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Solo una persona sabe lo que realmente tuvo que luchar para cumplir un objetivo. Él y nadie más. Lo que diga el resto son especulaciones. Neymar es el único que conoce todo el esfuerzo que tuvo que hacer para llegar al Mundial en buenas condiciones. En muchas ocasiones sufrió y pensó que no lo iba a lograr, pero con dedicación y entrega está en Rusia. La gente muchas veces se queda con lo que ve por fuera e ignora que cada quien tiene su enredo por dentro y como es algo invisible para los ojos, no se toca, no se menciona. Este viernes, el delantero paulista fue un mar de emociones. Tras deslumbrar con un lujo fenomenal, pasó de la felicidad al llanto en dos minutos. (Le puede interesar: El infierno que vivió Thiago Silva en Rusia)
Hace cuatro años, Neymar salió de la Copa del Mundo de Brasil por una lesión en la espalda tras una falta del lateral derecho de la selección de Colombia, Camilo Zúñiga, en el partido de cuartos de final que se disputó en Fortaleza. A pesar de que la verdeamarela logró su clasificación a semifinales tras ganar 2-1, la vida parecía derrumbarse para el delantero. “Esa lesión ha sido mi peor momento. Esa semana sólo lloraba, veía a mi mamá y a mi papá llorando, todos tristes, mis amigos, mi familia”, dijo en una entrevista a finales del año pasado.
En febrero de 2018 una fisura en el quinto metatarsiano del pie derecho amenazó su ilusión de estar en una Copa del Mundo, en la que añora resarcirse de lo sucedido en su país. Fue necesaria una operación y después una recuperación lenta, que hizo que se perdiera el resto de la temporada con el Paris Saint Germain. Para el brasileño, lo primordial era recuperarse para estar a tono para Rusia 2018. Así que llevó a cabo su puesta a punto en Brasil, en su casa, cerca a sus seres queridos. Regresó a la acción con su selección el 3 de junio en un partido amistoso frente a Croacia en el que marcó para que la verdeamarela ganara 2-0 su último encuentro de preparación previo al Mundial. (Puede leer: Brasil, a resarcir su historia tras el papelón de hace cuatro años)
En Rusia debutó el pasado domingo 17 de junio, pero no pudo celebrar. La intensidad suiza lo aisló del encuentro a punta de faltas. En total le cometieron 10, récord en un partido en el campeonato del mundo. Una cifra de la que Tite, entrenador del seleccionado brasileño, no quiso hablar en la rueda de prensa posterior al compromiso. Este viernes frente a Costa Rica, la presión en su contra también funcionó y en varias ocasiones lo sacaron del encuentro. Tuvo una opción clara en la segunda mitad, pero no logró concretar, hasta que al minuto 97 aprovechó un pase de Douglas Costa para marcar su primer tanto en el Mundial.
La felicidad del gol lo llevó a hacer ademanes con la mano, señalando que era el nocaut para los costarricenses, un seleccionado que murió con las botas puestas en San Petersburgo. Alegría total. Un minuto atrás había deslumbrado a propios y extraños con una bicicleta sobre la cabeza de Yeltsin Tejeda, cuando los brasileños intentaban dormir el balón para que los minutos pasaran y así sellar el triunfo.
Brasil ganó un partido difícil, cerrado. Neymar marcó un tanto con el que le dio tranquilidad a su equipo (2-0), que logró su primera victoria en un campeonato del mundo desde aquel 2-1 frente a Colombia por los cuartos de final en Fortaleza. Una vez el árbitro central del compromiso, el holandés Bjorn Kuipers, señaló el final del encuentro. El delantero brasileño se tiró de rodillas y rompió en llanto. Todo lo que había tenido que sufrir en este año y las secuelas de lo vivido hace cuatro salieron de su cuerpo en forma de lágrimas. Expulsó todo ese sentimiento que tenía reprimido con la victoria, que es una que pone a soñar a su selección.
“Llora lo que tengas que llorar porque solo tú sabes lo que tuviste que pasar para estar en este Mundial”, le dijo al oído el capitán en el encuentro de este viernes, Thiago Silva, a Neymar. Y el ariete que juega en el París Saint Germain no pudo contenerse. En la mitad del campo brindó una imagen conmovedora. “No todos saben lo que pasé para llegar hasta aquí. Hablar, hasta un loro habla. Es hora de hacer, algo que pocos hacen. El llanto fue de alegría, superación, de garra y voluntad de vencer. En mi vida las cosas no fueron fáciles y no lo serán ahora. El sueño continúa, sueño no... ¡objetivo!”, escribió en su cuenta de Instagram. Así dejó todo el peso del pasado atrás y renace con la mentalidad clara de ayudar a Brasil a lograr su sexto título del mundo. (Vea nuestro especial sobre el Mundial de Rusia 2018)
jdelahoz@elespectador.com