Sergio Santana Archbold y su viaje a la historia de la salsa en Colombia
El sanandresano, ingeniero e investigador musical, editor del libro “En el mundo en que yo vivo… Salsa en Colombia”, propone un recorrido por los comienzos del género en ciudades como Cartagena, Barranquilla, Medellín, Cali y Bogotá.
Andrea Barraza Cabana*
Cómo llegó la salsa a Colombia sigue siendo una discusión abierta. Algunos afirman que los primeros discos los trajeron los marineros al puerto de Buenaventura; otros dicen que a Barranquilla. A Sergio Santana, a manera de broma, le gusta decir que en un avión que aterrizó en Medellín el 4 de abril de 1965 trajeron los primeros discos de lo que después llamaron salsa.
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Cómo llegó la salsa a Colombia sigue siendo una discusión abierta. Algunos afirman que los primeros discos los trajeron los marineros al puerto de Buenaventura; otros dicen que a Barranquilla. A Sergio Santana, a manera de broma, le gusta decir que en un avión que aterrizó en Medellín el 4 de abril de 1965 trajeron los primeros discos de lo que después llamaron salsa.
Definir cómo y dónde es circunstancial, pero no se puede negar que este sonido importado desde Cuba y transformado en Nueva York caló hondo a mediados de los años 60 en Colombia y rápidamente se transformó y posicionó como una de las músicas preferidas de los colombianos.
Entre tertulias de un grupo de bohemios nació la idea de escribir un libro que reuniera la historia de la salsa en Colombia. Santana decidió que para contar la historia nacional de la salsa debía hacerse desde las diferentes regiones del país. De esta manera eligió las principales ciudades de Colombia donde se vive la salsa y consiguió colaboradores en cada población que se encargarían de escribir la historia de la salsa en su ciudad.
Un proyecto que inicialmente se pensó para un año se alargó a siete, y en el camino varios desistieron. Finalmente, el libro En el mundo que yo vivo… Salsa en Colombia, se lanzó en marzo de este año y reúne la historia de la salsa en 11 ciudades.
En esta obra de referencia de la salsa colombiana colaboran distintos investigadores musicales, periodistas, melómanos y músicos: José Arteaga, Jaime Rodríguez, Octavio Gómez, Rafael Bassi, Jairo Solano, Carlos Mantilla, Daniel Olarte, Carlos Velásquez, Jairo Grijalba, Maira Luz Cantero, Iduar Ortega, Nicolás Contreras, Roberto C. Luján y, por supuesto, Sergio Santana A.
Aquí haremos un recorrido por cinco de estas ciudades y contaremos a través de canciones cómo se ha escrito la historia salsera nacional.
El viaje arranca en el norte
Sergio Santana Archbold decidió iniciar el viaje de la salsa en Colombia por Barranquilla y Cartagena, donde a finales de los 60 surgieron agrupaciones como Michi Sarmiento y su Combo Bravo (Cartagena), el Afrocombo de Pete Vicentini y, posteriormente, La Protesta de Colombia (ambas de Barranquilla), que empezaron a tocar adaptándose a lo que se estaba haciendo en Nueva York. Un sonido curtido de barrio y esquina, con trombones y trompetas, una combinación de timbal y clave que marcó la diferencia con las agrupaciones que en ese momento estaban tocando el son al mejor estilo de La Habana.
Sin embargo, en estas dos ciudades de la costa Caribe (Barranquilla y Cartagena) pasó un fenómeno muy particular. Cuando se quiere hablar del grupo barranquillero más representativo de la salsa es a la vez el más representativo de Cartagena: Joe Arroyo y La Verdad. El cartagenero, que se radicó a principio de los 80 en Barranquilla, les hizo a cada una de las ciudades un tema que se convirtió en himnos para sus pobladores.
