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En la serie “La zona” usted interpreta a Martín Garrido. ¿Cómo llevó a cabo la construcción de su personaje?
Martín Garrido es mi primer personaje policíaco y uno de los objetivos de los creadores de la serie era llevarlo mucho a la realidad, en lugar de caer en el estereotipo del policía que nos muestran en el cine de Hollywood. Lo construí a partir del diálogo con muchos policías en España, mi país. Después me documenté muy bien y tuve salidas a patrullar con la autoridad.
¿Qué tantos elementos de este policía había en el guion?
Martín Garrido estaba muy bien construido desde el guion, así que mi objetivo se centraba en explorarlo muy bien y reflejar todo lo que pude encontrar en los libretos. Lo que más me atrapó del personaje fueron sus matices y la escala de grises que pude establecer en él. Me gustó abordar el dilema moral entre el bien y el mal.
¿Qué aprendió a partir de su participación en una serie como “La zona”?
En esta serie ocurrió algo que se denomina la bola de nieve, y con este personaje logré confirmar que mentir siempre ocasiona mucho sufrimiento y un desgaste que no tiene nombre.
¿Cuál fue el argumento más sólido para que aceptara hacer parte de este elenco?
Lo principal fue la libertad con la que todos pudimos crear este universo. El género de la serie me atraía mucho y nunca había podido hacer parte de un proyecto de esta magnitud.
Estudió teatro y comunicación audiovisual. ¿Cómo ha logrado combinar estos dos saberes?
Por fortuna, de todo se aprende. Estudiar comunicación audiovisual fue una salida distinta, pero complementaria a mi gusto por el cine. Lo que creo hoy es que, mientras más aprendo, más elementos tengo para aportar en este oficio actoral.
¿Cómo recuerda su rol en “Abuela de verano”, su primera aparición en la televisión española?
Abuela de verano fue el origen de todo esto que ha pasado. Tenía 15 años en ese entonces y por fortuna estuve muy bien respaldado por el grupo actoral. Fue maravilloso el intercambio que se dio allí entre actores de experiencia y debutantes como yo.
Las series están muy de moda en el mundo. ¿Qué encuentra un actor como usted en este formato especial?
Las series dan la oportunidad de desarrollar un personaje a largo plazo. Uno como actor puede experimentar en ellas la transformación de su rol y eso no es tan fácil de lograr en una película.
Su debut en el cine fue con la cinta “Pretextos”. ¿Cómo fue su paso de la televisión a la gran pantalla?
Por fortuna, la novela Abuela de verano tenía una factura muy cinematográfica y eso hizo que para mí las fronteras estuvieran muy diluidas entre ambos medios.
Hace unos años fue nominado al Premio Goya. ¿Qué tan importante es este hecho para usted?
Este tipo de reconocimientos los tomo como una señal de bienvenida al oficio. Me sentí valorado y establecí que mi trabajo estaba siendo visible para alguien.
¿Le cuesta despojarse de los personajes?
La verdad, no. Los vivo de manera muy intensa, pero también sé despedirme de ellos.
¿Qué proyectos tiene?
Acabo de rodar la nueva película de Julio Medem. Se llama El árbol de la sangre y me encantó ser parte de ese proyecto tan interesante.