“La educación en Compensar también impacta vidas”

La educación es un eje para el desarrollo personal y desde Compensar ya son varios años en los que esta caja de compensación se ha volcado a fomentar el desarrollo intelectual y personal de miles de niños, jóvenes y adultos del país para que a partir de la educación logren un gran impacto en sus comunidades y en su vida personal y familiar. Y en cabeza de Ana Beatriz Cárdenas, gerente de Educación de Compensar, la caja se prepara para un 2023 lleno de retos y objetivos que logren impactar la vida de miles de personas.

Desde su rol, ¿cómo evalúa la actualidad de la educación?

En Colombia, se ha avanzado significativamente en plantear diversos escenarios de educación, de pensar la calidad, la diversidad de los territorios, la formación docente, y aún nos falta un camino por recorrer y por seguir planteando que la educación es ese motor de cambio y transformación social. En ese sentido, es clave resaltar que la educación no solo se suscribe a lo escolar o académico, sino que propende por otros sentidos de desarrollo más desde lo humano. Este es el caso de Compensar, que configuró un modelo educativo que busca el desarrollo humano y que impacta todo el ciclo de vida, desde la gestación hasta la vejez, involucra diversos niveles de educación, lo que permite que estemos presentes en la vida de las personas a lo largo de su vida.

¿Cómo funciona la oferta integral de educación en Compensar?

Con este ajuste que se hace de pensar en la articulación de la educación con los ciclos de vida de todas las personas, ya sea población vulnerable, identificada y priorizada. La apuesta es pensar cómo favorecemos el desarrollo humano, el de sus habilidades, nuevos conocimientos y herramientas que les permitan desempeñarse en la vida o tener un gusto particular.

Un segundo aspecto es el escenario de la productividad desde lo empresarial, para generar así nuevos resultados y retos en lo profesional, de ahí la importancia que tiene nuestra Fundación Universitaria de Compensar para facilitar una formación que garantice la inserción laboral o el desarrollo de nuevos emprendimientos en el tejido productivo.

Nosotros empezamos con el proceso de Educación inicial, en este tenemos Jardines Sociales y Centros de Desarrollo infantil en Bogotá y municipios de Cundinamarca; al igual que cursos en artes y oficios, y escuelas deportivas para el rango de edad de la primera infancia. Por otro lado, con Jornada Escolar Complementaria atendemos niños y jóvenes de instituciones oficiales en Bogotá y municipios de Cundinamarca en modalidades como ciencia y tecnología, deportes, artes, oralidad, lectura y escritura. El otro escenario es que tenemos diferentes procesos de educación no formal que impactan también la niñez, la juventud y la adultez, con cursos que son de artes y oficios y disciplinas deportivas, así como cursos que favorecen el ser.

Todo esto acompañado de otros procesos ya mucho más formales o estructurados, como formación para el trabajo y educación superior. Esta oferta se ve de alguna manera articulada en todos estos niveles, desde procesos de innovación, de generar nuevas metodologías, de posicionar la innovación, el pensamiento crítico, la creatividad, la resolución de problemas y, sobre todo, en ser activos en el desarrollo de las situaciones sociales.

El otro tema es la capacidad de los escenarios especializados. Nuestras sedes se caracterizan por tener espacios para dar cursos de cocina, con tecnologías, materiales y equipos adecuados para adquirir y mejorar la formación no solo en conocimientos, sino también a nivel deportivo y cultural, y los jardines también tienen toda una especialidad.

Toda esta capacidad hace que efectivamente la oferta sea integral y que aportemos a todos los ciclos de vida desde ese desarrollo que cada uno requiere para que se vea articulado.

¿Cómo evalúan el programa que atiende a población en condición de discapacidad?

Compensar tiene unos altos estándares de calidad en atención a la niñez, configurados por ley, pero realmente lo que nos diferencia es que contamos con un grupo humano altamente calificado y comprometido, mejor infraestructura y con procesos que, con elementos emergentes, se convierten en oportunidades para seguir mejorando. Por ejemplo, en el tema de nutrición tenemos que cumplir un 70 % de requerimiento. A los niños les hacemos las evaluaciones de pruebas antropométricas y operamos en la atención sobre niños que tienen sobrepeso y los de bajo también. Sobre eso generamos unas atenciones particulares con un modelo propio de atención en la educación inicial, en la que creamos un modelo en Compensar con el que configuramos todo el escenario que Colombia viene avanzando de política, pero también poniendo allí sobre la mesa todo a lo que queremos apostarle.

Nuestros jardines están en zonas vulnerables, y en donde está Compensar todas las familias quieren estar inscritas. Tenemos listas de espera de 600 a 1.000 niños. Ayudamos a que el impacto sea más suave, ese tránsito de estar en un jardín y pasar a un colegio de 1.000 niños, donde no hay atención tan personalizada y detallada por un equipo interdisciplinario.

También tenemos otros programas de educación como Enlaces, que está dirigido a personas con discapacidad, en el que las acompañamos en todo su despliegue de desarrollo de habilidades, capacidades, potencialidades y retos para fomentar la inclusión social. Pero además a ayudarles a generar procesos de inclusión social real, como aprender a cocinar, a nadar o a encontrar otras habilidades con emprendimientos que ellos mismos generan de postres, artes, bisutería y joyería.

También empezaremos un proceso con nuestra Agencia de Empleo y Fomento Empresarial con el cual acompañaremos a las empresas en lo laboral. Con Enlaces atendimos el año pasado a 362 personas de forma permanente.

Parte de la agenda de este Gobierno es fortalecer los territorios, ¿cómo ayuda Compensar a educar en las zonas rurales?

Hace varios años venimos trabajando en territorios rurales de Cundinamarca con el tema de educación inicial con jardines infantiles. Estamos en Mosquera, Chocontá, Soacha y Girardot, en donde trabajamos nuevas metodologías y estrategias. La presencia de Compensar, con sus estándares de alta calidad, ha mejorado toda esta dinámica en el territorio frente a lo que implica atender a los niños y niñas en primera infancia.

Con Jornada Escolar Complementaria venimos trabajando desde hace 10 años en territorios como Caparrapí, La Peña, La Palma, Yacopí, Nilo, Fusagasugá, Soacha y en los territorios rurales que tiene Bogotá. Se han generado también iniciativas territoriales donde la misma comunidad de los jóvenes y los niños proponen diferentes situaciones que articulan a sus padres y abuelos.

Los impactos han sido interesantes, porque la presencia de Compensar ha sido reconocida por generar nuevas estrategias en que los niños y los jóvenes usen otras metodologías y tengan acceso a otra información desde su territorio. En el tema de adultos, trabajamos con ellos en temas de recreación y emprendimiento. Buscamos que la gente valore dónde está y la posibilidad que tienen desde lo rural también de construir una comunidad diferente.

Más información aquí.

La educación es un eje para el desarrollo personal y desde Compensar ya son varios años en los que esta caja de compensación se ha volcado a fomentar el desarrollo intelectual y personal de miles de niños, jóvenes y adultos del país para que a partir de la educación logren un gran impacto en sus comunidades y en su vida personal y familiar. Y en cabeza de Ana Beatriz Cárdenas, gerente de Educación de Compensar, la caja se prepara para un 2023 lleno de retos y objetivos que logren impactar la vida de miles de personas.

Desde su rol, ¿cómo evalúa la actualidad de la educación?

En Colombia, se ha avanzado significativamente en plantear diversos escenarios de educación, de pensar la calidad, la diversidad de los territorios, la formación docente, y aún nos falta un camino por recorrer y por seguir planteando que la educación es ese motor de cambio y transformación social. En ese sentido, es clave resaltar que la educación no solo se suscribe a lo escolar o académico, sino que propende por otros sentidos de desarrollo más desde lo humano. Este es el caso de Compensar, que configuró un modelo educativo que busca el desarrollo humano y que impacta todo el ciclo de vida, desde la gestación hasta la vejez, involucra diversos niveles de educación, lo que permite que estemos presentes en la vida de las personas a lo largo de su vida.

¿Cómo funciona la oferta integral de educación en Compensar?

Con este ajuste que se hace de pensar en la articulación de la educación con los ciclos de vida de todas las personas, ya sea población vulnerable, identificada y priorizada. La apuesta es pensar cómo favorecemos el desarrollo humano, el de sus habilidades, nuevos conocimientos y herramientas que les permitan desempeñarse en la vida o tener un gusto particular.

Un segundo aspecto es el escenario de la productividad desde lo empresarial, para generar así nuevos resultados y retos en lo profesional, de ahí la importancia que tiene nuestra Fundación Universitaria de Compensar para facilitar una formación que garantice la inserción laboral o el desarrollo de nuevos emprendimientos en el tejido productivo.

