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En la tribuna norte del estadio Luzhnikí de Moscú gritaban, cantaban, saltaban. Muchos bebiendo sus cervezas: los hinchas de la selección de Croacia soñaban con vencer a Inglaterra y llegar a la final de un Mundial por primera vez. Superar lo hecho hace 20 años en Francia, campeonato en el que finalizaron en la tercera posición. La pasión del fútbol no entiende de historia, favoritismos ni razones. Todos llegan al estadio pensando en una sola cosa, la victoria. Y lo lograron. Vencieron 2-1 a los ingleses en tiempo extra. (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)
Era imposible evitar la ilusión. Aunque comenzaron perdiendo al minuto cinco tras un cobro de tiro libre notable por parte del lateral derecho Kieran Trippier, uno de esos que se convierten en inalcanzable para cualquier arquero y se meten por el ángulo más lejano, e Inglaterra, en el primer tiempo, contó con dos opciones más en los pies de su delantero estrella Harry Kane y el mediocampista del Manchester United, Jesse Lingard, los croatas nunca bajaron los brazos, se rehicieron del dominio inglés y en el segundo tiempo empezaron a tener más el balón.
Tanto así, que los últimos instantes del tiempo reglamentario fueron todos de Croacia. Propusieron, crearon las opciones, generaron peligro en contra de la portería defendida por Jordan Pickford. Con un Ivan Perisic inspirado, la claridad de Luka Modric y la rebeldía de Ante Rebic, metieron a los ingleses atrás. Igualaron el partido al minuto 68, con una jugada polémica de Perisic, quien aprovechó un centro desde la derecha de Sime Vrsaljko. Le ganó la posición a Kyle Walker y con la pierna levantada metió el tanto del empate. Estuvieron cerca de darles la estocada definitiva en los últimos 20 minutos, pero el palo y las manos del guardameta se interpusieron.
Los croatas siguieron cantando, ilusionados con la epopeya de su selección ante una Inglaterra que temblaba en el fondo y lo demostraba con su constante inseguridad, con pases apresurados a su arquero para que despejara. Todos los fanáticos creían fielmente que la calidad de sus jugadores iba a dar resultados. Y si los 90 minutos no eran suficiente pues iban a tener 120 o la definición desde el punto penal, como ya lo habían hecho frente a Dinamarca y Rusia, en octavos y cuartos de final, respectivamente. (Lea también: Croacia, de sufrir la guerra a soñar con la final del Mundial)
Poco les importaba a los fanáticos croatas que en la tribuna sur, los ingleses fueran más. Que después del triunfo frente a Suecia hayan llegado más de 200 seguidores a Moscú procedentes de Inglaterra. Todo eso quedó en un segundo plano al ver que sus jugadores dejaban alma y corazón en el terreno de juego. Luka Modric comenzando el primer tiempo extra se tiró en el campo y se recostó intentando dejar en el gramado todo el cansancio de los últimos encuentros. De igual manera sucedió con Ante Rebic y Mario Mandzukic, todos sustituidos en la prórroga.
A pesar de la falta de piernas de muchos jugadores, la intensidad de los croatas fue notable. Dejaron todo. Ese esfuerzo fue recompensado al minuto 109. Cuando parecía definirse por penales, apareció la cabeza de Perisic, la lentitud de los centrales John Stones y Harry Maguire y la anticipación de Mario Mandzukic, para definir solo frente al arquero. Fue el dos a uno, que hundió a los ingleses, que les amarró un nudo en la garganta, que al final para algunos se convirtieron en lágrimas. (Le puede interesar: Ivan Rakitic, de arquitecto a figura con la selección de Croacia)
El tiempo se esfumó, como siempre sucede para el necesitado, que juega en su contra, tratando de detenerlo, pero nunca le va a ser suficiente. Croacia ganó en tiempo extra. Por primera vez en fase de eliminación directa no necesitó de la definición desde el punto penal para avanzar. Una vez el árbitro pitó el final del encuentro se desató la locura croata. El anhelo y el sueño de llegar a la final se hicieron realidad. Lo soñaron, lo lucharon y lo cumplieron. Ahora queda un escalón más por ascender y será en Luzhnikí el próximo domingo frente a Francia.
Vea aquí el gol de Inglaterra: