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En un mundo cada vez más globalizado y en donde la comunicación y la información definen el poder y la capacidad de competencia, no saber un idioma diferente al propio es considerado para muchos analfabetismo. Desde hace ya un buen tiempo, el inglés dejó de ser una opción para convertirse en una obligación tan importarte como dominar un programa en sistemas, porque de lo contrario el profesional estaría por fuera del mercado laboral.
“El aprendizaje de una segunda lengua le permite al individuo darse la oportunidad de tener una visión más amplia de lo que es la realidad del mundo que lo rodea, además de la problemática que le incumbe. Por eso, cuando se maneja sólo el idioma de su lengua materna, la persona se limita”, señala Bibiana Toquica, docente de idiomas en la Fundación Universitaria de la Cámara de Comercio de Bogotá, Uniempresarial.
Y sumado a ello, estudios científicos realizados en Inglaterra han demostrado que el aprendizaje de diferentes idiomas ayuda a desarrollar una parte del cerebro encargado de la fluidez verbal. En la actualidad todos los profesionales, independientemente del área de investigación, necesitan consultar textos en un idioma diferente al suyo, y si únicamente se limitan a su lengua materna, su visión sería poco amplia y el mismo mercado le empezaría a exigir con urgencia el dominio de otras lenguas.
Por ejemplo, para un teólogo es fundamental acudir al aprendizaje de otros idiomas como el hebreo, latín o arameo para sus investigaciones. Ahora la comunidad estudiantil cuenta con un abanico de posibilidades que ofrece el mercado para poner a disposición de los interesados una amplia oferta de metodologías y nuevas herramientas que se ajusten a las necesidades de los estudiantes.
“En Colombia hay excelentes posibilidades para aprender otro idioma, lo determinante para que el método funcione es la autodisciplina, el sentido de responsabilidad y concientizarse de la necesidad de aprenderlo”, señala Toquica.
No existe un método revelado para aprender de manera más eficaz y en corto tiempo, todo depende de las características, habilidades y destrezas que una persona pueda tener para explorar la metodología que más se ajuste a sus necesidades y metas.
Hay algunas personas que prefieren el método de escucha, otros por el contrario son mucho más visuales y les cuesta aprender si no están interactuando permanentemente con sus compañeros y profesores en la tradicional aula de clase. Entre tanto, hay algunos que confían plenamente en los métodos virtuales y además tienen la disciplina para ser autodidactas y aprender desde la comodidad de su casa u oficina.
El problema radica en la forma como cada una de las personas establezca las metas en cuanto al aprendizaje y sus necesidades. En la medida en que un individuo identifique la necesidad que tiene y vea la aplicabilidad de un segundo idioma en la cotidianidad de su vida diaria, encontrará la mejor metodología para aprender. Sin embargo, la clave está en la disciplina y el autoaprendizaje.
El mercado tiene muchas ofertas, de ahí que antes de elegir un instituto para iniciar la capacitación de una lengua, es necesario documentarse bien y buscar un lugar que tenga un claro posicionamiento de marca, que genere confianza y respaldo de otras personas que se hayan capacitado allí con resultados positivos.