Simón Figueroa y Jaider Mondragón: notas altas en el Festival Francisco El Hombre
La edición 14 de este festival vallenato contemporáneo exaltó a dos jóvenes de la región Caribe colombiana. Figueroa lució con su voz y se llevó dos premios: Mejor cantante y Mejor agrupación. Mondragón quedó como Mejor acordeonero con la Banda de Pablo.
Alberto González Martínez*
Hay más de cien festivales vallenatos en Colombia, según MinCultura. Todos exaltan la música tradicional vallenata. Excepto uno. Queda en Riohacha y se llama Festival Francisco El Hombre. Las notas modernas de los acordeones se combinan con la brisa del mar Caribe y desde hace catorce años escogen los mejores en el canto, la ejecución del acordeón y de la agrupación. Aquí los perfiles de los dos artistas premiados de esta edición.
El juego secreto de Simón Figueroa
A Simón le gusta ganar por partida doble. En 2019 ya se había hecho con dos categorías juveniles. Intentó buscar el premio en los dos años siguientes, pero el segundo puesto siempre aguantaba su victoria. Este año fue el suyo y volvió a ganar doble. Se llevó dos categorías y quedó como el Rey Francisco el Hombre.
(Le recomendamos: Jorge Oñate: el eco de una voz)
No lleva mucho tiempo en la música. En 2015 probó con el acordeón en la Casa de la Cultura de su natal Barranca (La Guajira). Fue intento fallido. Tanteó con la voz en los coros y esta vez no le fue mal. Al siguiente año ingresó a la Banda Sinfónica del Cerrejón, que interpretaba música de varios géneros. Pero lo suyo era el vallenato.
Ya tiene dos éxitos locales, que han sonado en Cesar, Guajira y Magdalena. El primero fue “Te quiero besar”. Una canción que habla de un momento crítico en una relación. Este tema fue grabado con el acordeón de Robert Kammerer y luego un remix que incluyó la voz de Rafa Roncallo. Tiene cerca de 600 mil visitas en Youtube.
“Nosotros no esperábamos que pasara lo que pasó con ella (la canción). A le gente le gustó mucho, se fue metiendo poquito a poco. Fue algo orgánico. Se terminó de disparar cuando Roncallo, que estaba pegado, decidió hacer un remix con nosotros”.
(Lea también: Pimpinela: 40 años del estilo “novela” en la balada latina)
Llegó la pandemia y muchos músicos dejaron de producir canciones. Simón Figueroa no. Y grabó lo que sería su segundo éxito, que luego grabaría con el ‘Mono’ Zabaleta. Esta tiene cerca de 700 mil reproducciones. Se llamó “Juego secreto” y habla de un tema recurrente en vallenato: la infidelidad. Aunque sus ritmos son una nueva propuesta.
“El sonido de cada instrumento es nuevo, más chicle, menos vallenato, más ‘reguetoncito’, por decirlo así. Es una mezcla indefinida que todavía no se sabe cuál es su nombre. Es simplemente música moderna”, afirma Figueroa.
(Además: Nia Sierra: lo que debe saber de esta artista manizaleña en Sessions)
El secreto de ese nuevo estilo lo comparte con su productor ‘Tito’ Manjarrés, a quien también le grabó una canción. Su actual fórmula en el acordeón es Chide García, que venía de Los K Morales sin mucho protagonismo. Con él grabó un dvd y dos sencillos que siguen el juego secreto de su nuevo estilo y que gusta al público juvenil.
La banda de Pablo y el acordeón de Jaider Mondagrón
Jaider Mondagrón contó con la suerte de ganar el Festival Francisco el Hombre la primera vez que se presentó. Aunque más que suerte él habla de trabajo. Concursó con su agrupación, La banda de Pablo, y convenció al jurado para quedarse con la categoría de Mejor acordeonero. Algunos piensan que para ganar festivales hay que hacer todo un proceso.
“La idiosincrasia de las personas en los concursos, que hay que presentarse varias veces para poder ganar. Cuando las cosas se hacen bien, se reflejan y se gana. Eso pasó en este festival, que nosotros ganamos la primera vez que nos presentamos”, afirma Mondragón.
