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Llega la hora del show. El recinto está lleno de miles de personas gritando el nombre de Karol G y todo el equipo se emociona. Es el momento de salir a la tarima, la euforia se apodera del lugar y la artista comienza a cantar. Un espectáculo impecable con un power femenino presente en cada parte del concierto, las bailarinas haciendo lo suyo y los músicos, igual. Entre las melodías se escucha una guitarra poderosa, fuerte, con carácter. Una guitarra que en momentos se vuelve la protagonista de la noche con sus solos que emocionan al público, ¿y detrás de la guitarra? Susana Vásquez, una mujer que no busca ser el centro de atención, pero sí una parte clave del espectáculo… y lo logra.
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Susana llegó a complementar el equipo de la bichota gracias a su talento y su esfuerzo en el mundo de la industria musical. Desde que tenía 12 años pasaba sus tardes viendo los programas clásicos de MTV, y sintió una gran curiosidad por explorar instrumentos. Empezó con la batería, pero su familia no la apoyó diciendo que ese era un instrumento para hombres… pero a ella no le importó, y siguió insistiendo hasta que logró que la metieran a clases. Pensó que ese era su instrumento, y que estaba destinada a ser baterista, hasta que fue a un ensayo que le cambió la perspectiva.
Por cosas de la vida, ya tenían baterista ese día, así que el profesor decidió darle una guitarra para que la tocara: “Desde ese momento me obsesioné con el instrumento, fue una conexión instantánea”, describe Vásquez a El Espectador. Después de ese amor a primera vista empezó un trabajo exhaustivo de puro aprendizaje. “Me senté muchas horas a estudiar la guitarra perfeccionando mi sonido, pero no se sentía como si fuera una carga, sino que lo disfrutaba tanto, que tomé la decisión de sacrificar otras cosas en mi vida para estudiar y dedicarme a eso”, revela la guitarrista.
Con el tiempo fue aprendiendo más y más… hasta que entró a la Universidad Eafit en Medellín y comenzó a estudiar de manera profesional. Fue una etapa de mucha música, sacrificios y trabajo. Tocó en bares reconocidos, matrimonios, eventos y para otros artistas que en ese momento estaban empezando con su carrera musical. Eso la apasionaba tanto, que siguió así por un tiempo, hasta que se dio cuenta de que quería más.
La búsqueda de nuevos retos la llevó a la ciudad de Nueva York, un lugar fuera de su zona de confort por completo. “Fue muy difícil porque era una ciudad nueva, no conocía a nadie, no tenía familia allá, el invierno era terrible, el estilo de vida muy distinto y musicalmente había mucha competencia. Si uno pensaba que era bueno acá en Colombia, allá se sentía el nivel mucho más alto”, agrega. Allí estudió en la escuela The Collective, School of Music, pero siempre quiso ir más allá de lo que le enseñaban, era curiosa, buscaba empaparse más, tomaba cursos online, etc.
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Todo lo que exploraba lo hacía por una razón, pues ella era consciente de que quería conocer gente y llegar lejos. “No sirve de nada estudiar, hacer una carrera y encerrarse en la habitación a tocar, la carrera real está en la calle, porque esto es 50 % talento y 50 % conocer gente para tener buenos contactos... a la hora de la verdad, eso es lo que lo ayuda a uno a salir adelante”, asevera. Y así lo hizo. Antes de irse a Nueva York Susana tocó en un concierto que Karol G hizo en Antioquia, cuando todavía no era la bichota que todos conocen. “En ese momento ella solo tenía una canción pegando en la radio nacional, no era ese fenómeno tan grande”, comenta Vásquez.
No supo nada de Karol en tres años, y sin esperarlo recibió una llamada del equipo de la artista urbana para tocar en los Latin Grammy, en Las Vegas, de un día para otro. Ella aceptó sin pensarlo dos veces y emprendió su viaje. “No lo podía creer, cuando llegué con la guitarra y vi cómo ella había crecido, me alegró el alma. Ya tenía éxitos como Ahora me llama y Mi cama, no podía creer que una mujer colombiana de Medellín estuviera logrando todo eso, ella me inspiró demasiado”, confiesa Susana.
A Karol G le gusta que todos brillen en el escenario, no solo ella, y eso es algo que a Susana le encanta de trabajar con ella. “Nunca he querido ser la artista, a mí lo que me interesa es aportarles a ellos y al show. Lo bueno de Karol es que ella es muy consciente de eso”, agrega la guitarrista, alegando que los conciertos de la bichota no son como los de otros artistas, que optan por poner la banda atrás y que nadie la vea… no interactúan con el público o nunca se sabe quiénes están detrás de los instrumentos.
Pero la carrera musical de Susana va mucho más allá de Karol G. Tiene un proyecto de funk junto a 10 mujeres más llamado Top Queens’, en el que todas crean música influenciada por artistas como James Brown o Jamiroquai. “Es una sonoridad más bailable con un poco de R&B, y eso para mí es increíble, porque estoy componiendo con mis amigas y porque es una representación clara de lo que puede llegar a hacer la mujer en la música”, cuenta la guitarrista, que empezó siendo una rockera de corazón, pero que con el tiempo se dio cuenta de que era casi imposible vivir solo de ese género, así que se fue adaptando a otro tipo de sonidos sin ningún sesgo, hasta que dio con Karol G.
“En ese entonces no escuchaba mucho el género urbano, no estaba muy enterada de lo que estaba pasando, y por eso fue que luego de mi primer show con Karol no supe nada de ella durante años”, cuenta Susana, agregando que luego de empezar las giras con ella, se metió más en el cuento, le gustaba el reguetón y comenzó a mirar la forma de aplicar lo que hacía antes o las influencias que tenía hacia este género, porque es relativamente nuevo y no tiene mucho la parte de banda en vivo... todavía está creciendo ese estilo y se está desarrollando.
Susana define a Karol G como “la persona más humilde que he conocido”, y más que ser su colega, es su orgullo y su inspiración. “La industria musical ha pasado por una revolución muy grande, porque ella fue de las primeras mujeres que salió al género urbano a querer ser artista... y en ese entonces todos eran hombres, o la gran mayoría. No se dejó opacar y siguió luchando por su sueño, igual que yo”, dice Vásquez, luego de hacer una retrospectiva y reconocer que el rol de la mujer en la industria musical es más poderoso que nunca.