SOG: “Hago la música que me gustaría escuchar”

SOG estaba en Estados Unidos cuando recibió la noticia de que su canción entró al “Hot 100 de Billboard”. “Sentía que a mi carrera le faltaba ese toque internacional, ya en Colombia habíamos logrado cosas grandes”, dijo acompañado de una sonrisa de satisfacción. Ahora está de regreso a Medellín, su ciudad, y no esperaba otra cosa que verlo con sus gafas características. Me lo he topado un par de veces en algún evento musical de la ciudad, he buscado en Google Imágenes y sus redes sociales y aún no he podido conocer de qué color tiene los ojos. Tampoco le pregunté.

SOG estaba en Estados Unidos cuando recibió la noticia de que su canción entró al “Hot 100 de Billboard”. “Sentía que a mi carrera le faltaba ese toque internacional, ya en Colombia habíamos logrado cosas grandes”, dijo acompañado de una sonrisa de satisfacción. Ahora está de regreso a Medellín, su ciudad, y no esperaba otra cosa que verlo con sus gafas características. Me lo he topado un par de veces en algún evento musical de la ciudad, he buscado en Google Imágenes y sus redes sociales y aún no he podido conocer de qué color tiene los ojos. Tampoco le pregunté.

Le hice la pregunta que siempre hago a los músicos: ¿Cuál fue la última canción que escuchó? Dijo que Rubicon, de Peso Pluma de su reciente álbum. Antes había dicho que estaba encantado con los corridos tumbados por su interpretación, sus tonalidades, sus métricas y sus instrumentos. Supongo que está buscando nuevos sonidos para incorporarlos en sus producciones. Ya lo ha hecho con sonidos que escucha en la calle, en la discoteca, o con los géneros que le han gustado, con bandas que van desde Linkin Park, pasando por Rodolfo Aicardi hasta el reguetón de la “mata”, como dice, de Zion &Lennox.

Para su última producción, que lleva 44 millones de reproducciones (Youtube y Spotify) en dos semanas de su lanzamiento, volvió a ese sonido clásico urbano. “Qué chimba, SOG” es la primera frase que se escucha en la canción, que se ha convertido en su sello, y fue el mismo Ryan Castro quien genuinamente, en la grabación de la canción Wasa Wasa, lo dijo. También logró montar en un reguetón por primera vez al cantante de moda de corridos tumbados, Peso Pluma, aunque fue antes de que se volviera viral. Contó que en una visita a Medellín, Ryan Castro llevó al mexicano a su estudio, él le mostró varias canciones y se quedó con Quema”. Al tiempo le mandó las voces, en las que se escucha un Peso Pluma diferente y al que el antioqueño le añadió sonidos de los años 2000, con un sintetizador aflautado y unos beats de reguetón clásico. Fue la fórmula que llevó la canción al “Hot 100 de Billboard”.

Razón por la que hablé con SOG, y no con Santiago Orrego Gallego.

Peso Pluma se monta en un reguetón por primera vez, ¿hubo dificultades con la adaptación?

Es complejo. Desde la producción tuve que organizar varias cosas, no porque la siguiera mal, sino porque supongo que es difícil familiarizarse con este con este tipo de métrica, que es bien diferente a los corridos. Musicalmente es bien difícil de interpretar este tipo de ritmos, pero él es un artista impresionante, me mandó unas voces increíbles y ya fue más como trabajo mío organizarlas a mi manera para que sonara a reguetón. Se notaba obviamente que era un nuevo género para él, pero le suena bastante bien.

Ese sonido del sintetizador es como si ya lo hubiese escuchado antes, aunque no logro relacionarlo directamente con algo…

Muchas personas me preguntaban si era un sample, pero en realidad la interpreté en el piano y es como una flauta. Antes tenía un sintetizador más tranquilo, pero luego cuando empecé a producir la canción, me encontré con esta flauta que me hacía una vibra chévere y que, si lo notas, suena de inicio a fin. Siento que una característica de mi estilo es que trato de hacer una melodía que tenga mucha recordación, pero que no sature y no se interponga con el artista. Entra de una con el bajo, el coro, un dembow fuerte y un reguetón clásico que hace que suene de la “mata”.

Hay otros artistas en el reguetón que se están acercando a los sonidos electrónicos o explorando otros géneros, ¿por qué decide alinearse con lo clásico o con la “mata”, como dice?

Me gusta el tipo de reguetón con el que nosotros crecimos, con Zion y Lennox, con Ñengo Flow, con Yaga y Mackie. Recuerdo que en el barrio donde vivía, en las madrugadas, llegaban amigos con el carro que el sonido valía más que el carro, los vidrios de las casas temblaban, entonces me causa mucha curiosidad este reguetón con el que crecí, el que escucho en la calle, en la discoteca, y así hago la música que a mí me gustaría escuchar.

Y las raíces también se ven en el videoclip, a pesar de que fue grabado en Guadalajara (México), hay una estética noventera de Medellín.

Así es. Un calor impresionante, una ciudad bien bonita, primera vez que iba a Guadalajara. Los muchachos me dicen vente para Guadalajara, tomé un vuelo, me fui y al día siguiente rodamos el video. Ellos le decían al director “póngame a SOG acá en la mitad del video”. Me llena de alegría contar con estos artistas, que me dan respeto y apoyo.

Hay otros productores de reguetón haciendo sus propias producciones, ¿también está su proyecto personal?

Claro. Estoy trabajando en eso, siento que también ha sido un plus para mi carrera, porque los productores usualmente nos quedábamos detrás del telón y las canciones aparecían como Pepito Pérez producido por SOG. Ahora estoy apostando para que sea Pepito Pérez ft SOG, una colaboración entre el artista y el productor, figurar en los videos, expresarme en los medios. Me parece muy bonito que la gente me reconozca en la calle y me pidan fotos siendo productor. Antes éramos subestimados y hay que reconocer que nosotros mismos estábamos como solos en la producción. Tengo grandes referentes, como Sky, Ovy, Looney Tunes, Mambo King, Tainy. Son productores que se han esforzado mucho por mostrar su rostro y demostrar que las canciones son una colaboración entre un artista y un productor.