Ritvales, la fiesta de Halloween que se convirtió en un festival de música
Este 2 y 3 de noviembre se celebrará una nueva edición de Ritvales, el festival de música electrónica que ha posicionado a Medellín y Colombia como una parada obligatoria para los Djs del resto del mundo. Daniel Flórez, director creativo del evento, habló, entre otras cosas, de las implicaciones de hacer este evento que comenzó como una modesta fiesta.
Samuel Sosa Velandia
¿Cómo es que lo que empezó como una fiesta de Halloween resulta en un festival de música?
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¿Cómo es que lo que empezó como una fiesta de Halloween resulta en un festival de música?
Ritvales nació en 2014 como una fiesta de Halloween, donde la música electrónica e indie eran protagonistas. Con el tiempo y los cambios en el mercado, estos sonidos electrónicos comenzaron a ganar popularidad, atrayendo a más personas a los eventos. En 2018, realizamos una versión a la que asistieron cerca de 4,000 personas. Esa acogida fue el clic que nos llevó a decidir, al año siguiente, organizar un festival en el Jardín Botánico, con tres escenarios para 8,000 personas. El evento se agotó. En ese momento, Ritvales se convirtió en el evento que es hoy. En la siguiente edición, lo realizamos en el Parque Norte, buscando algo más masivo. Afortunadamente, el mercado, el público y Colombia respondieron, y se convirtió en un evento que, más que un festival, se ha convertido en una marca del país.
Como menciona, el mercado ha dado un lugar privilegiado a la música electrónica; sin embargo, esto ha generado una industria competitiva y se habla incluso de sobreoferta. ¿Cuáles son los elementos que han permitido que Ritvales se destaque y mantenga un diferencial?
En Breakfast Live nos enfocamos mucho en la experiencia que ofrecemos a la gente. De hecho, tenemos un departamento que se encarga de la experiencia del usuario (UX) dentro de los eventos. Nos interesa que la experiencia de una persona, desde la entrada hasta los escenarios, sea óptima. No nos importa el tamaño del evento, sino que todo sea diferente y memorable. Queremos que los asistentes recuerden haber ido a uno de nuestros eventos más allá de los artistas; es la suma de todo. En cuanto a la sobreoferta, creo que el reto está en encontrar la manera de sorprender a las personas. Afortunadamente, el público colombiano ha visto a todos los DJs que el mundo quiere ver, por lo que debemos pensar en cuál será ese factor sorpresa. Será difícil, pero tenemos que seguir innovando.
¿Cree que esa avalancha de eventos puede representar un riesgo para los promotores?
Sí, es un arma de doble filo, y el reto está en que los diferentes promotores sepan estratégicamente a qué apuntar y a qué públicos dirigirse. Dentro de la sobreoferta, siempre habrá oportunidades y espacios que llenar, porque, en el caso de la electrónica, los públicos son diversos y las tendencias van cambiando. Sin embargo, debo decir que esto sigue siendo una preocupación.
Hablemos de cómo ha sido organizar el evento en Medellín: los trámites, los permisos, las conversaciones con la Alcaldía...
Ha sido un proceso muy afortunado, porque en este momento el gobierno local se ha dado cuenta de que los grandes eventos dinamizan la economía de manera significativa. No solo se trata de lo que deja el festival, sino de los beneficios derivados, como la llegada de miles de personas a la ciudad, quienes gastan en hoteles, transporte y alimentación, además de recorrer las calles. De hecho, trabajamos de la mano con la Secretaría de Turismo y Entretenimiento, quienes nos han colaborado con los permisos para el uso de los espacios. Están dispuestos a que el evento se realice de manera exitosa, sin poner trabas.
En ese proceso, ¿qué ha sido lo más difícil para institucionalizar el evento?
Al principio, cuando no se realizaban grandes eventos, era difícil que entendieran el impacto que podían tener. También había un estigma en torno a la música electrónica. Sin embargo, creo que se ha abierto más la mente y se ha comprendido que Medellín se ha convertido en un epicentro de la música electrónica en la región, y me atrevería a decir que en el mundo.
En cuanto a los estigmas, ¿cómo se ha abordado el tema del consumo de drogas con las instituciones? ¿Cuál es la narrativa que manejan frente a esta realidad?
Siempre tratamos de mitigar las incidencias que puedan ocurrir. Hacemos lo que está a nuestro alcance: ofrecemos puntos de salud en todo el festival, zonas de hidratación y lugares de testeo. Desde antes del evento, intentamos concientizar a la gente sobre la importancia de evitar los excesos. Obviamente, es una realidad, pero afortunadamente nunca hemos tenido un caso grave; siempre logramos brindar atención oportuna.
Hablemos de cómo es el proceso de curaduría. ¿Qué tienen en cuenta para bookear a un DJ?
Es un trabajo pesado, porque el booking de los DJs implica mucho relacionamiento. Ellos trabajan con agencias, y para que a uno, como empresa promotora, le ofrezcan buenos artistas, es importante tener buenas relaciones con las agencias y contar con un historial de buenos eventos, incluso con artistas más medianos o pequeños, para que eventualmente se pueda llegar a los más grandes. Desde que el festival está institucionalizado, hemos tenido un mínimo de cuatro escenarios, y lo que hacemos es definir el ambiente que queremos en cada uno. Luego, empezamos a buscar los nombres que se alineen con la vibra que queremos; hacemos una lista de deseos con los artistas que queremos que participen en el festival. A partir de ahí, los bookers, que son quienes contratan a los artistas, comienzan a negociar y averiguar. Armar el lineup puede demorar fácilmente ocho meses.
¿Qué es lo más retador en esas negociaciones?
Hay muchas preguntas sobre por qué no se incluye a ciertos artistas. Pero el que la música electrónica se haya vuelto un fenómeno global ha implicado que los artistas sean excesivamente caros en este momento, y hay que tener cuidado de no gastar todo el presupuesto en un solo nombre. Entender cómo se mueve el mercado y los costos es fundamental. Armar el lineup puede demorar fácilmente ocho meses, negociando todos los nombres y horarios. Otra cosa que sucede es que a menudo la gente se pregunta por qué todos los buenos DJs tocan a la misma hora. La realidad es que todos quieren tocar en el horario prime. Por ejemplo, uno puede estar programado para medianoche y otro para la misma hora, porque todos los quieren ver. Ellos prefieren no tocar demasiado temprano ni demasiado tarde. Por lo tanto, el departamento encargado de contratar a los artistas debe lidiar con todas estas situaciones y encontrar la mejor manera de solucionarlas.
¿Algún artista que haya sido difícil de negociar?
Maceo Plex. Desde la primera gran edición del festival hemos intentado conseguirlo, pero resulta que cumple años justo en las fechas del evento. Sin embargo, este año, como cayó unos días antes de lo habitual, finalmente aceptó. Pero en general, gracias a que tenemos una buena relación, si hay disposición e interés por venir a Colombia. No obstante, muchos de los grandes artistas manejan sus rutas por el mundo, así que planifican sus giras de acuerdo con las regiones en las que quieren presentarse. Por ejemplo, hay un artista muy solicitado que ha comentado que en 2024 solo quiere tocar en Europa.
Respecto a los artistas nacionales, ¿qué tienen en cuenta para la selección de esos nombres?
Hacemos una mezcla entre artistas locales que se están destacando actualmente y aquellos con proyección internacional. Este año, además de Peter Blue y No One, tenemos nombres como Descoco y Cato Anaya, que ya están girando por el mundo. Cato, por ejemplo, tocó en Tomorrowland Brasil y tiene canciones con millones de reproducciones. También hay otros nombres locales y nacionales que complementan nuestra oferta, creando una selección de talento que incluye artistas ya establecidos y promesas dentro de sus géneros. Ritvales siempre apuesta por la variedad. Esta diversidad de nombres nos permite no solo contar con talento local de un género específico, sino también incluir una amplia gama que va desde el afro hasta el hard techno.
A pocos días del festival, ¿qué le preocupa? ¿Cuál es ese miedo que se irá hasta que se acabe?
Mi preocupación y trauma siempre ha sido que los artistas lleguen a tiempo. A veces, cuando uno no llega o cancela a última hora, la gente suele culpar al organizador del evento. Sin embargo, las razones pueden ser simples, pero que se escapan de nuestras manos, como que, por ejemplo, he escuchado de casos en los que se enferma un piloto y el vuelo se retrasa mientras buscan a alguien que lo reemplace. O simplemente el DJ se levanta enfermo y no puede viajar. Es muy estresante y a veces es difícil lidiar con situaciones como esas, que en muchos casos también tienen que ver con la humanidad del artista. ¿Cómo alguien va a tocar con neumonía?