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¿Cuál es la temática de la película “De topos y sapos”?
Está inspirada en el robo de los topos al Banco de la República en 1977, en Pasto, cuando, a través de un túnel hasta la bóveda de la entidad, se sustrajeron $82 millones.
¿Qué tanto hay de la historia de los dos hermanos ladrones del banco y lo que ustedes pretenden mostrar en la película?
Está el telón de fondo básicamente, el túnel y el robo, pero la idea es contar una historia sobre Pasto y los pastusos. Y por eso se construyó toda una dramaturgia sobre ese suceso, que es muy importante para la ciudad. En esta historia se cuenta la de un personaje que encarna el humor pastuso y un contexto que encarna a la ciudad y su gente.
Y el argumento de la historia es…
Se trata de Samuel, un personaje de la región que se ve involucrado injustamente por el robo interno al banco en el que trabajaba. En la cárcel, una banda planea escaparse para robar esa entidad bancaria y le proponen unirse al plan por su conocimiento interno. Para Samuel, esta será la única manera de hacer justicia al convertirse en un bandido de verdad. Lo curioso es que él lo vive como si en realidad fuera una película.
La idea se concibió hace 13 años. ¿Por qué la demora en comenzar la producción?
Tuvo que hacerse primero un gran plan de investigaciones iniciales para construir la anécdota. Yo conozco la historia del robo desde niño, pero es muy diferente conocerla y llegar a producir una historia basada en ese hecho. En los últimos cinco años conformamos un grupo de producción en Pasto y, aunque se dificultó un poco, ya arrancamos con el trabajo.
¿Quién financia la película?
Ha sido difícil. Nos lanzamos con un dinero que tenemos y pronto tendremos una nueva inyección de recursos financieros. Pero ya todos estamos involucrados de lleno en este proyecto para que salga adelante.
¿Cómo se mezcla la arquitectura con el gusto por el cine?
Tienen en común muchos matices. Luego de unos talleres que se dictaron en Pasto sobre cinematografía, me di cuenta de que hay muchas cosas en común. La arquitectura se diseña; en el cine se escribe. El arquitecto construye; en el cine se produce… Así fue como me convencí. La arquitectura me da para vivir, pero muero por el cine.
Usted estudió un pregrado de cine en España. ¿Qué tiene ese país para aprender de cine?
En esa época sólo existía la posibilidad de estudiar cine y televisión en la Universidad Nacional, pero deseaba algo más práctico. Así que busqué una escuela que brindara unas características similares a las que se tienen en Colombia, como profundizar en el cine de autor y producir con recursos mínimos. Algo muy valioso es que en Europa es mayor el culto al cine y quería aprender más para poder traer nuevas ideas al país.
¿“De topos y sapos” se encaminará al sector comercial o de festivales?
Este es un proyecto que tiene esos dos componentes. Es una comedia, pero no la típica de 25 de diciembre, en la que nos reímos con el chiste fácil, aunque la podemos vender de esta manera. Pero queremos arriesgarnos a incluirla en otra estructura, pues el personaje se empelicula con un robo al banco, que es un género de Hollywood. Ahora bien, calcule todo esto: en Pasto, con bajo presupuesto, con Mundial de Fútbol, temblores en la ciudad, elecciones… Queremos ampliar el espectro dentro del público.
Además de esta película, ¿qué otra experiencia suya conoce el público?
He dirigido y producido una decena de cortos y mediometrajes, de documental y ficción, en cine y video. Esto me ha permitido una experiencia importante, siempre bajo la perspectiva de un cine independiente. De topos y sapos es el segundo guion de largometraje de mi autoría y al momento de producirse sería mi ópera prima como director.
¿Cuándo termina el rodaje de la película?
Pues si todo va bien, aspiramos a culminar el 20 de agosto. Y si todo marcha bien, esperamos que el próximo año culminemos todo el proceso de posproducción.