Las mujeres y los hombres son mucho más que su fertilidad
Quedar en embarazo es el sueño de varias parejas, pero algunas se han encontrado con obstáculos que pueden cambiar sus planes y replantear la vida.
María Alejandra Moreno
“Ver que cada mes me llegaba el período me hacía sentir tristeza. Me frustraba, lloraba, me reprimía y no vivía el hoy. No disfrutaba lo que tenía a mí alrededor. Fue como si se hubiera apagado mi felicidad. Pero el año pasado le entregué esa carga a Dios y decidí ser feliz con lo que él me da cada día. Sentir esa pasión y gozo a pesar de mi realidad”.
Estas son las palabras de Sandra Pinzón, una mujer que en su rostro refleja tranquilidad, paz y dulzura. De profesión administradora en hotelería y turismo, junto con su pareja desde hace tres años están buscando quedar en embarazo, pero hasta el momento ha sido una tarea fallida. En su proceso, los exámenes de rutina y otros más especializados toman protagonismo para encontrar la causa de su dificultad para quedar en embarazo.
Hasta el momento los resultados indican que todo está bien, pero a pesar de eso su realidad no cambia. Esta situación por la que hoy a traviesa Sandra Pinzón es el panorama de miles de mujeres que están buscando quedar en embarazo y que por distintas circunstancias no han podido.
En Colombia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía en Salud (ENDS) 2015, el 12,1 % de las mujeres de 15 a 49 años que desean uno o más hijas o hijos han tenido problemas de fertilidad. La situación de la infertilidad se concentra en el grupo de mujeres de 40 a 44 años. con el 25,4 %.
Lo que se observa actualmente es que se dan los problemas de fertilidad en mujeres más jóvenes y esto tiene que ver con la postergación de la maternidad. Aunque en general las causas de la infertilidad no son tan claras, hay una serie de condiciones que la afectan, como alteraciones hormonales, metabólicas, anatómicas y por eso no se puede llevar a cabo con éxito un embarazo.
En palabras de Lina Acuña, profesional en el Cuidado de la Fertilidad de la Universidad de la Sabana, “todo afecta en la fertilidad de hombres y mujeres y esto se ve reflejado en que, en comparación con otros períodos históricos de la vida, la calidad del semen ha bajado. Eso lo sabemos por la calidad de los espermogramas, que muestra que hay menos recuento y están morfológicamente más alterados. Al hacer cambios en estilo de vida como aumentar la actividad física, aspectos nutricionales y de descanso, pueden mejorar la calidad de los óvulos y espermatozoides y así contrarrestar la infertilidad”.
Infertilidad que puede afectar la relación de la pareja y su salud tanto física como mental. Y más para las parejas que toda su vida han soñado con ser padres y empiezan a tener dificultades para traer un bebé, que entonces pueden pasar por diferentes etapas como culpabilidad, sentir que pierden el valor como mujer u hombre y que el matrimonio podría no tener sentido y caer en depresión y falta de propósito en la vida.
“Yo no me imaginaba que quedar en embarazo fuera tan difícil, realmente creía que era solo hacer la tarea, pero no lo lográbamos y eso fue un tema muy difícil. Te culpas, cuestionas a Dios, dudas de tu valor como mujer; estaba muy triste, lloraba y no entendía por qué”, cuenta Blanca Méndez, una mujer alegre nacida en Cartagena e ingeniera de sistemas, quien está en tratamiento para lograr un embarazo, después de haberse sometido a un sinnúmero de exámenes y procedimientos invasivos.
“Se pueden encontrar diferentes tratamientos que buscan recuperar la fertilidad de una forma natural y otros como in vitro. Esa es la decisión de cada pareja, pero hay quienes ya no lo intentan más y eso es respetable y rompen esos paradigmas de que una familia lo es si hay hijos. Pero eso no es así”, dice Lina Acuña, quien además explica que es frecuente que la presión de tener hijos venga de los padres, amigos o cercanos y eso genere estrés en las parejas. Cuando definitivamente no pueden y se enfrentan a un diagnóstico negativo. deben pasar por esas etapas del luto, porque es una pérdida.
