“Tango Sacro”, una propuesta musical colombo-argentina
El álbum de Rodolfo Mederos y el Cuarteto Q-Arte representa la exploración iniciada por Astor Piazzolla de dos mundos, el de la música clásica y el del tango, que alcanza una meta más en el viaje emprendido por estos cinco artistas latinoamericanos: la riqueza de sus diferencias y la cosecha a partir de la variedad.
Liz Ángela García Castro*
“Si un hombre contagia a otro o a otros directamente con su mirada o con los sonidos que produce en el momento en que experimenta un sentimiento, [...] esto todavía no es arte. [...] El arte comienza cuando un hombre, con el propósito de comunicar a otras personas un sentimiento que alguna vez experimentó, lo vuelve a llamar dentro de sí mismo y lo expresa mediante ciertos signos externos”. León Tolstoi.
Hace tres años que el maestro Rodolfo Mederos y el Cuarteto Q-Arte ofrecieron el concierto llamado Tango Sacro en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia. En un auditorio con aforo completo, el maestro Mederos ingresó al escenario, y tomándose un respiro, comenzó con su discurso relatando episodios de su vida antes de ser músico. Entre otras historias, recordó su encuentro con Piazzolla y cómo éste lo instó a seguir por las sendas de la música. En ese entonces, Piazzolla le prestó uno de sus bandoneones, uno de sus más queridos, y siempre le dijo “…me lo pagás cuando podás…”. (Le puede interesar: “Piazzolla, los años del tiburón”: la cresta de la ola).
En pleno escenario, Mederos miró el instrumento que lo acompañaba, el que le había prestado Piazzolla, luego se sentó, y su primera nota fina y cálidamente se fusionó con los sonidos del cuarteto y con un público atento y expectante.
“La serie del ángel” de Piazzolla y “Sal-Milonga de la crucifixión” y “Azúcar-Candombe de la resurrección”, composiciones de Mederos, y con sus propios arreglos para bandoneón y cuarteto de cuerdas, hicieron de éste un concierto mágico en el que los presentes evidenciaron cómo la sencillez puede llegar a ser grandemente elocuente. Días después, este concierto quedó registrado en el disco “Tango Sacro”, una producción fruto de la colaboración entre Mederos, el Cuarteto Q-Arte y el sello independiente Naku Records.
El proyecto discográfico se logró gracias a muchas personas que compraron generosamente el disco “sin que aún estuviera grabado” y el apoyo de otras, quienes por medio de su entusiasmo e interés hicieron posible que este encuentro musical no quedara solo en el recuerdo pasajero de un concierto.
Para Mederos, el tango siempre ha sido mucho más que una expresión local. “Este género no es de Buenos Aires sino de todas las ciudades del mundo”, afirma convencido de su capacidad para transmitir sentimientos universales. Una cualidad que el bandoneón, con su gran versatilidad, ha potenciado significativamente acercando el tango a otros géneros y facilitando su participación en el desarrollo de la música latinoamericana actual.
El bandoneonista, compositor y arreglista argentino, Rodolfo Mederos, nació en Buenos Aires y ha desarrollado por décadas una trayectoria artística supremamente rica, plagada de alianzas artísticas con músicos de todas las latitudes. Es considerado por la crítica como “un referente de la raíz del tango y del buen gusto musical”.
Por su lado, los cuartetos de cuerdas nacieron en el esplendor de los palacios de Nikolaus Esterházy a finales del siglo XVIII, y han recorrido por décadas las más diversas salas de concierto e incluso bares y estadios. El Cuarteto Q-Arte, ensamble colombiano conformado en la actualidad por los violinistas Santiago Medina y Liz Ángela García, la violista Sandra Liliana Arango y el violonchelista Diego García, se ha destacado por difundir, investigar y promover la música latinoamericana escrita para cuartetos de cuerdas. A lo largo de sus diez años de existencia ha trabajado con compositores colombianos contemporáneos en una búsqueda constante de nuevos sonidos. Además, ha trabajado de manera decidida en favor de la educación de jóvenes músicos en el ámbito de la música de cámara, propósito fundamental del Festival Internacional de Cuartetos de Cuerda que este año llega a su IV versión, la cual se realizó entre el 3 y el 8 de diciembre.
La amalgama entre bandoneón y cuarteto de cuerdas hace de esta una experiencia sonora exquisita y sutil. Experiencia que los ingenieros de Naku Records han sabido plasmar hábilmente en el disco “Tango Sacro”. Marcela Zorro y Jefferson Rosas quieren hacer de su sello independiente una propuesta colaborativa donde la música académica latinoamericana tenga un lugar para converger y generar espacios de trabajo que impulsen a los artistas y sus proyectos.
“Tango Sacro” representa la exploración iniciada por Astor Piazzolla de dos mundos, el de la música clásica y el del tango, que alcanza una meta más en el viaje emprendido por estos cinco artistas latinoamericanos: la riqueza de sus diferencias y la cosecha a partir de la variedad. La nominación en los premios Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum de Tango es un reconocimiento a la calidad musical y artística de esta producción.
