Expedición biocultural en Casimiro: una quebrada para la memoria y la reconciliación

Durante años, habitantes de los barrios 2 de Mayo y El Reposo, en Quibdó (Chocó), vivieron al lado de una quebrada que se había convertido en un depósito de desechos. Plásticos, escombros y residuos de todo tipo eran arrastrados por su corriente hasta desembocar en el río Atrato. Este espacio no solo representaba un riesgo sanitario para la población, sino que acentuaba la ya complicada situación de seguridad en una de las zonas más marginalizadas de la capital del Chocó.

La quebrada Casimiro también ha sido testigo de historias de violencia y abandono, al igual que las familias que habitan el barrio 2 de mayo. Transformar este espacio implica no solo su sanación ecológica, sino también la sanación emocional y espiritual de una juventud que ha vivido en medio de la marginalización y la violencia. Esta oportunidad posibilita que, a través de alianzas público-comunitarias, un territorio que históricamente ha sido estigmatizado como peligroso, pueda ser un lugar en el que las artes, los saberes y las prácticas culturales se posicionen como instrumentos para la sanación y la esperanza.

En este contexto, a finales de 2023, nació “La ruta de los cuidados”, un proyecto impulsado por la comunidad y fortalecido por la Biblioteca Nacional de Colombia y la estrategia de Cultura de Paz del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, que busca transformar las vidas de jóvenes y comunidades, a partir de la idea de reconciliación, reincorporación y creación de nuevas oportunidades.

La ruta inicia con la limpieza, la resignificación y la protección de la quebrada Casimiro, un potente escenario biocultural que atraviesa el barrio El Reposo y desemboca en el Atrato. Casimiro, símbolo de transformación, se convierte en un espacio donde se entrelazan acciones para contribuir a la paz con la naturaleza, la reconciliación y la reincorporación.

Andrés Mena, gestor del comité ambiental afirma que “la ruta de los cuidados ha contribuido en la construcción de paz porque ha hecho algo impensable: unir a las comunidades en torno a la protección de la biodiversidad. Esto nos ayudó a ser más empáticos con nuestros aliados en el territorio, ya que varias organizaciones nos unimos en torno a cuidar la biodiversidad, a cuidar a Casimiro. Eso es lo que realmente construye paz”.

Así mismo, se suma a la ruta el programa “Expediciones Bioculturales”, que hace parte del Plan Departamental de Lectura, Escritura, Oralidad y Bibliotecas del Chocó “Arnoldo Palacios”, y que encuentra entre sus propósitos aportar a la revitalización de los saberes, conocimientos y memorias, desde las prácticas de lectura, escritura y oralidad, y al cuidado de la vida en todas sus manifestaciones. Expediciones Bioculturales busca generar interpretaciones sobre la interacción entre los seres humanos y otros seres vivos, a través del registro de conocimientos, saberes y memorias que promuevan la conservación y el cuidado de la diversidad biocultural.

“La ruta de los cuidados” por tanto converge en una apuesta por la sostenibilidad cultural y ambiental, por tejer caminos de paz que protegen la biodiversidad, honrar los patrimonios culturales y abrir horizontes para que las nuevas generaciones encuentren en su tierra raíces profundas que aporten a la construcción de paz.

Durante años, habitantes de los barrios 2 de Mayo y El Reposo, en Quibdó (Chocó), vivieron al lado de una quebrada que se había convertido en un depósito de desechos. Plásticos, escombros y residuos de todo tipo eran arrastrados por su corriente hasta desembocar en el río Atrato. Este espacio no solo representaba un riesgo sanitario para la población, sino que acentuaba la ya complicada situación de seguridad en una de las zonas más marginalizadas de la capital del Chocó.

La quebrada Casimiro también ha sido testigo de historias de violencia y abandono, al igual que las familias que habitan el barrio 2 de mayo. Transformar este espacio implica no solo su sanación ecológica, sino también la sanación emocional y espiritual de una juventud que ha vivido en medio de la marginalización y la violencia. Esta oportunidad posibilita que, a través de alianzas público-comunitarias, un territorio que históricamente ha sido estigmatizado como peligroso, pueda ser un lugar en el que las artes, los saberes y las prácticas culturales se posicionen como instrumentos para la sanación y la esperanza.

En este contexto, a finales de 2023, nació “La ruta de los cuidados”, un proyecto impulsado por la comunidad y fortalecido por la Biblioteca Nacional de Colombia y la estrategia de Cultura de Paz del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, que busca transformar las vidas de jóvenes y comunidades, a partir de la idea de reconciliación, reincorporación y creación de nuevas oportunidades.

La ruta inicia con la limpieza, la resignificación y la protección de la quebrada Casimiro, un potente escenario biocultural que atraviesa el barrio El Reposo y desemboca en el Atrato. Casimiro, símbolo de transformación, se convierte en un espacio donde se entrelazan acciones para contribuir a la paz con la naturaleza, la reconciliación y la reincorporación.

Andrés Mena, gestor del comité ambiental afirma que “la ruta de los cuidados ha contribuido en la construcción de paz porque ha hecho algo impensable: unir a las comunidades en torno a la protección de la biodiversidad. Esto nos ayudó a ser más empáticos con nuestros aliados en el territorio, ya que varias organizaciones nos unimos en torno a cuidar la biodiversidad, a cuidar a Casimiro. Eso es lo que realmente construye paz”.

Así mismo, se suma a la ruta el programa “Expediciones Bioculturales”, que hace parte del Plan Departamental de Lectura, Escritura, Oralidad y Bibliotecas del Chocó “Arnoldo Palacios”, y que encuentra entre sus propósitos aportar a la revitalización de los saberes, conocimientos y memorias, desde las prácticas de lectura, escritura y oralidad, y al cuidado de la vida en todas sus manifestaciones. Expediciones Bioculturales busca generar interpretaciones sobre la interacción entre los seres humanos y otros seres vivos, a través del registro de conocimientos, saberes y memorias que promuevan la conservación y el cuidado de la diversidad biocultural.

“La ruta de los cuidados” por tanto converge en una apuesta por la sostenibilidad cultural y ambiental, por tejer caminos de paz que protegen la biodiversidad, honrar los patrimonios culturales y abrir horizontes para que las nuevas generaciones encuentren en su tierra raíces profundas que aporten a la construcción de paz.