Tsh Sudaca: “No necesito que me digan que soy el mejor rapero”
En entrevista para El Espectador, el rapero bogotano habla de “Bronce” su álbum más reciente. Cuenta que durante el proceso de elaboración estuvo a punto de perder la voz. Sin embargo, terminó zafándose de bloqueos personales para presentar un trabajo trascendental y espiritual.
Kevin Stiven Ramírez Quintero
A Jhojan Cifuentes (Tsh Sudaca) lo conocí en su concierto en el Festival Centro de 2020. Desde esa noche en la Fundación Gilberto Álzate Avendaño, en la Candelaria, me atrapó la autenticidad, la consciencia y el compromiso de su música.
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A Jhojan Cifuentes (Tsh Sudaca) lo conocí en su concierto en el Festival Centro de 2020. Desde esa noche en la Fundación Gilberto Álzate Avendaño, en la Candelaria, me atrapó la autenticidad, la consciencia y el compromiso de su música.
Un viaje sonoro en los retratos del arte, de la confrontación sin el contacto, del fluir entre ritmos impredecibles y conectar con otros a través de recuerdos, ideas o sonidos. Con Lalo Cortés, Dj Softkiller y N.Hardem en tarima presentó la potencia de su versatilidad.
Ahí quedó claro que pocos son los artistas que se responsabilizan con cada barra y cada beat que brindan a su público; eso se encuentra en Sudaca, un bogotano que entendió lo que significa vivir para el rap. Es administrador hotelero, pero nunca ha abandonado al Hip Hop, género que ha combinado con Jazz y Funk.
Su estilo se caracteriza por texturas musicales y mensajes que hablan por sí solos de su cariño por Julio Cortázar, la frescura de James Brown y su amor por Bogotá y su familia, en especial por Gael, su hijo.
El rapero regresa para darle vida a “Bronce”, álbum que se estrenará en el segundo semestre de este año y del cual ya se han publicado tres sencillos: “Pantera”, junto a Caro Esquer de México, “C-Funktastic”, junto a Junior Zamora y “Obra sin retorno”, con Dan Wavez. Además del intro.
“Bronce es un disco muy personal, pero ambicioso y potente. Tiene un estilo muy bogotano, pero a la vez muy neoyorkino por mis raíces en la música. Son 16 tracks de mucha actitud”, aseguró Sudaca.
Confesó que durante el proceso de este trabajo estuvo a punto de perder la voz por una inflamación en las cuerdas vocales. Sin embargo, esto le ayudó a liberar un bloqueo mental y terminó rapeando mejor: sin límites.
Sudaca se creyó el cuento, cambió el chip en su cabeza y volvieron las rimas que, en este álbum, no destacan por la técnica ni por ser un ‘liricista’ tremendo, sino por lo que dice y lo que pueden llegar a significar para los demás. “Lo más chimba es que volvió mi voz y volvió mejor: tiene más aguante. Hay una nueva faceta en la que ya ni siquiera me limito a lo que hacía. Mi voz volvió sin terapia. Fue como si a un pitbull le quitaran el bozal”, aseguró
A Sudaca no le preocupa lo que puedan llegar a pensar de su trabajo porque está en una etapa musical en el que esas críticas ya pasaron a un segundo plano. “Ya ni siquiera tengo que brillar yo en mi propio disco; ya me he zafado de esas pretensiones. No necesito que me digan que soy el mejor rapero, ni que tengo las mejores rimas. Vale más tener qué decir algo y esa es la ciencia del rap. No he sido más honesto antes.”, afirmó.
“No estoy preocupado en lo absoluto por lo que puedan pensar de mi trabajo. Claramente, me alegra cuando es bien reconocido o cuando en confianza me hacen buenas críticas, pero ya hace parte de una etapa muy chimba que estoy viviendo en la música. Ya llegué a un punto en el que me la creo tanto, que lo que estoy haciendo es enfocarme en hacer la música que me sale literalmente de la punta. Así es como me sale, como la quiero y como la asumo”, confesó.
