaderno) y me pongo a escribir lo que me nace, lo que me indigna, lo hago de una manera tan sincera que así es como me he conservado. No lo hago por lo que está sonando. Yo hago mi letra, la monto en el beat que yo quiera y ya cuando está construida la esencia lo llevo a donde Alka Produce, ahí él hace lo que quiera, excepto meter autotune.

Después se lo pasamos al mánager, ahí vienen las listas y las fotografías. En resumen, yo hago lo mío y se lo llevo a las personas que saben moverlo en la industria.

En esa apertura de conocer gente diferente conoció a Penyair y a Alka Produce, ¿qué significa para usted tener amigos como ellos?

La forma en que la conocí a Penya fue muy curiosa porque mi pareja, Selene, era muy amiga de él y un día me dijo que él me quería conocer, que improvisaba muy bien. Para ese entonces Penyair estaba muy underground, no había sacado nada, le daba muy duro al rap y mochileaba. Entonces me dijo que además de conocerlo la idea era darle puerta porque no tenía dónde quedarse y colaborarle un par de días. Así lo conocí.

Ambos ya sabíamos quién era el otro, él me escuchaba desde mucho antes de vernos por primera vez, incluso me contó que me escuchaba cuando estaba en el colegio. Se quedó un fin de semana en mi casa y ya después nos empezamos a ver más seguido. Tenemos una diferencia de años extensa, pero nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común como nuestro gusto por los videojuegos y nos fuimos volviendo muy amigos.

En este momento yo considero que él es mi mejor amigo, en esto de la música es muy importante porque cuanto más creces, menos personas leales te acompañan. Él se volvió mi hermano, nos amamos mucho, he aprendido mucho de él y sé que él también de mí.

En el caso de Alka Produce, él me conocía desde hace mucho tiempo. Un día me escribió para conocernos y me presentó a su familia. Le parecía muy curioso hablar conmigo porque él y Nanpa [Básico] eran las personas que se adueñaron del streaming y yo era la contraparte. Con él, a pesar de tener la misma edad, la relación se convirtió de enseñanza. Él me aconseja y me da motivación.

También te gusta el rock. ¿Qué tal convive el Realidad Mental con ese gusto tan diametralmente diferente?

A veces por mi apariencia parezco metacho, rapero o barrista. Mis amigos me dicen “El Moneda”, como el exlíder de los Comandos Azules de Millonarios, para cogerme de parche. También voy a círculos donde se escucha metal y puedo estar fácilmente en un lugar punk oliendo horrible para disfrutarme la música. Convivo mucho los dos mundos.

Si vamos a hacer algo y pongo la música, pongo canciones de Wu-Tang Clan, luego Ozzy Osbourne, después Black Sabbath y voy rotando. Además, también tengo un pequeño nicho en los rockeros por mi tono de voz y la oscuridad de mi música.

Este año cumple dos décadas desde que empezó su carrera musical, ¿qué se viene en el proyecto para conmemorarlo?

Estoy haciendo un pequeño EP con Eddy Mugre de cuatro a cinco canciones para volver a la esencia rompe cuellos. Queremos volver a ese sonido. Además, estamos haciendo un proyecto con Alka que será el álbum de larga duración conmemorativo de los 20 años, estamos haciendo lo posible para tenerlo este año debido a la complejidad del disco, es el proyecto que siempre he querido hacer.

Ya tengo la suficiente madurez, los recursos, el productor y los músicos. Es lo que sentía que debía presentar cuando cumpliera tantos años en el rap. Quería involucrarme más en el concepto, en la creación, es un disco experimental, pero con mucha esencia de Realidad.

Después de tanto tiempo en la cultura se ha convertido en una autoridad a la hora de hablar de rap. ¿Cómo cree que está el rap en este momento en el país?

Pienso que industrialmente la escena está en el mejor momento. Nunca había habido tantos raperos viviendo y sobreviviendo del rap. De hecho, antes hacerlo era el sueño, la meta era prensar un disco y ya, uno solo quería comer y ganar del rap, esa era la utopía.

Ahora tú ves que hay muchos raperos que sin tener grandes números viven de esto. Por ese lado me parece hermoso, ya se nos está dando el espacio a los raperos como artistas, ya no somos rateros para la gente.

Sin embargo, lo que me preocupa es el dilema moral. Siento que raperos como nosotros hacemos que no se pierdan las ideas bonitas de cambiar el mundo, no solo volverse millonario. Me preocupa que se pierda eso por el deslumbre de lo que está pasando, también tiene que entenderse que esto, que es sincero también, deja dinero.

¿Cuál es su próxima meta?

Mi meta es ser visible en Latinoamérica. Me falta demasiado camino porque durante mucho tiempo hice un trabajo underground, además mi estilo es muy marcado, es muy colombiano y es difícil vender. El rap latino está mucho más estilizado, es un poco más elegante, mi rap es muy tosco. Claro, todavía sueño con llenar un coliseo, pero también soy consciente que a los 35 años y con la vida que he llevado, grandes realidades se me presentan y me dicen “no, ahí ya se te hizo tarde”.

También en estos grandes sueños está el colaborar con artistas muy grandes, no sé, tipo tremendo rapero con Andrea Echeverri, cosas como esas.

Por Zaira Sofía Ariza - X: @sofiaariza01 - sarizavarela@gmail.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar