Escenarios médicos que exigen innovación
La virtualidad, la simulación y la tecnología serán herramientas claves para los retos que impone esta nueva realidad en las facultades de medicina.
María Alejandra Moreno
La educación médica sin duda está atravesando cambios importantes, por eso la enseñanza de la medicina, que durante siglos se ha destacado por la presencialidad en las aulas y en los escenarios clínicos, se transforma y exige cambios y algunas adecuaciones. La virtualidad, la simulación y la tecnología en general serán herramientas claves para los nuevos retos que impone esta situación ocasionada por el coronavirus. “Las diferentes facultades de medicina deben reinventarse para dar respuesta a la responsabilidad de formar profesionales disponibles para el mundo, garantizando su idoneidad y las competencias necesarias para un país que requiere respuestas de todos los egresados”, señala Carlos Gómez, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana.
Y es que con la emergencia ocasionada por el coronavirus, docentes y estudiantes tuvieron que acoplarse a una nueva realidad que exigió adaptación al cambio, flexibilidad y esa disciplina para aprender en escenarios virtuales. Pero a diferencia de otras carreras, en medicina está la particularidad de que es una ciencia que se aprende y se ejerce en escenarios hospitalarios, con una práctica clínica que se realiza con pacientes y los pares. Entonces, el primer reto al que se enfrentaron fue “trasladarnos a la presencialidad digital y ser creativos para que, con los compañeros y docentes, se lograra más productividad en los espacios de clases y aprovechar los recursos tecnológicos”, dice Hugo Cárdenas, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad El Bosque.
La tecnología, que ha sido clave en medio de la crisis, y una herramienta fundamental, no es un aspecto nuevo en las facultades de medicina, pues varias de ellas ya venían trabajando con simuladores, maniquíes y dispositivos tecnológicos innovadores para el estudio de la medicina, pero que con la pandemia se aceleró, y con una reacción inmediata y eficiente los estudiantes y docentes han podido utilizarla. Pero como destaca Carlos Gómez Restrepo, “aunque los simuladores se conviertan en una estrategia de aprendizaje importante, no se puede olvidar que nunca reemplazarán el contacto médico-paciente que hemos venido teniendo en las instituciones con las cuales tenemos convenios y en donde cada día aprendemos nuevas estrategias”.
Por ello, con las directrices de los Ministerios de Salud y Educación, han trabajado de la mano para desarrollar los protocolos y las medidas para regresar a los campus de una forma controlada y así seguir formando a los futuros médicos, pero cuidando de su salud. La dinámica para el regreso a la presencialidad será marcada también por la alternancia, esto quiere decir que se realizarán algunas clases de manera virtual y otras presenciales. Por ejemplo, en la Universidad El Bosque, llegaron a un consenso con los estudiantes para que, quienes están en últimos semestres puedan ir hacer sus prácticas y en cambio los de primeros semestres tomen esas clases teóricas de forma virtual.
Para la medicina, además de los cambios en sus métodos de enseñanza, también ya se evidencian cambios en su ejercicio. Ya es común ver la atención de pacientes a través de llamadas telefónicas o herramientas virtuales, los profesionales actuales también tuvieron que adaptarse al cambio. Es importante el desarrollo de programas de educación continua que permitan a los profesionales de la salud adquirir competencias en áreas primordiales y necesarias en esta época.
“En la Universidad de La Sabana reaccionamos para darle continuidad a la educación de los estudiantes. No fue fácil porque los profesores no dominábamos por completo la tecnología, pero sobre la marcha hemos ido aprendiendo”, recalca Álvaro Romero, Decano de la Facultad de Medicina de dicha Universidad, quien, además, destaca que el mayor reto ha sido romper esos imaginarios como por ejemplo aprender anatomía en un simulador y no con un cadáver, las clases de obstetricia y las que requerían más presencialidad.
Por último, “creó que la investigación será un eje fundamental para la Medicina, a lo largo de la historia los desarrollos en la investigación en salud han proporcionado herramientas para la protección y mejora de la salud humana, es imperante el fortalecimiento de la investigación con el apoyo de entidades gubernamentales que permitan acceder a recursos para nuevos desarrollos en diferentes áreas. Durante este tiempo la facultad ha liderado diferentes investigaciones que han dado respuesta al país en áreas donde se requiere la participación de la academia”, concluye Carlos Gómez Restrepo.