Con “Bronce”, además, le apostó por abrirse a sonar más global. Por ejemplo, “Pantera”, con Caro Esquer, es una canción para las chicas, como según él lo dice, y es un tema que fácilmente puedes ser parte de una fiesta. Tiene la atracción del sample de Biggie. “Bronce” es eso: una suma.
Es consciente, además, de que a veces su mayor talento ni siquiera es cantar o rapear, sino saber reconocer el talento de otros. Una muestra de esto son algunas de las colaboraciones que tendrá “Bronce”: Avenrec, Afromak, Tres Coronas, Infinite7Mind, Mc Ari, Diana Avella, Caro Esquer, Junior Zamora y Lalo Cortés.
Estos dos últimos talentos se destacan en la escena independiente en el país y tienen una proyección tremenda; esto lo sabe Sudaca.
“Llevamos tanto tiempo cantando juntos con Lalo que ya es como mi hermana menor. Familiarmente, hablo con su papá, con su mamá. Ella conoce a mi hijo, somos como familia. Lalo para mí es un diamante. Desde el primer día que la vi y la escuché dije: “esta chica va a ser la futura Erykah Badu de acá”. Ahora, cuando escuché a Junior, lo escuché por Alcolirykoz. Gambeta fue el que sacó “La Caza de Nariño” y cuando la pillé dije: “este man es el futuro Anderson Paak de acá”. Es talentosísimo”, mencionó.
“C. Funktastic” con Junior Zamora nació con el beat del productor Diego Loudness y fue perfecta para la sección funky que requería el disco.
“Yo estaba desarrollando toda la producción del disco y obviamente siempre estoy hablando con mi chica y los beatmakers. Así son todos mis días. Siempre estoy buscando música y escarbando samples. Un día me escribió Diego y me dijo: “Sudaca, revise el correo que hay un beat que yo sé que es para usted”. Llegó justo cuando yo estaba recopilando toda la producción para el disco. Me estaban llegando beats de Venezuela, Estados Unidos, España, Inglaterra y me llegó este de acá de Bogotá”, señaló.
Fue hecha, en parte, como un honor a C-Funk, integrante de la banda chilena Los Tetas, que influyó a Jhojan. “Siempre me gustó mucho lo que hicieron porque era como mi forma de interpretación de lo que era George Clinton, Funkadelic y de ahí viene mi gustó por el funk. Yo había escuchado tanto a Los Tetas que, de una u otra manera, me han influenciado. Hay una canción de ellos que me gusta mucho que se llama ‘cha-cha-cha’ y hay una frase que dice “son las dos de la mañana y la fiesta sigue”. Siempre me pone como en el mood de party”, comentó.
Para Sudaca, el hip hop es su estilo de vida y el rap es su comunión en el hip hop, pero cuando se fusiona con funk es la parte de la celebración. Esto se ve reflejado en “C. Funktastic” con Junior Zamora, junto a quien grabó la canción en un mismo día en el estudio.
“El funk es una noción en la que me permití ser el rapero no rapero del combo rapero de Bogotá. Mientras que muchas personas querían seguir en una onda de estar hablando de la misma estética, del mismo barrio y sobre el mismo beat, a mí el funk me genera una sensación de alegría, de actitud”, aseguró.
“El bajo siempre me pone a mover el pie debajo de la mesa, me pone contento y en un vibe diferente. El funk para mí es sinónimo de felicidad, actitud, baile, de lentejuelas, de otra cosa. Ahí me siento campeón. Ese mood siempre lo trato de combinar con mi introspección en el rap porque lo utilizo siempre para pensar y meditar en voz alta”, señaló.
Finalmente, el último lanzamiento fue “Obra Sin Retorno”. La noción de rap para Sudaca. Fue hecho con Dan Wavez, un beat maker que se exilió en Australia y es una pieza muy bogotana para sacudir la cabeza. “Cuando me mandaron el beat, tuve que sentarme a escribir de una vez”.
