Slipknot, 25 años de caos enmascarado
La banda norteamericana retorna a la capital de la república con dos actuaciones en el Movistar Arena este martes y miércoles. Apelando al heavy metal, a un espectáculo circense y una estética de film de terror, estos nueve músicos no conocen limites.
Por: Alejandro Bonilla - @alejandrosis
La furia y la diversión de la misma mano. Ese es el concepto que maneja Slipknot, un conjunto aparecido a finales de los años noventa con conciertos arrolladores, en los que sus músicos lo daban todo en el escenario; incluso si esto ponía en riesgo su propia integridad física.
La banda se creó en Des Moines, estado de Iowa, un lugar de la unión americana más conocido por las colosales siembras de maíz que por su actividad musical. Apelando a la afinación baja de sus guitarras, líneas densas de bajo y una percusión implacable que va desde una batería convencional hasta un barril de acero, estos sujetos revolucionaron lo que se creía hasta entonces debía ser el metal pesado.
Pero aún más útil fue su imagen tan teatral como llamativa. Sus músicos siempre actúan con idénticos overoles industriales y máscaras dignas de Halloween. En una primera etapa se sumaba el misterioso anonimato de sus integrantes adoptando los números del cero al ocho como alias en el escenario. En el apartado lírico mucha oscuridad y el nihilismo, además de un nombre cariñosamente insultante para sus fans: “Maggots”, es decir “gusanos”.
Su primer disco de estudio con título homónimo se editó hace exactamente 25 años siendo un absoluto mazazo. La garganta del vocalista Corey Taylor, es una sesión de rugidos propios de una bestia. Las guitarras son punzantes y el trabajo en percusión es infernal. Además se puede apreciar un tornamesas y samplers que dan un aire esquizofrénico a la inusitada combinación.
No hay duda que la dinámica de ese álbum que cuenta con piezas fundamentales en sus conciertos es indiscutible: ‘Wait and Bleed’, ‘Spit it Out’ y ‘Purity’ van desbocadas para chocar con audiencias que necesitan desahogarse.
Luego de liderar los más importantes festivales de metal en el mundo, y de crear su propio evento al aire libre llamado Knotfest y que se realizó en tres oportunidades en nuestro país, este conjunto se presenta a doble jornada en el Movistar Arena. Las entradas están agotadas para estos shows donde esta pandilla interpretará completo y en su orden, ese primer trabajo que despachó dos millones de copias en su país y que es considerado por la prestigiosa revista Metal Hammer como el mejor álbum debut en los últimos 25 años. Una prueba de que esto nunca fue ni una payasada ni un juego.
La furia y la diversión de la misma mano. Ese es el concepto que maneja Slipknot, un conjunto aparecido a finales de los años noventa con conciertos arrolladores, en los que sus músicos lo daban todo en el escenario; incluso si esto ponía en riesgo su propia integridad física.
La banda se creó en Des Moines, estado de Iowa, un lugar de la unión americana más conocido por las colosales siembras de maíz que por su actividad musical. Apelando a la afinación baja de sus guitarras, líneas densas de bajo y una percusión implacable que va desde una batería convencional hasta un barril de acero, estos sujetos revolucionaron lo que se creía hasta entonces debía ser el metal pesado.
Pero aún más útil fue su imagen tan teatral como llamativa. Sus músicos siempre actúan con idénticos overoles industriales y máscaras dignas de Halloween. En una primera etapa se sumaba el misterioso anonimato de sus integrantes adoptando los números del cero al ocho como alias en el escenario. En el apartado lírico mucha oscuridad y el nihilismo, además de un nombre cariñosamente insultante para sus fans: “Maggots”, es decir “gusanos”.
Su primer disco de estudio con título homónimo se editó hace exactamente 25 años siendo un absoluto mazazo. La garganta del vocalista Corey Taylor, es una sesión de rugidos propios de una bestia. Las guitarras son punzantes y el trabajo en percusión es infernal. Además se puede apreciar un tornamesas y samplers que dan un aire esquizofrénico a la inusitada combinación.
No hay duda que la dinámica de ese álbum que cuenta con piezas fundamentales en sus conciertos es indiscutible: ‘Wait and Bleed’, ‘Spit it Out’ y ‘Purity’ van desbocadas para chocar con audiencias que necesitan desahogarse.
Luego de liderar los más importantes festivales de metal en el mundo, y de crear su propio evento al aire libre llamado Knotfest y que se realizó en tres oportunidades en nuestro país, este conjunto se presenta a doble jornada en el Movistar Arena. Las entradas están agotadas para estos shows donde esta pandilla interpretará completo y en su orden, ese primer trabajo que despachó dos millones de copias en su país y que es considerado por la prestigiosa revista Metal Hammer como el mejor álbum debut en los últimos 25 años. Una prueba de que esto nunca fue ni una payasada ni un juego.