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Este domingo, en el Hard Rock Stadium de Miami (Estados Unidos) se disputará el Super Bowl, la gran final del campeonato de la National Football League (NFL), en el que se enfrentan los campeones de la Conferencia Nacional (NFC) y la Conferencia Americana (AFC).
El partido de este domingo será entre Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers. Se espera que sea un espectáculo porque los dos equipos vienen más fuertes que nunca debido al gran éxito de la temporada 2019.
A lo largo de sus 54 años de historia, el evento se ha distinguido por ser uno de los más importantes del mundo y no es tanto por el acontecimiento deportivo, sino por el espectáculo de medio tiempo que reúne a las figuras más importantes de la música y, asimismo, por su franja comercial de treinta minutos, donde varias empresas deciden emitir sus anuncios más costosos y sus mayores producciones del año —treinta segundos al aire cuestan US$5,6 millones .
El primer Super Bowl se jugó el 15 de enero de 1967 y su ganador fue el equipo Green Bay Packers. En un principio, la importancia del evento deportivo radicaba en las bandas musicales de las universidades estadounidenses; sin embargo, al ver su creciente popularidad, los organizadores optaron por invitar a grandes músicos del momento. El primero de ellos fue el rey del pop: Michael Jackson (1993), le siguieron Diana Ross (1996), U2 (2002), Paul McCartney (2005), Los Rolling Stones (2006), Madonna (2012), Lady Gaga (2017) y Justin Timberlake (2018), entre otras personalidades.
Sabor latino
El espectáculo también se caracterizó por abrir las fronteras de la música y dar espacio no solo a los talentos norteamericanos, sino a los latinos. Entendieron que la industria estaba creciendo y uno de sus mayores públicos era la comunidad hispana en Estados Unidos.
Por esta razón, empezaron a llevar artistas latinos, para darle una nueva mirada de inclusión al evento televisivo más importante del mundo. Así fue como se presentaron los cubanos Gloria Estefan (1992 y 1999) y el trompetista Arturo Sandoval (1995), la estadounidense con ascendencia ecuatoriana Christina Aguilera (2000) , la trinitense Nicki Minaj (2012) y el director venezolano Gustavo Dudamel (2016), al frente de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles. En esta lista, si bien no es latino, resalta la participación del español Enrique Iglesias.
La cubana Estefan marcó la pauta para el resto de los colegas. En 2011, el mexicano Jaime Luis Gómez (más conocido como Taboo) con el grupo Black Eyed Peas hizo una de las presentaciones memorables de los últimos años al lado de estrellas como Usher y el legendario guitarrista Slash.
A esta gran lista de artistas latinos, hoy se sumarán las presentaciones de la colombiana Shakira y la puertorriqueña Jennifer Lopez. Será la primera vez que el evento contará con la presencia de dos artistas latinos en el entretiempo y, además, mujeres.
Aparte de ellas dos, también estarán presentes los famosos Tigres del Norte, quienes han venido más de sesenta millones de álbumes en todo el mundo y tienen doce premios Grammy (cinco anglo y siete latinos). Este colectivo tendrá una participación especial en el inicio del partido, momento en el que sus integrantes mostrarán un video sobre su legado, así como las 100 temporadas de la NFL.
El medio tiempo será para las dos mujeres, que el pasado jueves, en una rueda de prensa sobre el evento organizado por la NFL y Pepsi-Cola, anunciaron que harán un homenaje a la cultura latina y que su presentación será un paso más para “redefinir el concepto de la edad, la fuerza, la disciplina y qué significa ser una mujer latina”.
“La música y el deporte comparten el poder de unificar a la gente y es lo que buscaremos hacer en nuestro espectáculo en el Super Bowl”, dijo JLo, quien estará acompañada en el escenario por Swing Lat ino, agrupación caleña de baile creada por Luis Eduardo Hernández, más conocido como Mulato.
Mientras que la barranquillera afirmó que este es un “momento muy importante para homenajear a los latinos y recordar la fuerza que somos en este país y en el mundo”.
Shakira, la leyenda
La colombiana llega a la gran final deportiva después de lanzarMe gustas al lado del puertorriqueño Anuel AA —colaboración por la cual recibió varias críticas— y, además, celebrando su cumpleaños número 43. Sin embargo, la artista reconoce que no ha tenido tiempo de pensar en su celebración, porque el Super Bowl le ha quitado la mayor parte del tiempo, lo mismo que sucedió en su gira El Dorado World Tour, con la que recorrió gran parte del mundo y regresó a su casa: Colombia.
El público la recibió como si nunca se hubiera ido. Se alegraron al ver visos de la Shakira de Pies descalzos y ¿Dónde están los ladrones? —sus primeros álbumes— y escuchar canciones como “Piel descalzos”, “¿Dónde estás, corazón?”, “Un poco de amor”, “Ojos así”, “Moscas en la casa” y “Antología”, uno de sus mayores éxitos musicales. Pero a la vez se encontraron con la nueva Shakira: la loba y la loca —en referencia a sus temas musicales— y cantaron a todo pulmón “La bicicleta”, “Chantaje” y “Loca y rabiosa”, entre otros temas.
Aunque algunos vieron dos Shakiras, otros solo percibieron una. Esa que luchó contra la adversidad para salir adelante, que creció pese a los —ridículos— rumores de que tenía un pacto con el diablo por su fama y modo de bailar, aquella que ayudó a más de una persona a superar una ruptura o a encontrar un nuevo amor; y, especialmente, la que hizo posible que el talento colombiano fuera reconocido en el exterior.
Todos han sido testigos de los grandes éxitos de la barranquillera. Algunos la critican por sus cambio radical, pero, según su círculo cercano, lo más importante es que sigue siendo la misma en esencia: tiene voz propia y no se calla.
Todo esto se ve reflejado en su trayectoria musical, que incluye catorce premios Grammy (tres anglo y once latinos), 75 millones de álbumes vendidos en todo el mundo —su álbum El dorado ocupó el primer lugar en iTunes en 37 países— y cientos de giras.