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Si bien el mercado inmobiliario en Colombia ha estado en caída debido a diferentes factores, como la inflación y las tasas de interés, lo cierto es que este sector ha presentado en los últimos años una transformación notable, impulsada por nuevas tendencias como los modelos de co-living y las rentas cortas y vacacionales. Incluso, expertos estiman que este tipo de proyectos seguirá en aumento en el país, en parte debido al interés que generan en diversos inversionistas, al cambio en el comportamiento del consumidor que busca este tipo de alojamiento para vivir o para vacacionar y, al impacto positivo que tienen en la economía
Entre algunos datos relevantes a destacar, se puede mencionar que hay 71.068 establecimientos de hospedaje, de los cuales el 74,9% (53.179) son viviendas turísticas. Ciudades como Medellín (24,1%), Bogotá (11,9%) y Cartagena (10,9%) concentran la mayor parte de esta oferta, lo que refleja la creciente popularidad de este tipo de inmuebles en el país, según cifras del Registro Nacional de Turismo a abril de 2024.
Según Xavier Cárdenas, cofundador y CEO de Wellcome.travel, los desarrolladores y constructores deben adoptar una visión estratégica para aprovechar las oportunidades que ofrece este sector, teniendo en cuenta tanto la demanda como las particularidades operativas que estos modelos exigen.
Esta tendencia está siendo impulsada, en parte, por emprendimientos como Wellcome, que permiten a los propietarios generar ingresos a través del alquiler de sus propiedades a corto y mediano plazo, utilizando datos y tecnología para optimizar su rendimiento. Xavier asegura que “en Colombia, las rentas cortas ya representan entre el 16% y el 18% del alojamiento turístico, con ocho millones de personas hospedándose en viviendas de este tipo en el último año”. El potencial es de tal magnitud que se proyecta que el mercado de rentas cortas y vacacionales en Suramérica crezca en más del 46% para el año 2026, alcanzando un valor de 5 billones de dólares.
Aunque el panorama es prometedor, el directivo de este emprendimiento que ha evaluado más de 9.000 unidades en más de 14 destinos distintos de cuatro países, enfatiza la importancia de que los constructores y desarrolladores consideren cinco factores claves antes de embarcarse en el desarrollo y promoción de este tipo de proyectos:
- Análisis de mercado: Es esencial realizar un análisis profundo que considere la demanda local y el perfil del huésped. No todas las zonas son aptas para proyectos de co-living o rentas cortas. Evaluar las tarifas, la ocupación y la tendencia de la oferta y la demanda en áreas específicas ayuda a garantizar que el proyecto sea viable a largo plazo.
- Diseño y conceptualización: Estos proyectos requieren un enfoque arquitectónico y de diseño diferente al de los desarrollos residenciales tradicionales. Desde la infraestructura tecnológica, como el diseño de redes Wi-Fi, hasta las amenidades demandadas por los usuarios, cada aspecto debe planificarse cuidadosamente para garantizar una experiencia óptima para los huéspedes.
- Aspectos legales: Cumplir con las regulaciones locales es vital. Desde obtener el Registro Nacional de Turismo hasta cumplir con las normativas de urbanización y zonificación, los proyectos deben estar alineados con las leyes vigentes para evitar problemas legales que puedan afectar su rentabilidad.
- Modelo operativo: Decidir si la operación será gestionada por un operador exclusivo o permitirá la entrada de terceros es crucial para la sostenibilidad del proyecto. Este modelo afecta no solo la convivencia entre los propietarios y los huéspedes, sino también la capacidad de mantener la calidad del servicio a largo plazo.
- Perfil del Inversionista: Es importante definir claramente si el proyecto está dirigido a inversionistas que buscan una segunda vivienda o si se trata de un proyecto puramente de inversión. Establecer expectativas de rentabilidad y costos operativos desde el inicio es fundamental para atraer a los inversores adecuados.
El crecimiento de las rentas cortas no solo impulsa el turismo, sino que también abre nuevas oportunidades para el sector constructor. Esto se ha reflejado en la alianza de La Haus y Wellcome en proyectos emblemáticos como Costa Mar en Barú, Be Live en Medellin , Viú HomePark en Bogotá, entre otros ofreciendo modelos de inversión en los que los propietarios pueden adquirir fracciones de propiedades de lujo a precios accesibles y generar ingresos mientras no las utilizan. Estos modelos están transformando la forma en que los inversores ven el mercado inmobiliario, permitiendo diversificar el riesgo y maximizar los beneficios.
“Los desarrolladores que deseen estructurar proyectos de co-living o rentas vacacionales deben contar con aliados estratégicos que les ofrezcan no solo asesoría, sino también una visión operativa integral. Nuestra experiencia en la estructuración de este tipo de desarrollos inmobiliarios en cuatro países nos ha permitido entender las complejidades del sector y garantizar el éxito de estos proyectos”, explica Xavier.
El crecimiento del mercado inmobiliario orientado a las rentas cortas y co-living en Colombia representa una oportunidad para los constructores que buscan diversificar su oferta y adaptarse a las nuevas tendencias de consumo. Además, generará un gran impacto en la economía, pues según Fedelonjas, los ingresos generados por las rentas cortas aportaron US$554 millones al PIB, lo que representa el 147% de la actividad turística del país.