Antonio Sanint: en los zapatos de un mago chichipato

En la nueva producción de Caracol Televisión para Netflix, el actor da vida a un mago de piñatas al que todo le sale mal, hasta que un día logra hacer algo extraordinario: desaparecer a uno de los criminales más buscados. ¿Qué hará para salir de este enredo?

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15 de mayo de 2020 - 02:00 a. m.
Antonio Sanint considera que, en estos momentos, el arte tiene una gran responsabilidad en la sociedad porque saca a las personas de su día a día. / Cortesía Netflix
Antonio Sanint considera que, en estos momentos, el arte tiene una gran responsabilidad en la sociedad porque saca a las personas de su día a día. / Cortesía Netflix
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¿Quién es el mago Juanquini?, el protagonista de “Chichipatos”, la nueva comedia de Caracol Televisión para Netflix.

Es un mago de fiestas infantiles muy malo. Él trata de ganarse una platica en fiestas para sacar a su familia adelante. Nunca ha tenido el tiempo de mejorar como mago y nunca lo va a tener; entonces, es una persona que después de trabajar llega a su casa a dedicarles tiempo a sus hijos.

¿Todos lo definen como chichipato?

Sí, incluso sus hijos. A mí me encanta la historia del destino en esta serie, porque como él no toma una decisión de querer mejorar, la vida toma una decisión por él. Entonces, pasa lo que pasa y se mete en el lío más grande de la historia al desaparecer al criminal más buscado del país, y lo peor es que no sabe cómo lo hizo ni cómo traerlo de vuelta.

¿Por qué Juanquini decide hacer este truco tan difícil para un mago?

Él tenía unos proyectos por ahí guardados que quería hacer más adelante, pero cuando oye que sus hijos lo consideran un mago chichipato queda devastado, porque ellos no lo admiran más. Así que decide meterse en una magia que no sabe manejar y ahí se desencadenan todos sus problemas. Él no sabe lo que está haciendo, porque pasó de hacer trucos para niños a meterse con magia casi negra.

¿Cuál fue el principal reto de interpretar a este personaje?

Con Juan Camilo Pinzón, el director, trabajamos mucho en que la comedia de la serie no saliera del chiste mismo sino del dolor del personaje. Creo que lo más difícil y lo que más me costó fueron los primeros tres días, porque era un ritmo muy cronométrico.

Después de interpretar a un mago, ¿cuál es la enseñanza que le queda del trabajo de estas personas en la sociedad?

De admiración total. Cuando me dieron el papel, cosa que además nunca me imaginé ni lo creía, duré como tres semanas para que me volvieran a llamar de la producción y me da daba miedo de que me dijeran que no. Me parece increíble el trabajo de ellos. No me tocó estudiar mucha magia, porque interpreté a un mago malo; de hecho, la serie empieza con dos o tres trucos malos y después lo meten a la cárcel. Me preparé con dos magos súper buenos y ellos me comentaban que desde los cinco años empiezan en esto. Es una pasión muy grande y es bonito lo que hacen.

Esta comedia llega en un momento en que las personas están confinadas en sus casas por la pandemia del COVID-19. ¿Cuál cree que sea el recibimiento del público hacia la serie?

Lo que espero es que sea algo entretenido para la familia. Ojalá la vean en familia, porque tiene unos mensajes muy bonitos de unión y esperanza. Es la historia de cómo una familia tiene que volver a unirse para salir adelante. Además, espero que esto sirva para sacar a la gente de ese viaje constante de la cocina al escritorio y que puedan reírse un poco con nosotros.

¿Qué fue lo que más le gustó de “Chichipatos”?

Todo: los actores, las locaciones, la historia. Esta serie me gusta mucho, porque tiene unos hilos muy interesantes y eso lo van a ver a medida que se adentren en los capítulos; pero hacerla fue un reto muy grande, fue mucho trabajo.

¿Qué características comparte con el mago Juanquini?

Muchas, una de esas es la relación de un papá con hijos adolescentes. Este es un momento en el que los hijos lo dejan de ver a uno como un héroe y se dan cuenta de que somos seres humanos: no éramos tan grandes como ellos nos veían. Eso me ha pasado a mí con mis hijos en la adolescencia, ya me ven como humano, no me ven como ese tipo que se subía al escenario, que actuaba en televisión, sino un tipo normal con fallas.

¿Cómo le ha ido en esta cuarentena?

Bien, la verdad es una lucha contra la industria del qué vendrá, pero me ha encantado el día a día por dos cosas. La primera porque he aprendido a manejar mi tiempo, generalmente este es de alguien más que siempre nos está vigilando y contabilizando. La segunda es que tengo que ser muy productivo: cada día hago más cosas. Al principio, no te voy a mentir, me sentía en vacaciones todo el tiempo, pero pronto algo te empieza a decir que esto es en serio; entonces, es como: tenemos que levantarnos temprano y hacer todo bien.

¿Cuál es la importancia del arte en estos momentos?

Tiene la responsabilidad de sacar mucho a la gente de su día a día, cosa que hacía antes, pero ahora está más concentrado y tiene el compromiso de germinar nuevas ideas, nuevos caminos.

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