(También: Jorge Drexler presenta su esperado álbum “Tinta y Tiempo”)
Él es de Tierralta (Córdoba). Se fue a Medellín a estudiar Odontología y allá conoció al vocalista de la agrupación, Pablo Quiñonez. Necesitaban un acordeonero y él, en plena pandemia, aceptó. Se acoplaron tan bien que luego de estar más de un año con ellos se llevaron el primer puesto en el concurso.
Pero el vallenato que se escucha el Caribe no es el mismo que escucha Medellín. Ellos son más receptivos con el vallenato romántico o, como algunos le llaman, el vallenato llorón. Asegura Jaider que a pesar de ello “en Medellín el vallenato se mueve bastante y se trabaja bastante” y es una de las mejores plazas del país.
Aún no ha grabado música propia con su banda, pero están trabajando en un sencillo. Tienen varios cover de canciones populares y con arreglos suyos. Así viajan a varios municipios del país a hacer sus presentaciones.
(También: Andrés Cepeda lanza “Lo que había olvidado”, una balada dedicada a Elisa Restrepo)
El primer contacto que Jaider tuvo con un acordeón fue uno de juguete que tenía un vecino. Se encariñó con el instrumento y se fue a ver clases a la escuela municipal de Tierralta. Se presentaba a los festivales vallenatos de los pueblos cercanos al suyo con los acordeones prestados, que le tocaba rogar para conseguirlos.
Así se ganó el primer Festival en La Apartada de Valencia y luego su mamá le compró un acordeón. Ganó cerca de cinco festivales en la categoría infantil, pero no siguió con los concursos y se concentró en el estudio. No dejó de ensayar desde ese momento hasta la actualidad y ahora han cambiado los papeles. Ha suspendido el estudio por tocar acordeón.
(Además: Piero regresa a Colombia con su “Sinfonía Inconclusa en La Mar”)
Le gusta el estilo de Rolando Ochoa y Omar Geles. Cuando está haciendo un arreglo en el acordeón piensa en ellos. También piensa en grandes cantantes a su lado. Dice que admira mucho el trabajo que hacen Jorge Celedón y Silvestre Dangond. Por ahora quien lo acompaña a su lado es Pablo, el de la Banda. Dice que más que una banda ya es su familia.
*De la Fundación Color de Colombia.
Hay más de cien festivales vallenatos en Colombia, según MinCultura. Todos exaltan la música tradicional vallenata. Excepto uno. Queda en Riohacha y se llama Festival Francisco El Hombre. Las notas modernas de los acordeones se combinan con la brisa del mar Caribe y desde hace catorce años escogen los mejores en el canto, la ejecución del acordeón y de la agrupación. Aquí los perfiles de los dos artistas premiados de esta edición.
El juego secreto de Simón Figueroa
A Simón le gusta ganar por partida doble. En 2019 ya se había hecho con dos categorías juveniles. Intentó buscar el premio en los dos años siguientes, pero el segundo puesto siempre aguantaba su victoria. Este año fue el suyo y volvió a ganar doble. Se llevó dos categorías y quedó como el Rey Francisco el Hombre.
(Le recomendamos: Jorge Oñate: el eco de una voz)
No lleva mucho tiempo en la música. En 2015 probó con el acordeón en la Casa de la Cultura de su natal Barranca (La Guajira). Fue intento fallido. Tanteó con la voz en los coros y esta vez no le fue mal. Al siguiente año ingresó a la Banda Sinfónica del Cerrejón, que interpretaba música de varios géneros. Pero lo suyo era el vallenato.
Ya tiene dos éxitos locales, que han sonado en Cesar, Guajira y Magdalena. El primero fue “Te quiero besar”. Una canción que habla de un momento crítico en una relación. Este tema fue grabado con el acordeón de Robert Kammerer y luego un remix que incluyó la voz de Rafa Roncallo. Tiene cerca de 600 mil visitas en Youtube.
“Nosotros no esperábamos que pasara lo que pasó con ella (la canción). A le gente le gustó mucho, se fue metiendo poquito a poco. Fue algo orgánico. Se terminó de disparar cuando Roncallo, que estaba pegado, decidió hacer un remix con nosotros”.
