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Esta Semana Santa los colombianos tuvieron la oportunidad de ver en vivo una descarga intensa de rock and roll gracias a Kiss. Al contrario de la creencia popular, los mal llamados en los años 80 ‘Knights in satan service' -Caballeros al servicio de satán-, no ofrecieron en el Simón Bolívar ni torturas ni sacrificios de animales como esperaría un fanático religioso.
Durante las dos horas del concierto, el grupo estadounidense promovió el amor y su dedicación al público que durante 35 años esperó para verlos en concierto en Bogotá. Este fue un rito alterno durante Semana Santa que demostró que los sentimientos de hermandad y fe no son exclusivos de una creencia religiosa, sino que también pueden ser adjudicados a un grupo de personas, en este caso al ‘Ejército de Kiss' -como se denominan los seguidores de la banda-.
A Gene Simmons, Paul Stanley, Tommy Thayer y Eric Singer se les vio con sus trajes característicos, pues cada uno asume un personaje basado en el teatro japonés Kabuki. En un español bastante entendible Stanley entonó Guantanamera y dijo que el aguacero que caía en ese momento no era impedimento para no gozar el concierto. Además, que Bogotá es la ciudad más rockera de Latinoamérica.
Y aunque mucha gente dice que es necesario que los integrantes de las bandas estén viejos o los grupos estén en decadencia para verlos en Colombia, lo cierto es que estos cuatro personajes derrocharon energía en el marco de la gira Kiss Alive/35 con canciones como 100.000 Years, Black Diamond, Love Gun, I Was Made For Lovin' You, Rock and Roll all Nite y Detroit Rock City, en la cual cambiaron la ciudad por Bogotá.
En la página oficial del Kiss los fanáticos colombianos pedían que cantaran Forever y God Gave Rock and Roll to You. De esta última se olvidaron, pero de la primera no porque en cada silencio los fans recordaban sus peticiones. Al final, la cantaron acústicamente aceptando que hace mucho tiempo no la practicaban pero que esta vez, era una dedicatoria especial.
Cabe destacar que tanto las autoridades como los organizadores tuvieron todo bajo control y que los asistentes de dedicaron a disfrutar bajo la fuerte lluvia el show que durante tantos años esperaron. La gente se comportó a la altura de Kiss, un grupo legendario por excelencia.
El 11 de abril de 2009, el Sábado Santo, la agrupación ofreció sin duda el espectáculo más circense que se ha visto en el país. Simmons subió al techo volando como un ángel y Stanley llegó a la caseta de sonido colgado de una polea. Allí cantó y bailó una canción antes de devolverse al escenario en donde iluminado de juegos artificiales, Kiss de despidió agradeciendo la buena energía y prometiendo volver.