Románticos de los 90, ¿los últimos salseros?
Han pasado más de 30 años desde el surgimiento de una generación de músicos que se encargaron de darle una nueva cara al género, pero no han sido los últimos en tratar de hacerlo.
Juliana Velasco - Hugo Santiago Caro
El cambio generacional que consolidó a la salsa romántica, también conocida como salsa de alcoba o salsa monga, como un nuevo capítulo en el fenómeno de la música antillana, vino con cantantes como Víctor Manuelle, Rey Ruiz, Charlie Cardona, Jerry Rivera, Luis Enrique y muchas otras nuevas figuras del género que surgieron en los años 90, rompiendo con el esquema de la salsa brava. Al mismo tiempo, lograron que la salsa perdurara en los mercados musicales, que estaban cambiando rápidamente.
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El cambio generacional que consolidó a la salsa romántica, también conocida como salsa de alcoba o salsa monga, como un nuevo capítulo en el fenómeno de la música antillana, vino con cantantes como Víctor Manuelle, Rey Ruiz, Charlie Cardona, Jerry Rivera, Luis Enrique y muchas otras nuevas figuras del género que surgieron en los años 90, rompiendo con el esquema de la salsa brava. Al mismo tiempo, lograron que la salsa perdurara en los mercados musicales, que estaban cambiando rápidamente.
“Cuando vino la salsa romántica al no tener la agresividad de la otra salsa, le comenzaron a llamar la salsa monga y la gente lo tomó como despectivo, como si fuera una salsa despectiva. Y cuando miramos históricamente por datos, es la salsa que más generó en cuestiones de ventas, de números de dinero, de compañías, de casas disqueras. Yo creo que no le han dado el respeto que se merece, el concepto completo, no los artistas individuales, el concepto de lo que es la salsa romántica”, afirma a El Espectador Víctor Manuelle.
El estadounidense, que comenzó su carrera haciendo parte de orquestas como la Puertorriqueña de Don Perignon, analiza que si bien la salsa fue consolidada por proyectos más “agresivos para el bailador”, orientados por ritmos como la rumba, o el guaguancó, atribuye a ese éxito en ventas a la llegada de figuras como Luis Enrique, Jerry Rivera y Rey Ruiz. Sin duda, es una generación a la que él también pertenece. “Cuando salieron ellos, como que las chicas empezaron a interesarse más, fueron personas que llegaron a crear un movimiento estilo artistas pop, que eso se veía más de los artistas de otros géneros”, continúa.
Sin embargo, tomando al mismo Víctor Manuelle de referencia, su último álbum se llama Retromántica y es una apuesta para volver al pasado con el que celebra 30 años de carrera. Un periodo que, visto en retrospectiva, marca también cuánto tiempo ha pasado y para gran parte del público, incluso quienes los miran con reticencia, ellos son el último relevo.
Rey Ruiz, a quien reconocía más atrás Víctor Manuelle, es muestra de que la consolidación es algo que ellos tienen, pero que para muchos nuevos proyectos, hace falta. “Me siento como si estuviera en mis años mozos. Claro que me siento mejor. Me siento maduro, siento que los años han pasado y no en vano. La gente te mira de manera diferente; ya eres un producto consolidado. Eso me gusta y me hace sentir bien”, responde el cubano ante el interrogante por el tiempo que ha pasado en su carrera.
Cambio de paradigma
Si bien el público salsero ha sido un componente fundamental tanto en el éxito como en el fracaso de las nuevas propuestas de salsa, también lo han sido los constantes cambios que sufrió la industria musical con la llegada del nuevo milenio. La piratería supuso el debilitamiento de los grandes sellos discográficos y el inicio de una oleada de producción independiente a lo largo de toda la industria. Los proyectos musicales y los sellos independientes se beneficiaron del creciente acceso a internet que les dotó de herramientas tecnológicas antes inalcanzables, lo que a su vez abarató los costos de producción que se sabían impagables fuera de las dinámicas económicas dominantes.
“Nosotros seguimos produciendo para que la gente tenga lo nuevo de cada uno de estos servidores que están vigentes. Estamos potentes en la voz, tenemos la vida, la salud y ya con las nuevas generaciones, hay mucha gente que viene haciendo música y lo que necesitan, creo yo, es también una plataforma como la que tuvimos nosotros. En nuestra época, la radio fue un apoyo impresionante, al igual que la televisión. Ahora creo que las nuevas generaciones requieren urgentemente estos apoyos”, analiza Charlie Cardona.
Y es que así como lo afirma, las propuestas musicales ya no solo se encuentran en los canales tradicionales como radio, televisión y ventas físicas, sino que la oferta incrementó a la velocidad de 100.000 canciones diarias subidas en Spotify, mientras que la demanda del mercado accede a la música a través de canales que cambian y se crean al ritmo del desarrollo de nuevas tecnologías. Esta situación dificulta la consolidación de figuras salseras como las de los años 90, pues en medio de la dispersión los grandes sellos discográficos, otrora disminuidos, mantienen el poder para promover y descubrir talentos, así como para crear o moldear movimientos musicales a su propio gusto.
“Es difícil porque en la generación de nosotros una casa disquera te apoyó 100 %. Hoy en día está el muchacho desorientado. No hay forma de llegar al público si no es a través de las redes. Que bueno, por lo menos las redes lo defienden, pero hace falta más allá de las redes y las plataformas. A veces, hace falta una guía”, opina Ruiz.
Esta dificultad que tienen proyectos nuevos dentro de la salsa para alcanzar reconocimiento también se refleja entre melómanos y coleccionistas salseros que buscan aún buscan joyas entre lanzamientos musicales realizados hace más de 20 años y que son resistentes a las propuestas más contemporáneas debido a la permanente comparación con el pasado. Sin embargo, en medio de esta dinámica también se abren paso propuestas de encuentros de melómanos enfocadas especialmente en salsa romántica, dentro de las que se incluyen novedades musicales.
“Muchos melómanos y coleccionistas no están abiertos a la música nueva, se han dedicado a buscar y rebuscar en la música de los 80 y 90, pero eso eventualmente se va a agotar” indica Cristian Andrés Castro, uno de los creadores del evento “Románticos al rescate” que se realiza periódicamente en Cali y en la que se propone ampliar el repertorio de salsa que se escucha incluyendo canciones que ya se consideran clásicos, como música contemporánea. Estos espacios se disputan oyentes con los medios tradicionales, especialmente la radio, que repite grandes éxitos, afianzando la idea entre el público general de una crisis en la producción salsera y que una falta de relevo generacional
Eventos como el de Castro demuestran que la salsa, y la salsa romántica, se ha convertido más que en un género dominante en el mercado, en un fenómeno más de nicho, de coleccionistas. No quiere decir que las nuevas propuestas no estén, ni que probablemente no tengan audiencias, pero las dinámicas de difusión no son las mismas que hicieron famosos a los artistas que respondieron para este artículo. Hoy la salsa es otra, las dinámicas de su consumo y distribución son otras. Es por eso que, probablemente, el punto de vista para asumir la problemática del relevo, deba ser otro.