La educación médica sin duda está atravesando cambios importantes, por eso la enseñanza de la medicina, que durante siglos se ha destacado por la presencialidad en las aulas y en los escenarios clínicos, se transforma y exige cambios y algunas adecuaciones. La virtualidad, la simulación y la tecnología en general serán herramientas claves para los nuevos retos que impone esta situación ocasionada por el coronavirus. “Las diferentes facultades de medicina deben reinventarse para dar respuesta a la responsabilidad de formar profesionales disponibles para el mundo, garantizando su idoneidad y las competencias necesarias para un país que requiere respuestas de todos los egresados”, señala Carlos Gómez, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana.
Y es que con la emergencia ocasionada por el coronavirus, docentes y estudiantes tuvieron que acoplarse a una nueva realidad que exigió adaptación al cambio, flexibilidad y esa disciplina para aprender en escenarios virtuales. Pero a diferencia de otras carreras, en medicina está la particularidad de que es una ciencia que se aprende y se ejerce en escenarios hospitalarios, con una práctica clínica que se realiza con pacientes y los pares. Entonces, el primer reto al que se enfrentaron fue “trasladarnos a la presencialidad digital y ser creativos para que, con los compañeros y docentes, se lograra más productividad en los espacios de clases y aprovechar los recursos tecnológicos”, dice Hugo Cárdenas, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad El Bosque.
La tecnología, que ha sido clave en medio de la crisis, y una herramienta fundamental, no es un aspecto nuevo en las facultades de medicina, pues varias de ellas ya venían trabajando con simuladores, maniquíes y dispositivos tecnológicos innovadores para el estudio de la medicina, pero que con la pandemia se aceleró, y con una reacción inmediata y eficiente los estudiantes y docentes han podido utilizarla. Pero como destaca Carlos Gómez Restrepo, “aunque los simuladores se conviertan en una estrategia de aprendizaje importante, no se puede olvidar que nunca reemplazarán el contacto médico-paciente que hemos venido teniendo en las instituciones con las cuales tenemos convenios y en donde cada día aprendemos nuevas estrategias”.
Por ello, con las directrices de los Ministerios de Salud y Educación, han trabajado de la mano para desarrollar los protocolos y las medidas para regresar a los campus de una forma controlada y así seguir formando a los futuros médicos, pero cuidando de su salud. La dinámica para el regreso a la presencialidad será marcada también por la alternancia, esto quiere decir que se realizarán algunas clases de manera virtual y otras presenciales. Por ejemplo, en la Universidad El Bosque, llegaron a un consenso con los estudiantes para que, quienes están en últimos semestres puedan ir hacer sus prácticas y en cambio los de primeros semestres tomen esas clases teóricas de forma virtual.
Para la medicina, además de los cambios en sus métodos de enseñanza, también ya se evidencian cambios en su ejercicio. Ya es común ver la atención de pacientes a través de llamadas telefónicas o herramientas virtuales, los profesionales actuales también tuvieron que adaptarse al cambio. Es importante el desarrollo de programas de educación continua que permitan a los profesionales de la salud adquirir competencias en áreas primordiales y necesarias en esta época.
“En la Universidad de La Sabana reaccionamos para darle continuidad a la educación de los estudiantes. No fue fácil porque los profesores no dominábamos por completo la tecnología, pero sobre la marcha hemos ido aprendiendo”, recalca Álvaro Romero, Decano de la Facultad de Medicina de dicha Universidad, quien, además, destaca que el mayor reto ha sido romper esos imaginarios como por ejemplo aprender anatomía en un simulador y no con un cadáver, las clases de obstetricia y las que requerían más presencialidad.
Por último, “creó que la investigación será un eje fundamental para la Medicina, a lo largo de la historia los desarrollos en la investigación en salud han proporcionado herramientas para la protección y mejora de la salud humana, es imperante el fortalecimiento de la investigación con el apoyo de entidades gubernamentales que permitan acceder a recursos para nuevos desarrollos en diferentes áreas. Durante este tiempo la facultad ha liderado diferentes investigaciones que han dado respuesta al país en áreas donde se requiere la participación de la academia”, concluye Carlos Gómez Restrepo.