Invitamos pues a los tangueros, a los bohemios, a quienes se estremecen con las cuerdas y se cautivan con el bandoneón, así como a los entusiastas de los encuentros transculturales, a conocer, vivir y disfrutar la experiencia de Tango Sacro.
*Violinista del Cuarteto Q-Arte.
“Si un hombre contagia a otro o a otros directamente con su mirada o con los sonidos que produce en el momento en que experimenta un sentimiento, [...] esto todavía no es arte. [...] El arte comienza cuando un hombre, con el propósito de comunicar a otras personas un sentimiento que alguna vez experimentó, lo vuelve a llamar dentro de sí mismo y lo expresa mediante ciertos signos externos”. León Tolstoi.
Hace tres años que el maestro Rodolfo Mederos y el Cuarteto Q-Arte ofrecieron el concierto llamado Tango Sacro en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia. En un auditorio con aforo completo, el maestro Mederos ingresó al escenario, y tomándose un respiro, comenzó con su discurso relatando episodios de su vida antes de ser músico. Entre otras historias, recordó su encuentro con Piazzolla y cómo éste lo instó a seguir por las sendas de la música. En ese entonces, Piazzolla le prestó uno de sus bandoneones, uno de sus más queridos, y siempre le dijo “…me lo pagás cuando podás…”. (Le puede interesar: “Piazzolla, los años del tiburón”: la cresta de la ola).
En pleno escenario, Mederos miró el instrumento que lo acompañaba, el que le había prestado Piazzolla, luego se sentó, y su primera nota fina y cálidamente se fusionó con los sonidos del cuarteto y con un público atento y expectante.
“La serie del ángel” de Piazzolla y “Sal-Milonga de la crucifixión” y “Azúcar-Candombe de la resurrección”, composiciones de Mederos, y con sus propios arreglos para bandoneón y cuarteto de cuerdas, hicieron de éste un concierto mágico en el que los presentes evidenciaron cómo la sencillez puede llegar a ser grandemente elocuente. Días después, este concierto quedó registrado en el disco “Tango Sacro”, una producción fruto de la colaboración entre Mederos, el Cuarteto Q-Arte y el sello independiente Naku Records.
El proyecto discográfico se logró gracias a muchas personas que compraron generosamente el disco “sin que aún estuviera grabado” y el apoyo de otras, quienes por medio de su entusiasmo e interés hicieron posible que este encuentro musical no quedara solo en el recuerdo pasajero de un concierto.
Para Mederos, el tango siempre ha sido mucho más que una expresión local. “Este género no es de Buenos Aires sino de todas las ciudades del mundo”, afirma convencido de su capacidad para transmitir sentimientos universales. Una cualidad que el bandoneón, con su gran versatilidad, ha potenciado significativamente acercando el tango a otros géneros y facilitando su participación en el desarrollo de la música latinoamericana actual.
El bandoneonista, compositor y arreglista argentino, Rodolfo Mederos, nació en Buenos Aires y ha desarrollado por décadas una trayectoria artística supremamente rica, plagada de alianzas artísticas con músicos de todas las latitudes. Es considerado por la crítica como “un referente de la raíz del tango y del buen gusto musical”.
Por su lado, los cuartetos de cuerdas nacieron en el esplendor de los palacios de Nikolaus Esterházy a finales del siglo XVIII, y han recorrido por décadas las más diversas salas de concierto e incluso bares y estadios. El Cuarteto Q-Arte, ensamble colombiano conformado en la actualidad por los violinistas Santiago Medina y Liz Ángela García, la violista Sandra Liliana Arango y el violonchelista Diego García, se ha destacado por difundir, investigar y promover la música latinoamericana escrita para cuartetos de cuerdas. A lo largo de sus diez años de existencia ha trabajado con compositores colombianos contemporáneos en una búsqueda constante de nuevos sonidos. Además, ha trabajado de manera decidida en favor de la educación de jóvenes músicos en el ámbito de la música de cámara, propósito fundamental del Festival Internacional de Cuartetos de Cuerda que este año llega a su IV versión, la cual se realizó entre el 3 y el 8 de diciembre.
La amalgama entre bandoneón y cuarteto de cuerdas hace de esta una experiencia sonora exquisita y sutil. Experiencia que los ingenieros de Naku Records han sabido plasmar hábilmente en el disco “Tango Sacro”. Marcela Zorro y Jefferson Rosas quieren hacer de su sello independiente una propuesta colaborativa donde la música académica latinoamericana tenga un lugar para converger y generar espacios de trabajo que impulsen a los artistas y sus proyectos.
“Tango Sacro” representa la exploración iniciada por Astor Piazzolla de dos mundos, el de la música clásica y el del tango, que alcanza una meta más en el viaje emprendido por estos cinco artistas latinoamericanos: la riqueza de sus diferencias y la cosecha a partir de la variedad. La nominación en los premios Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum de Tango es un reconocimiento a la calidad musical y artística de esta producción.
Invitamos pues a los tangueros, a los bohemios, a quienes se estremecen con las cuerdas y se cautivan con el bandoneón, así como a los entusiastas de los encuentros transculturales, a conocer, vivir y disfrutar la experiencia de Tango Sacro.
*Violinista del Cuarteto Q-Arte.