Rock al Parque: los sonidos contraculturales de Colombia que se fusionan en la capital
Hablamos con varios periodistas musicales y personas cercanas al festival sobre su esencia y retos tras la pandemia. Esto, a propósito del comienzo de la nueva edición que arranca este sábado y que durará hasta el próximo lunes festivo.
Tatiana Gómez Fuentes
Andrés Osorio Guillott
Ir a Rock al Parque resulta tan bogotano como subir Monserrate o tomar changua (sí, sabemos que sobre todo esta última es de amores y odios). Y quizás el valor de asistir a un festival que lleva 28 añossendo parte de la agenda cultural de la capital está en que a partir de ahí no solo se conocen nuevas bandas, propósito que cumple todo festival musical, sino que muestra la cara de otra Bogotá, una que se deja ver con mayor libertad y diversidad, exponiendo manifestaciones que serían difíciles de encontrar al menos en un mismo espacio y que, por ende, ha dejado una huella no menor en la cultura bogotana.
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Ir a Rock al Parque resulta tan bogotano como subir Monserrate o tomar changua (sí, sabemos que sobre todo esta última es de amores y odios). Y quizás el valor de asistir a un festival que lleva 28 añossendo parte de la agenda cultural de la capital está en que a partir de ahí no solo se conocen nuevas bandas, propósito que cumple todo festival musical, sino que muestra la cara de otra Bogotá, una que se deja ver con mayor libertad y diversidad, exponiendo manifestaciones que serían difíciles de encontrar al menos en un mismo espacio y que, por ende, ha dejado una huella no menor en la cultura bogotana.
En las calles de la ciudad se escuchan ciertos rumores de que Rock al Parque ha perdido su esencia, su fuerza, que su curaduría después del golpe de la pandemia no ha sido la mejor. Para gustos, los colores, pero por esos mismos comentarios que se encuentran en las redes, o que se escuchan en los transmilenios, bares o andenes, quisimos hablar con algunas personas cercanas a este festival para que nos dieran su opinión.
¿Se ha perdido la esencia de Rock al Parque? Sí, sabemos también que ponerlo en estos términos lo hace subjetivo, pero quisimos abordarlo desde aquí para generar conversación sobre lo que el festival mantiene y sigue representando para la escena musical de la Atenas Suramericana. “Si habláramos de esencia y nos remontamos a un pasado, Rock al Parque puede ser como un gran muestrario del rock latinoamericano e iberoamericano que, posteriormente, fue cobrando otro matiz con la llegada de agrupaciones importantes del indie, bandas angloparlantes, pues obviamente estaba todo el componente metalero, pero de lo indie hacía falta un elemento que después empezó a meterse con bandas como Black Rebel Motorcycle Club. El indie se coló de a poquitos, y esta edición da muestra de cómo lo latinoamericano vuelve a regresar como si fuera la esencia. Siento que no se ha perdido, sino que se está recuperando en este momento”, dijo Jaime Monsalve, jefe musical de la Radio Nacional.
Renata Rincón, quien fue parte del equipo de comunicaciones de Rock al Parque entre 2018 y 2022, aseguró que “es un festival que no se parece a ningún otro, es libre para la gente, ha mostrado cuáles son las cosas que están pasando en la Bogotá subterránea, la contracultura, es un festival en el que la gente habla y no está respondiendo a un montón de intereses comerciales. Esa es su esencia. Los jóvenes siguen diciendo cosas importantes, y este es un espacio en el que la gente está dispuesta a escuchar y a replicar esas cosas. Rock al Parque es un evento político desde el arte, donde la gente va a expresarse, a disfrutar, pero también a demostrar qué es lo que está sucediendo en la ciudad”.
Una cosa también es cierta, y es que Rock al Parque por muchos años fue la oportunidad para que la gente conociera a sus bandas preferidas, pero no solo era ese hecho, sino que además se presentaba sin sacar un peso del bolsillo, salvo el del bus o el famoso cheto, el del taxi y el del mecato. El factor de lo gratuito no es menor, pues eso también le dio un reconocimiento importante al ser un encuentro anual que apostaba a bandas emergentes, pero también a traer lo mejor del rock y sus posibles derivados a una capital que es de todos y de nadie, para así ubicarlos en un mismo escenario.
