“Debemos seguir trabajando en la electrificación de la economía”

Que Colombia está metida de lleno en lograr que su economía sea sostenible ambientalmente es un hecho. No solo por la voluntad del actual gobierno de Gustavo Petro de lograr una transición económica y pasar de depender de los hidrocarburos a lograr una sostenibilidad energética a partir el uso de energía limpias, sino también porque el sector privado está enfocado en hacerlo realidad. La recién posesionada directora ejecutiva de la Asociación de Energías Renovables (SER Colombia) habló con El Espectador sobre las proyecciones del sector, las posibilidades a futuro y cómo lograr una electrificación de la economía.

La matriz energética de Colombia depende mucho del petróleo y del carbón, ¿qué tan rápido se puede hacer la transición a otras energías?

Vale la pena diferenciar entre matriz energética de generación y matriz de consumo, la rapidez de la transición debe verse desde ambos puntos. Por el lado de la generación podríamos avanzar rápidamente. En este momento entre las afiliadas a SER Colombia identificamos proyectos renovables preparándose para entrar al sistema, que equivalen al 16 % de la capacidad actual. En orden de magnitud, esto es comparable con la actual capacidad instalada del parque de generación a gas. Ahora bien, visto desde el lado del consumo, debemos seguir trabajando en la electrificación de la economía. Esto implica acelerar la penetración de vehículos eléctricos y fomentar la gestión de la demanda mejorando la eficiencia energética en industria y hogares. La transición de la oferta energética en el país tiene sentido en la medida en que también cambien los hábitos de consumo de los colombianos.

¿Qué tan viable es la hoja de ruta que planteó el Gobierno para la transición hacia energías más verdes?

La hoja de ruta de la transición energética justa está en construcción, en este momento se encuentra en la fase 3 (habilitadores regulatorios) y, hasta ahora, plantea una visión articulada entre todos los actores, así como un programa estratégico de expansión de las energías renovables. Desde el sector hemos venido construyendo propuestas durante los últimos años para consolidar la transición energética y la implementación de energías renovables no convencionales.

¿Cuáles son los grandes desafíos de Colombia en transición energética?

En el inmediato plazo, el principal desafío desde el punto de vista de la oferta es lograr que los proyectos se construyan y efectivamente empiecen a inyectar energía renovable al sistema. Eso requiere una mayor articulación entre las empresas, el Gobierno Nacional, las autoridades locales y las comunidades para facilitar los trámites sociales, ambientales y territoriales. Así mismo, complementar los mecanismos comerciales para lograr el cierre financiero en un escenario de mayores tasas de interés y devaluación. Como lo mencioné, el país debe avanzar tanto en la oferta como en la demanda. Es necesario promover la movilidad sostenible, la eficiencia energética en la industria nacional y en los hogares, por ejemplo, en temas como techos solares o soluciones como comunidades energéticas, para atender a cerca del 3 % de los colombianos que no están conectados a la red. Los planes de eficiencia energética logran importantes reducciones del consumo de la energía, y si esta energía es limpia estaremos atacando el problema por ambos lados.

¿Qué proyectos públicos o privados están avanzando en esta transición a energías más eficientes?

Nuestras empresas asociadas se encuentran preparando proyectos renovables por el 16 % de la capacidad instalada actual para entrar en los próximos dos años. Estamos próximos a lanzar nuestro informe para mostrarle al país cifras detalladas de las oportunidades y los cuellos de botella de estas inversiones.

¿Las energías renovables son el único futuro posible para la economía colombiana?

Las energías renovables diversifican la canasta energética y apoyan la electrificación de la economía. Esto es importante porque aporta a la soberanía energética del país, al tiempo que reduce emisiones. Estas energías serán un factor determinante para el desarrollo de nuestra economía y derivarán en diversos y múltiples negocios de distintos tamaños y regiones del país; esto quiere decir que no son el futuro, sino el presente para un mejor futuro.

