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¿Cuál es el balance que hace de su gestión?
Es positivo, tuvimos retos muy grandes, pero los superamos gracias a la buena gestión, a la articulación con el Gobierno Nacional, departamental y de cooperación internacional. También fue muy valioso haber podido llegar a sectores y lugares a donde nunca se había llegado: fuimos mucho a la ruralidad. Pasto tiene 17 corregimientos, la mayoría de su territorio es rural, y casi siempre la inversión se había focalizado en la parte urbana; entonces hubo un tema de equidad bastante importante. Fue un período clave de promocionar a nuestra ciudad.
¿Cuáles fueron los retos más grandes con los que se encontró?
La pandemia, sin duda. Creo que nadie estaba preparado, pero las medidas que tomamos sirvieron para prevenir muchas muertes y contagios; luego la vacunación masiva que logramos. Otro reto fue el estallido social pues en Pasto fue muy fuerte; también el invierno, el derrumbe en Rosas, en la Vía Panamericana, fue muy complicado. Fueron dificultades que nadie tenía planeadas pero que logramos superar. La ciudad avanzó y se repuso gracias a la solidaridad y al trabajo en equipo con los gremios. En este sentido, por ejemplo, la Cámara de Comercio fue un aliado incomparable y también los consejos gremiales.
¿Cómo encontró y cómo queda Pasto después de su alcaldía?
Queda una administración fortalecida, la gerencia pública es fundamental y la virtualidad nos enseñó que es un aliado incomparable, que trae más transparencia y eficiencia. Nosotros les facilitamos la vida a los habitantes con menos trámites y buenas prácticas regulatorias, eso da seguridad jurídica a todos los privados. De igual manera, invertimos en educación: cuando llegamos encontramos 17 “elefantes blancos”, 17 instituciones educativas que estaban abandonadas, y en una alianza con el fondo FFIE y el Ministerio de Educación logramos reactivar una inversión de más de $97 mil millones. Hemos entregado 15, solo nos faltan dos.
También encontré a la empresa de acueducto Empopasto con muchas dificultades, hoy queda fortalecida financiera y técnicamente.
En general hemos venido mejorando para sacar adelante una ciudad más moderna. Por ejemplo, con el Sistema Estratégico de Transporte Público, Pasto no tenía paraderos de buses, hoy ya los tiene y, además, entre las ciudades intermedias quedó con el sistema más adelantado. También se hizo el cambio de alumbrado a una tecnología amable con el medio ambiente. Sabemos que no se puede hacer todo en cuatro años, pero avanzamos mucho.
Su objetivo ha sido “construir la gran capital”, ¿qué se logra con esto?
Posicionar a Pasto en el contexto nacional e internacional como una capital próspera, que sea un eje de desarrollo regional y un destino turístico y empresarial muy bien posicionado. Nosotros tenemos una ubicación estratégica privilegiada: somos pacíficos, andinos y amazónicos, estamos al lado de la única frontera dolarizada del país y eso ha sido un potencial importante porque hemos logrado convertirnos en un destino de compras de los ecuatorianos, logrando una dinámica económica muy importante y empoderando a todo el capital humano que tiene la ciudad.
Por otra parte, nos presentamos a una convocatoria ante la Unesco y Pasto fue escogida como una de las 295 Ciudades Creativas del mundo en Artesanía y Arte Popular, esta designación es algo que les dejamos a las administraciones que vienen, porque los más de 6.000 artesanos y el Carnaval de Pasto quedan con ese sello que nos fortalece y posiciona más a nivel internacional.
¿Cuáles otras iniciativas destacaría?
Los parques que tiene en este momento Pasto suman 10 hectáreas, nosotros, con la construcción de ocho, vamos a dejar doce hectáreas de nuevo espacio público. Por supuesto, la inversión social fue muy importante, fuimos reconocidos como una de las ciudades que más trabaja por los niños, un indicativo es que el trabajo infantil que estaba en 4,5 lo bajamos a 1,5. También hemos liderado proyectos por el adulto mayor; en Pasto hay un programa de cuidadores que solo lo hay en esta ciudad. La inversión en mujeres se triplicó, tenemos unas metas de género grandes en casi todas las secretarías; también estamos haciendo un proceso de pacificación del centro, que es Patrimonio Nacional.
Asimismo, avanzamos en conectividad, cuando yo llegué había solo dos vuelos a Pasto de una sola aerolínea; ahora ya son casi seis aerolíneas, lo que demuestra la importancia de la modernización y del posicionamiento de la ciudad.
La participación ciudadana también ha sido clave. Trabajamos mucho con las Juntas de Acción Comunal: son más de 90 convenios solidarios que mejoraron la calidad de vida de la comunidad; este es un modelo que en este Gobierno Nacional está teniendo mucha fuerza, y que para nosotros siempre fue fundamental.
¿Por qué todos los colombianos deben visitar Pasto?
Pasto tiene una historia muy rica, es de las ciudades más antiguas; también sobresale por su historia y, sin duda, por su creatividad y cultura que se ven reflejadas en nuestros Patrimonios Inmateriales de la Humanidad por la Unesco: el Barniz, que es una técnica única en el mundo, y el Carnaval de Negros y Blancos. Otra bondad son nuestras iglesias lo que nos hace una ciudad teológica por excelencia, igualmente su belleza arquitectónica.
Adicionalmente, somos una de las ciudades con mayor biodiversidad, entre otras razones, por estar cerca a la mitad del mundo. Sobre nuestras bellezas naturales, la laguna de La Cocha es un destino imperdible; asimismo el Santuario Natural Galeras que también nos recuerda que somos la única ciudad capital que tiene un volcán. Adicionalmente, su gastronomía es diversa y deliciosa, y su gente es muy amable. Los turistas que nos visitan se van enamorados, es una ciudad con incalculables atractivos turísticos; la frontera con el Ecuador también es clave. Hay muchos potenciales.