(Lea también: Pimpinela: 40 años del estilo “novela” en la balada latina)
Llegó la pandemia y muchos músicos dejaron de producir canciones. Simón Figueroa no. Y grabó lo que sería su segundo éxito, que luego grabaría con el ‘Mono’ Zabaleta. Esta tiene cerca de 700 mil reproducciones. Se llamó “Juego secreto” y habla de un tema recurrente en vallenato: la infidelidad. Aunque sus ritmos son una nueva propuesta.
“El sonido de cada instrumento es nuevo, más chicle, menos vallenato, más ‘reguetoncito’, por decirlo así. Es una mezcla indefinida que todavía no se sabe cuál es su nombre. Es simplemente música moderna”, afirma Figueroa.
(Además: Nia Sierra: lo que debe saber de esta artista manizaleña en Sessions)
El secreto de ese nuevo estilo lo comparte con su productor ‘Tito’ Manjarrés, a quien también le grabó una canción. Su actual fórmula en el acordeón es Chide García, que venía de Los K Morales sin mucho protagonismo. Con él grabó un dvd y dos sencillos que siguen el juego secreto de su nuevo estilo y que gusta al público juvenil.
La banda de Pablo y el acordeón de Jaider Mondagrón
Jaider Mondagrón contó con la suerte de ganar el Festival Francisco el Hombre la primera vez que se presentó. Aunque más que suerte él habla de trabajo. Concursó con su agrupación, La banda de Pablo, y convenció al jurado para quedarse con la categoría de Mejor acordeonero. Algunos piensan que para ganar festivales hay que hacer todo un proceso.
“La idiosincrasia de las personas en los concursos, que hay que presentarse varias veces para poder ganar. Cuando las cosas se hacen bien, se reflejan y se gana. Eso pasó en este festival, que nosotros ganamos la primera vez que nos presentamos”, afirma Mondragón.
(También: Jorge Drexler presenta su esperado álbum “Tinta y Tiempo”)
Él es de Tierralta (Córdoba). Se fue a Medellín a estudiar Odontología y allá conoció al vocalista de la agrupación, Pablo Quiñonez. Necesitaban un acordeonero y él, en plena pandemia, aceptó. Se acoplaron tan bien que luego de estar más de un año con ellos se llevaron el primer puesto en el concurso.
Pero el vallenato que se escucha el Caribe no es el mismo que escucha Medellín. Ellos son más receptivos con el vallenato romántico o, como algunos le llaman, el vallenato llorón. Asegura Jaider que a pesar de ello “en Medellín el vallenato se mueve bastante y se trabaja bastante” y es una de las mejores plazas del país.
Aún no ha grabado música propia con su banda, pero están trabajando en un sencillo. Tienen varios cover de canciones populares y con arreglos suyos. Así viajan a varios municipios del país a hacer sus presentaciones.
(También: Andrés Cepeda lanza “Lo que había olvidado”, una balada dedicada a Elisa Restrepo)
El primer contacto que Jaider tuvo con un acordeón fue uno de juguete que tenía un vecino. Se encariñó con el instrumento y se fue a ver clases a la escuela municipal de Tierralta. Se presentaba a los festivales vallenatos de los pueblos cercanos al suyo con los acordeones prestados, que le tocaba rogar para conseguirlos.
Así se ganó el primer Festival en La Apartada de Valencia y luego su mamá le compró un acordeón. Ganó cerca de cinco festivales en la categoría infantil, pero no siguió con los concursos y se concentró en el estudio. No dejó de ensayar desde ese momento hasta la actualidad y ahora han cambiado los papeles. Ha suspendido el estudio por tocar acordeón.
(Además: Piero regresa a Colombia con su “Sinfonía Inconclusa en La Mar”)
Le gusta el estilo de Rolando Ochoa y Omar Geles. Cuando está haciendo un arreglo en el acordeón piensa en ellos. También piensa en grandes cantantes a su lado. Dice que admira mucho el trabajo que hacen Jorge Celedón y Silvestre Dangond. Por ahora quien lo acompaña a su lado es Pablo, el de la Banda. Dice que más que una banda ya es su familia.
*De la Fundación Color de Colombia.