Que Colombia está metida de lleno en lograr que su economía sea sostenible ambientalmente es un hecho. No solo por la voluntad del actual gobierno de Gustavo Petro de lograr una transición económica y pasar de depender de los hidrocarburos a lograr una sostenibilidad energética a partir el uso de energía limpias, sino también porque el sector privado está enfocado en hacerlo realidad. La recién posesionada directora ejecutiva de la Asociación de Energías Renovables (SER Colombia) habló con El Espectador sobre las proyecciones del sector, las posibilidades a futuro y cómo lograr una electrificación de la economía.

La matriz energética de Colombia depende mucho del petróleo y del carbón, ¿qué tan rápido se puede hacer la transición a otras energías?

Vale la pena diferenciar entre matriz energética de generación y matriz de consumo, la rapidez de la transición debe verse desde ambos puntos. Por el lado de la generación podríamos avanzar rápidamente. En este momento entre las afiliadas a SER Colombia identificamos proyectos renovables preparándose para entrar al sistema, que equivalen al 16 % de la capacidad actual. En orden de magnitud, esto es comparable con la actual capacidad instalada del parque de generación a gas. Ahora bien, visto desde el lado del consumo, debemos seguir trabajando en la electrificación de la economía. Esto implica acelerar la penetración de vehículos eléctricos y fomentar la gestión de la demanda mejorando la eficiencia energética en industria y hogares. La transición de la oferta energética en el país tiene sentido en la medida en que también cambien los hábitos de consumo de los colombianos.

¿Qué tan viable es la hoja de ruta que planteó el Gobierno para la transición hacia energías más verdes?

La hoja de ruta de la transición energética justa está en construcción, en este momento se encuentra en la fase 3 (habilitadores regulatorios) y, hasta ahora, plantea una visión articulada entre todos los actores, así como un programa estratégico de expansión de las energías renovables. Desde el sector hemos venido construyendo propuestas durante los últimos años para consolidar la transición energética y la implementación de energías renovables no convencionales.

¿Cuáles son los grandes desafíos de Colombia en transición energética?

En el inmediato plazo, el principal desafío desde el punto de vista de la oferta es lograr que los proyectos se construyan y efectivamente empiecen a inyectar energía renovable al sistema. Eso requiere una mayor articulación entre las empresas, el Gobierno Nacional, las autoridades locales y las comunidades para facilitar los trámites sociales, ambientales y territoriales. Así mismo, complementar los mecanismos comerciales para lograr el cierre financiero en un escenario de mayores tasas de interés y devaluación. Como lo mencioné, el país debe avanzar tanto en la oferta como en la demanda. Es necesario promover la movilidad sostenible, la eficiencia energética en la industria nacional y en los hogares, por ejemplo, en temas como techos solares o soluciones como comunidades energéticas, para atender a cerca del 3 % de los colombianos que no están conectados a la red. Los planes de eficiencia energética logran importantes reducciones del consumo de la energía, y si esta energía es limpia estaremos atacando el problema por ambos lados.

¿Qué proyectos públicos o privados están avanzando en esta transición a energías más eficientes?

Nuestras empresas asociadas se encuentran preparando proyectos renovables por el 16 % de la capacidad instalada actual para entrar en los próximos dos años. Estamos próximos a lanzar nuestro informe para mostrarle al país cifras detalladas de las oportunidades y los cuellos de botella de estas inversiones.

¿Las energías renovables son el único futuro posible para la economía colombiana?

Las energías renovables diversifican la canasta energética y apoyan la electrificación de la economía. Esto es importante porque aporta a la soberanía energética del país, al tiempo que reduce emisiones. Estas energías serán un factor determinante para el desarrollo de nuestra economía y derivarán en diversos y múltiples negocios de distintos tamaños y regiones del país; esto quiere decir que no son el futuro, sino el presente para un mejor futuro.