Nosotros empezamos con el proceso de Educación inicial, en este tenemos Jardines Sociales y Centros de Desarrollo infantil en Bogotá y municipios de Cundinamarca; al igual que cursos en artes y oficios, y escuelas deportivas para el rango de edad de la primera infancia. Por otro lado, con Jornada Escolar Complementaria atendemos niños y jóvenes de instituciones oficiales en Bogotá y municipios de Cundinamarca en modalidades como ciencia y tecnología, deportes, artes, oralidad, lectura y escritura. El otro escenario es que tenemos diferentes procesos de educación no formal que impactan también la niñez, la juventud y la adultez, con cursos que son de artes y oficios y disciplinas deportivas, así como cursos que favorecen el ser.

Todo esto acompañado de otros procesos ya mucho más formales o estructurados, como formación para el trabajo y educación superior. Esta oferta se ve de alguna manera articulada en todos estos niveles, desde procesos de innovación, de generar nuevas metodologías, de posicionar la innovación, el pensamiento crítico, la creatividad, la resolución de problemas y, sobre todo, en ser activos en el desarrollo de las situaciones sociales.

El otro tema es la capacidad de los escenarios especializados. Nuestras sedes se caracterizan por tener espacios para dar cursos de cocina, con tecnologías, materiales y equipos adecuados para adquirir y mejorar la formación no solo en conocimientos, sino también a nivel deportivo y cultural, y los jardines también tienen toda una especialidad.

Toda esta capacidad hace que efectivamente la oferta sea integral y que aportemos a todos los ciclos de vida desde ese desarrollo que cada uno requiere para que se vea articulado.

¿Cómo evalúan el programa que atiende a población en condición de discapacidad?

Compensar tiene unos altos estándares de calidad en atención a la niñez, configurados por ley, pero realmente lo que nos diferencia es que contamos con un grupo humano altamente calificado y comprometido, mejor infraestructura y con procesos que, con elementos emergentes, se convierten en oportunidades para seguir mejorando. Por ejemplo, en el tema de nutrición tenemos que cumplir un 70 % de requerimiento. A los niños les hacemos las evaluaciones de pruebas antropométricas y operamos en la atención sobre niños que tienen sobrepeso y los de bajo también. Sobre eso generamos unas atenciones particulares con un modelo propio de atención en la educación inicial, en la que creamos un modelo en Compensar con el que configuramos todo el escenario que Colombia viene avanzando de política, pero también poniendo allí sobre la mesa todo a lo que queremos apostarle.

Nuestros jardines están en zonas vulnerables, y en donde está Compensar todas las familias quieren estar inscritas. Tenemos listas de espera de 600 a 1.000 niños. Ayudamos a que el impacto sea más suave, ese tránsito de estar en un jardín y pasar a un colegio de 1.000 niños, donde no hay atención tan personalizada y detallada por un equipo interdisciplinario.

También tenemos otros programas de educación como Enlaces, que está dirigido a personas con discapacidad, en el que las acompañamos en todo su despliegue de desarrollo de habilidades, capacidades, potencialidades y retos para fomentar la inclusión social. Pero además a ayudarles a generar procesos de inclusión social real, como aprender a cocinar, a nadar o a encontrar otras habilidades con emprendimientos que ellos mismos generan de postres, artes, bisutería y joyería.

También empezaremos un proceso con nuestra Agencia de Empleo y Fomento Empresarial con el cual acompañaremos a las empresas en lo laboral. Con Enlaces atendimos el año pasado a 362 personas de forma permanente.

Parte de la agenda de este Gobierno es fortalecer los territorios, ¿cómo ayuda Compensar a educar en las zonas rurales?

Hace varios años venimos trabajando en territorios rurales de Cundinamarca con el tema de educación inicial con jardines infantiles. Estamos en Mosquera, Chocontá, Soacha y Girardot, en donde trabajamos nuevas metodologías y estrategias. La presencia de Compensar, con sus estándares de alta calidad, ha mejorado toda esta dinámica en el territorio frente a lo que implica atender a los niños y niñas en primera infancia.

Con Jornada Escolar Complementaria venimos trabajando desde hace 10 años en territorios como Caparrapí, La Peña, La Palma, Yacopí, Nilo, Fusagasugá, Soacha y en los territorios rurales que tiene Bogotá. Se han generado también iniciativas territoriales donde la misma comunidad de los jóvenes y los niños proponen diferentes situaciones que articulan a sus padres y abuelos.

Los impactos han sido interesantes, porque la presencia de Compensar ha sido reconocida por generar nuevas estrategias en que los niños y los jóvenes usen otras metodologías y tengan acceso a otra información desde su territorio. En el tema de adultos, trabajamos con ellos en temas de recreación y emprendimiento. Buscamos que la gente valore dónde está y la posibilidad que tienen desde lo rural también de construir una comunidad diferente.

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