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En Colombia, de acuerdo con Camacol, en julio del año pasado el país ya se postulaba como uno de los mejores escenarios para la inversión en edificaciones sostenibles, gracias a su cadena de valor y a la certificación Edge, alcanzando para entonces 5.4 millones de metros cuadrados certificados, lo que equivale a aproximadamente 840 campos de fútbol y más de 62.000 viviendas verdes, la mitad de las cuales se califican como viviendas asequibles. En línea con este compromiso y una trayectoria que acumula varias décadas, Compensar se ha venido consolidando como referente en la materia, aplicando en sus creaciones arquitectónicas los principios de bajo impacto urbano y ambiental, siendo un ejemplo de ello su Centro Urbano de Recreación (CUR) –premio nacional de arquitectura– y que ya cumple 30 años de historia. Y es que, cada una de sus iniciativas contempla la implementación de estrategias sostenibles, teniendo como base las eficiencias energéticas, con sistemas de control solar para minimizar el impacto de la energía al interior de las construcciones; el mejoramiento bioclimático de estas estructuras con cubiertas verdes, sistemas de ventilación natural (de los que la sede calle 94 y su hotel Lagomar son un ejemplo), sistemas ahorradores en iluminación, griferías y fluxómetros, entre otros.
Sostenibilidad como principio rector
Lo anterior, también favorece la reducción de emisiones, pues al haber un menor consumo energético y una migración a la implementación de energías limpias, el aporte en la disminución de la huella de carbono es sustancial. Una muestra de eso, según Wílmer Linares Mendoza, gerente de Proyectos de Infraestructura de Compensar, se da en el hotel y centro de convenciones Lagomar, en Girardot, donde todo el sistema de calentamiento del agua se realiza a través de paneles solares, una práctica con más de 20 años de trayectoria. Para este experto, pese a que hay un sinnúmero de acciones que se pueden adelantar en pro de la sostenibilidad, existen varios principios (cada uno compuesto por lo menos con 10 estrategias) que rigen las construcciones de Compensar, entre las que se destacan las eficiencias energéticas y de agua, la selección de materiales de construcción con bajos costos de mantenimiento (muros en ladrillo, piedra en los pisos, canchas sintéticas de fútbol, etcétera), la configuración y orientación de los edificios en función del sol y del viento, además de la calidad arquitectónica, el cuidado del urbanismo y los entornos de sus edificaciones. “Para implementar este tipo de iniciativas no solo se tienen en cuenta a las nuevas edificaciones, sino que las que ya tienen más años de uso reciben intervenciones para mejorar sus condiciones. Por ejemplo, en la sede de la calle 153, siendo una instalación ya construida y en la que tenemos servicio de salud (IPS), ejecutamos una obra en la fachada con un recubrimiento especial buscando confort térmico”, explicó Linares. Siguiendo con el gerente de Proyectos de Infraestructura, esta metodología de trabajo se ha puesto en marcha también en sus intervenciones más recientes, como es el caso del nuevo Centro de Bienestar Integral Centro Mayor, al sur de Bogotá, donde de una manera disruptiva lograron convertir un local cerrado en un espacio abierto, iluminado y ventilado, a partir de una estructura que ya existía. Más allá de lo que significa la sostenibilidad, Linares asegura que hay un principio dentro de la organización, la ‘Política de infraestructura’, que está atada a la buena arquitectura, lo que implica que el desarrollo de cualquier edificación debe representar un aporte social al entorno, con ejemplos como el de las sedes de Kennedy y Suba, en Bogotá, donde sus construcciones han aportado desarrollo urbanístico, ambientes más verdes en sus alrededores y mayor seguridad, entre otros. En palabras del directivo, el resultado de todo este desarrollo ha sido, sin lugar a duda, la posibilidad de aportar bienestar integral cada vez a más comunidades. Así lo demuestran, además, las múltiples certificaciones que, con objetivos diversos, ratifican el trabajo de esta organización en este sentido, tal es el caso de la certificación Edge, auspiciada por el Banco Mundial (BM), cuyo objetivo es evaluar los aportes en sostenibilidad, con énfasis en energía, agua y materiales.
Infraestructura al servicio del bienestar
“Hoy en día desarrollamos dos edificaciones en las que aplicamos toda la metodología Edge: la sede de la carrera 60 (con foco en personas mayores) y el campus de nuestra Fundación Universitaria Compensar, que abrirá sus puertas en el 2025. Las evaluaciones preliminares indican que estamos dentro de los parámetros considerados por esta metodología, lo cual es realmente significativo, con miras al cumplimiento de nuestros objetivos, entre otros, los relacionados con la excelencia en el diseño para mayores eficiencias”, señaló Linares. Por otra parte, y como un complemento esencial de lo que significan las edificaciones sostenibles y la política que en esa materia rige a Compensar, el principio de estas obras arquitectónicas está directamente relacionado con el bienestar que estos espacios brindan a sus visitantes. De acuerdo con el directivo, a través de su infraestructura, la entidad busca favorecer también la equidad, la inclusión y la dignificación, mediante, accesibilidad, zonas adecuadamente iluminadas, corredores amplios, buena ventilación, entre otros, con lo que además se genera una relación de respeto mutuo y un reconocimiento por parte de los usuarios quienes sienten las sedes como suyas. “El reconocimiento de la gente ha llegado a tal punto que salen frases como: ‘estas son instalaciones al estilo Compensar’, y si no lo sienten así, nos lo reclaman”, concluyó Wílmer Linares Mendoza, gerente de Proyectos de Infraestructura de Compensar.
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