“Empezamos a hablar del tema bebés porque sentíamos la presión de la gente y nos preguntaban mucho por las redes sociales que para cuándo y nuestra respuesta era que para después. Pero cuando tuvimos el diagnóstico, uno negativo, fue como quitarnos un peso de encima, porque ya sabíamos la razón y decidimos no buscar tratamiento ni nada, sino agradecer y aprovechar lo que teníamos en las manos y no presionar nada”, comenta Laura Giménez, influenciadora y coautora del libro Casados y complicados, que escribió con su esposo Santiago Franco, quien es productor radial y también influenciador.
Esta pareja, a través de las redes sociales, sintió la presión cuando les decían que solo al tener un hijo iban a conocer el verdadero amor, o que una mujer era plena cuando fuera mamá o que serían una familia solo si tenían hijos. Estos comentarios tienen que escucharlos muchas parejas que por decisión propia deciden no tener hijos o por condiciones de salud no pueden. “La decisión que tomen y vivan las parejas es respetable, y el reto es cómo volver a tener otros sueños y vivir ya sin esa expectativa de hijos y eso sin duda se logra en pareja si deciden seguir”, indica Acuña.
Esa fue la decisión de Laurita y Santi, como se les conoce en las redes sociales, de seguir adelante con lo que Dios les ha dado y disfrutar de su relación. Laurita comenta que a ella la sacaron de ese vació las palabras de su esposo, que fueron claras: “yo me casé por ti, por estar contigo, por compartir metas y llegar a viejitos”. “Es que uno escucha que dicen me enamoré de la mamá de mis hijos. Yo me enamoré de Laurita como mi esposa y si llegaban los hijos, genial. Pero la base del matrimonio es el amor, es tener una relación estable, bonita, no son los hijos. Muchas parejas tienen hijos, pero entre ellos no hay amor. Para mí, Laurita es mi compañera y ella y yo somos una familia y somos plenos”, concluye su esposo Santiago Franco, quien con su esposa han encontrado nuevos sueños y proyectos que van más allá de los hijos, que tienen como objetivo inspirar y acompañar a otras personas que pasen por lo mismo.
@mariaalejamoreno
“Ver que cada mes me llegaba el período me hacía sentir tristeza. Me frustraba, lloraba, me reprimía y no vivía el hoy. No disfrutaba lo que tenía a mí alrededor. Fue como si se hubiera apagado mi felicidad. Pero el año pasado le entregué esa carga a Dios y decidí ser feliz con lo que él me da cada día. Sentir esa pasión y gozo a pesar de mi realidad”.
Estas son las palabras de Sandra Pinzón, una mujer que en su rostro refleja tranquilidad, paz y dulzura. De profesión administradora en hotelería y turismo, junto con su pareja desde hace tres años están buscando quedar en embarazo, pero hasta el momento ha sido una tarea fallida. En su proceso, los exámenes de rutina y otros más especializados toman protagonismo para encontrar la causa de su dificultad para quedar en embarazo.
Hasta el momento los resultados indican que todo está bien, pero a pesar de eso su realidad no cambia. Esta situación por la que hoy a traviesa Sandra Pinzón es el panorama de miles de mujeres que están buscando quedar en embarazo y que por distintas circunstancias no han podido.
En Colombia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía en Salud (ENDS) 2015, el 12,1 % de las mujeres de 15 a 49 años que desean uno o más hijas o hijos han tenido problemas de fertilidad. La situación de la infertilidad se concentra en el grupo de mujeres de 40 a 44 años. con el 25,4 %.
Lo que se observa actualmente es que se dan los problemas de fertilidad en mujeres más jóvenes y esto tiene que ver con la postergación de la maternidad. Aunque en general las causas de la infertilidad no son tan claras, hay una serie de condiciones que la afectan, como alteraciones hormonales, metabólicas, anatómicas y por eso no se puede llevar a cabo con éxito un embarazo.