Ahora lo que viene es calma. Su intención no es tocar más de lo necesario. Acaba de inaugurar un nuevo formato intermedio con Dj y con banda. Quiere que cada persona que vaya a los shows se sienta retribuida con el disco y que todo esté impecable.
Durante el año van a salir muchos sencillos. El disco se proyecta completo para septiembre, pero mes a mes toda la gente va a recibir una canción nueva. “Quiero que la gente pueda examinar cada símbolo en cada canción”, finalizó.
La ñapa...
¿Qué fue lo que pasó en la voz?
Empecé a sentir molestias. Mi voz estaba arenosa y me sentía extraño. Me invadió una sensación de pánico terrible. En el día a día, mi forma de hablar y el tono de voz que uso son muy definidos en mi personalidad: hace mucho de lo que soy yo, no solo en la música.
Entonces que me dijeran que iba a perder la voz fue difícil. Fue muy chocante, pero también fue un momento de mucha luz.
Este nuevo disco ha sido un proceso muy espiritual y personal. La profesional que me trató me preguntó por mis emociones. Todo esto no es gratis. Eso me llevó a una búsqueda psicológica y pasé por bloqueos que cuando los desbloqueé, encontré cosas que tenía por decir y por soltar.
¿Qué novedades tiene desde lo técnico?
Viene todo calibrado. Trae otro sistema de sonido y otra producción porque está basada en el pop y en como suena el reggaetón técnicamente, pero trasladado a unos beats de rap muy poderosos
¿Cómo entra Junior Zamora en todo esto?
Hace un tiempo yo estuve en una campaña para Vans y en ese concurso me conocí con él. Fue en plena pandemia y Junior estaba haciendo ya sus cosas y estaba empezando a sonar fuerte.
Yo venía de una época de finalizar mi temporada de Baraja y estaba haciendo cosas. Junior grabó con Alcolirykoz, luego con Lianna y estabamos como en el mismo círculo. Entonces, siempre nos hacíamos el guiño de que si él subía algo, yo le daba like y le mandaba alguna manita. El pana también me reaccionaba.
Entonces, sabíamos que había como una admiración y un respeto de parte y parte. Hasta que hablamos personalmente y le dije como: “Hey Junior, me gustaría invitarte al disco”. El pana muy amablemente fue como que: “listo, vamos pa’ encima”.
Yo no le mandé más beats. Le mandé solo este y este fue. El pana lo escuchó y me dijo que le gustaba el vibe. Pero entonces a mí no me gusta trabajar a distancia, a menos de que no sea una obligación. Es decir, como las canciones que tengo con gente de Estados Unidos y de otros lados, pues obligan a que se tengan que hacer a larga distancia.
Sin embargo, si es a nivel nacional y tengo la oportunidad de que se pueda hacer en persona, siempre voy a preferirlo porque en eso sí soy más old school. Me gusta la experiencia de encontrarnos en el estudio, de conocernos, de charlar antes de grabar y de mostrarnos los discos.
¿Cómo es trabajar con Sudaca?
A tí te tiene que mover, o a mí personalmente, la admiración y el respeto por tu música. Hay artistas en el disco que no los conoce nadie, pero son demasiado buenos. Entonces, es mi forma de básicamente representar que no me importa si eres o no eres, me da igual.
Hay un trato que tengo con el productor y con mi equipo de trabajo y es que yo propongo las canciones, yo hago toda la logística, pero si después de hecha la canción, alguien que tenga que ver directamente con el track no se siente acuerdo, la canción así haya tenido inversión y haya tenido lo que sea, la canción no sale.
Yo no puedo sacar una canción que a mí me infle el ego y a la gente que hizo parte realmente no le llene el trabajo. Me parece que es un principio de ética con la música. Así como que no puedes decir: “soy la banana más grande del racimo” y la canción sale porque soy yo, eso me parece fatal.