Por un lado, la Arenosa tiene a En Barranquilla me quedo, grabado en el 88 para el álbum Fuego en mi mente, una declaración de amor a la patria chiquita que lo apoyó. Por otro lado, el tema con el que se puede identificar la salsa en Cartagena es Rebelión. Una perfecta crónica periodística que acompañada de pitos, coros, cueros y el piano del talentoso Chelito de Castro hacen una pieza magistral.
Los tesos de la salsa
La primera orquesta que se dedicó a hacer salsa en Medellín fue el Sexteto Miramar (1965), que se inclinaba por el estilo de Joe Cuba. El disco Salsa mi hermana (Discos Fuentes, 1968) fue la primera producción musical en Colombia clasificada como salsa.
Sin embargo, se consolidó definitivamente con la aparición de Fruko y sus Tesos en 1970. Julio Ernesto Estrada, Fruko, fue un visionario que incluyó en la agrupación cantantes de las dos costas. Contó con la participación de Piper Pimienta, con quien grabaron unos sencillos y el elepé A la memoria del muerto (1972), pero se fortaleció con las voces de Joe Arroyo y Wilson Manyoma, que le dieron una década completa de éxitos.
El preso es la composición por excelencia de Fruko y sus Tesos y al mismo tiempo el tema que representa la salsa en Medellín. Esta canción del álbum Fruko el Grande (1975) contó con tres elementos que lo convirtieron en un hit rotundo: la letra sencilla, pero determinante del compositor Álvaro Velázquez, la magia de la orquesta de Fruko y la contundencia de la voz de Manyoma, que le aportó ese tono barriobajero que complementa la letra de la canción. Fue el primer tema en representar la salsa colombiana en el exterior.
La capital mundial de la salsa
De Medellín viajamos a la Sultana del Valle. Cali adoptó la música afroantillana como identidad musical y con el tiempo se consolidó la salsa como uno de los símbolos patrios de la ciudad.
En términos cuantitativos, Cali ha sido la ciudad de Colombia con más agrupaciones de salsa registradas, más de 120 escuelas de baile, incontables melómanos y coleccionistas especializados en este género. En 10 años llegó a tener 500 establecimientos dedicados a la promoción de la salsa. Es un fenómeno que no se ha replicado en ninguna ciudad del mundo. Así se ganó el título de Capital Mundial de la Salsa.
Y hablar de Cali es hablar del Grupo Niche. Esta agrupación se encargó de internacionalizar la salsa hecha allí. La canción insignia es Cali pachanguero, una fotografía nostálgica de la ciudad. Jairo Varela, director del Grupo Niche, no pensó que este tema llegaría a tener la relevancia que goza hoy. Hizo esta canción como relleno del álbum No hay quinto malo (1984) e interpretada por el palmirano Moncho Santana, sin querer se convirtió en el himno alterno de la ciudad.
Bogotá también tiene su salsa
En Bogotá nacieron orquestas que hicieron historia, entre las que se encuentran indudablemente el Grupo Niche y posteriormente la Orquesta Guayacán.
Pero con el nuevo milenio nació en el barrio Teusaquillo de Bogotá un grupo de rockeros que un día les dio por hacer salsa y causaron revuelo en la escena musical capitalina. La 33 retomó lo que se había perdido en el auge de la salsa romántica que predominó a finales de los 90.
Con el tema La Pantera Mambo (2004), un arreglo de Sergio Mejía del clásico tema de la serie de TV The Pink Panther. La fuerza de los metales y el feeling del cantante, hicieron la mezcla perfecta para que este tema fuera un éxito rotundo que le dio la vuelta al mundo y que recuperó el estilo de salsa hecha en los 70.
Este es el mundo en el que vive Sergio Santana Archbold. Quedan invitados a esta fiesta literaria, al golpe de los sabrosos acordes de un Cali pachanguero, no le pegue a la negra y un Son cepillao con minué.
El libro puede conseguirse en Bogotá en Musiteca Discos, en el centro comercial Omni, o en el resto del país a través de la emisora Latina Stereo, escribiendo al Whatsapp 3197043625.
* De la Fundación Color de Colombia