¿Ha afectado la consolidación de festivales como Estéreo Picnic o Cordillera la realización de Rock al Parque? Sobre esto, dejando de lado el hecho de que por los primeros se paga una boleta y por el otro no, también opinaron los analistas invitados.
“Siento que tanto Estéreo Picnic como Cordillera y Rock al Parque son muy diferentes. Uno no escucha sonidos extremos como los primeros. Rock al Parque es además un espacio gratuito que ha traído una cantidad de artistas impresionantes. No creo que lo afecten, por el contrario, creo que deberíamos estar felices con la cantidad de espacios culturales que se traen a la capital. Siento que esto que estamos viviendo es una gran oportunidad, que claro, el bolsillo se ve afectado, pero todos estos festivales expanden la oferta musical. Rock al Parque ha sido tarima para artistas como Luis Alberto Spinetta y Épica, eso es un rango muy amplio de sonidos, y son estilos de rock and roll supremamente diferentes, que no se van a ver mezclados en otros festivales”, señaló Julio César Escovar, director de la emisora Radioacktiva.
Rincón y Monsalve coinciden con lo dicho por Escovar, pues consideran que ningún festival se choca con otro, y que todos terminan siendo parte de una oferta cultural amplia con apuestas e identidades distintas. “En Rock al Parque hay una diversidad impresionante, pero es bueno porque eso obliga a pensar qué otros artistas vienen y que el público busque su forma de sobrevivir y existir en esos espacios aportando a la ciudad”, comentó Renata Rincón.
El jefe musical de la Radio Nacional agregó la importancia de esta emblemática iniciativa en la construcción de público para eventos con un formato como el de los festivales al parque y de los otros que hemos mencionado. “Creo que Rock al Parque ayudó a que estos festivales se consolidaran en el sentido de la formación de un público. Bogotá no se puede quejar de que se ha convertido en una ciudad donde hay público para una cantidad de eventos, unos tras otros. De eso, precisamente el hecho de que Rock al Parque pudo generar ese público, entonces es fácil hoy que puedan convivir, quien lo creyera, el festival gratuito más importante de Latinoamérica, y dos festivales pagos con carteles muy sólidos como lo son el Estéreo Picnic y el Cordillera. Todos conviven muy bien, no riñen”.
Esta edición de Rock al Parque (la 28) contará con 58 bandas. De ellas se destaca el regreso de La Pestilencia después de 10 años, Kraken -que tendrá a Roxana Restrepo como su nueva vocalista- y Dr. Krapula. Por primera vez se presentarán artistas como León Benavente y Stuck in the sound. Mago de Oz, agrupación española, será la encargada de cerrar el festival este lunes.
En total serán 29 bandas internacionales, nueve nacionales y 20 distritales. Y precisamente sobre este último número, que tiene que ver con la misión de Rock al Parque de promover bandas locales, también preguntamos con el fin de comprender si la escena bogotana sigue siendo un factor clave en la constitución del festival.
Al respecto, el director de Radioacktiva manifestó que “sigo viendo muchos artistas locales que se siguen presentando en el festival. Este año voy feliz a ver una banda de la que me han hablado mucho y que solo he visto en redes, que se llama Entreco, y voy feliz a ver otras bandas que no se presentan hace años como La Pestilencia y Dr. Krápula. Veo que tanto el panorama internacional como la oferta local tienen mucho potencial. Me parece que está bien y que se está haciendo el trabajo”.
Monsalve, en la misma vía, concluyó que “sin ser paternalista, Rock al Parque tiene dentro de sus misiones el afán por mostrar los sonidos emergentes, sobre todo del Distrito, pues tienen el deber de ser la plataforma para el desarrollo de bandas nuevas, en ese sentido han cumplido con su trabajo, le han dado voz a quien merece tenerla. Hay bandas que tienen que saber que al pasar por un proceso libre de convocatoria, a no pasar, a que sepan qué hay por mejorar, y creo que los líderes de esas bandas lo podrían agradecer, porque de esa sinceridad se da la oportunidad para que puedan crecer y lleguen a ser parte del espectro sonoro de la Bogotá actual”.