En palabras de Lina Acuña, profesional en el Cuidado de la Fertilidad de la Universidad de la Sabana, “todo afecta en la fertilidad de hombres y mujeres y esto se ve reflejado en que, en comparación con otros períodos históricos de la vida, la calidad del semen ha bajado. Eso lo sabemos por la calidad de los espermogramas, que muestra que hay menos recuento y están morfológicamente más alterados. Al hacer cambios en estilo de vida como aumentar la actividad física, aspectos nutricionales y de descanso, pueden mejorar la calidad de los óvulos y espermatozoides y así contrarrestar la infertilidad”.
Infertilidad que puede afectar la relación de la pareja y su salud tanto física como mental. Y más para las parejas que toda su vida han soñado con ser padres y empiezan a tener dificultades para traer un bebé, que entonces pueden pasar por diferentes etapas como culpabilidad, sentir que pierden el valor como mujer u hombre y que el matrimonio podría no tener sentido y caer en depresión y falta de propósito en la vida.
“Yo no me imaginaba que quedar en embarazo fuera tan difícil, realmente creía que era solo hacer la tarea, pero no lo lográbamos y eso fue un tema muy difícil. Te culpas, cuestionas a Dios, dudas de tu valor como mujer; estaba muy triste, lloraba y no entendía por qué”, cuenta Blanca Méndez, una mujer alegre nacida en Cartagena e ingeniera de sistemas, quien está en tratamiento para lograr un embarazo, después de haberse sometido a un sinnúmero de exámenes y procedimientos invasivos.
“Se pueden encontrar diferentes tratamientos que buscan recuperar la fertilidad de una forma natural y otros como in vitro. Esa es la decisión de cada pareja, pero hay quienes ya no lo intentan más y eso es respetable y rompen esos paradigmas de que una familia lo es si hay hijos. Pero eso no es así”, dice Lina Acuña, quien además explica que es frecuente que la presión de tener hijos venga de los padres, amigos o cercanos y eso genere estrés en las parejas. Cuando definitivamente no pueden y se enfrentan a un diagnóstico negativo. deben pasar por esas etapas del luto, porque es una pérdida.
“Empezamos a hablar del tema bebés porque sentíamos la presión de la gente y nos preguntaban mucho por las redes sociales que para cuándo y nuestra respuesta era que para después. Pero cuando tuvimos el diagnóstico, uno negativo, fue como quitarnos un peso de encima, porque ya sabíamos la razón y decidimos no buscar tratamiento ni nada, sino agradecer y aprovechar lo que teníamos en las manos y no presionar nada”, comenta Laura Giménez, influenciadora y coautora del libro Casados y complicados, que escribió con su esposo Santiago Franco, quien es productor radial y también influenciador.
Esta pareja, a través de las redes sociales, sintió la presión cuando les decían que solo al tener un hijo iban a conocer el verdadero amor, o que una mujer era plena cuando fuera mamá o que serían una familia solo si tenían hijos. Estos comentarios tienen que escucharlos muchas parejas que por decisión propia deciden no tener hijos o por condiciones de salud no pueden. “La decisión que tomen y vivan las parejas es respetable, y el reto es cómo volver a tener otros sueños y vivir ya sin esa expectativa de hijos y eso sin duda se logra en pareja si deciden seguir”, indica Acuña.
Esa fue la decisión de Laurita y Santi, como se les conoce en las redes sociales, de seguir adelante con lo que Dios les ha dado y disfrutar de su relación. Laurita comenta que a ella la sacaron de ese vació las palabras de su esposo, que fueron claras: “yo me casé por ti, por estar contigo, por compartir metas y llegar a viejitos”. “Es que uno escucha que dicen me enamoré de la mamá de mis hijos. Yo me enamoré de Laurita como mi esposa y si llegaban los hijos, genial. Pero la base del matrimonio es el amor, es tener una relación estable, bonita, no son los hijos. Muchas parejas tienen hijos, pero entre ellos no hay amor. Para mí, Laurita es mi compañera y ella y yo somos una familia y somos plenos”, concluye su esposo Santiago Franco, quien con su esposa han encontrado nuevos sueños y proyectos que van más allá de los hijos, que tienen como objetivo inspirar y acompañar a otras personas que pasen por lo mismo.
@mariaalejamoreno