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En un hecho histórico, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) aprobó el reconocimiento de la contribución de los afrodescendientes al cuidado y la preservación de la biodiversidad.
Este hito trascendental para la justicia ambiental fue adoptado por los países miembros de la COP16, que acaba de terminar en Cali, pues reconoce el papel que desempeñan estas comunidades, a partir de sus esfuerzos y acciones, en la aplicación del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) en algunos países, con contribuciones positivas a escala mundial.
Esta decisión fue resultado de un compromiso de país liderado por la vicepresidenta y ministra de Igualdad y Equidad, Francia Elena Márquez Mina, quien impulsó la iniciativa acompañada por la ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, y el canciller, Luis Gilberto Murillo en alianza con Brasil.
“Lo logramos. Gracias al liderazgo de Brasil y Colombia, logramos que el mundo reconozca las acciones y contribuciones de los afrodescendientes en el marco del Convenio de Diversidad Biológica (CDB). Esto es un hecho histórico, un acto de justicia étnica-racial”, aseguró Francia Elena Márquez Mina.
La vicepresidenta también calificó como “un hecho sin precedentes la aprobación del órgano subsidiario sobre pueblos indígenas y comunidades locales”.
Aliados de las acciones que apoyan la conservación
Vale la pena resaltar, que, en su decisión, la COP alienta a las partes a facilitar la participación plena y efectiva de los afrodescendientes en la aplicación del Convenio y del Marco, y a colaborar con ellos para proteger y promover sus prácticas, innovaciones y conocimientos compartidos que apoyan la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica.
En la decisión adoptada por la plenaria de la Conferencia, se invita igualmente a las partes, a otros gobiernos y a las organizaciones pertinentes a que, con carácter voluntario, consideren la posibilidad de prestar apoyo financiero y mejorar la creación de capacidad para proteger las prácticas, las innovaciones y los conocimientos compartidos de los afrodescendientes.
Asimismo, se hace un llamado a que, según proceda y con sujeción a la legislación y las circunstancias de cada país, se comuniquen a través de sus informes nacionales las contribuciones de los afrodescendientes para información de los órganos subsidiarios y se pide a la Secretaría Ejecutiva de la COP que recopile la información presentada y la ponga a disposición mediante el mecanismo de facilitación.
Para la vicepresidenta y ministra de Igualdad y Equidad, se trata de un primer paso en la búsqueda de la justicia étnica-racial que durante tantos años les ha sido negada y el comenzar a cerrar las brechas de inequidad y desigualdad profunda en el que viven aún los pueblos afrodescendientes, pese a ser fundamentales “para que la estrategia de conservación de la biodiversidad del planeta esté completa”.
Solo en América Latina y el Caribe, la población afrodescendiente suma más de 154 millones de personas, quienes ocupan más de 205 millones de hectáreas, todas ubicadas en ecosistemas de biodiversidad. Esta aprobación en el marco de la COP16 en Cali es un primer paso para comenzar a trabajar en los mecanismos de seguimiento e implementación de lo reconocido y de cara a su aplicación ante todos los demás organismos e instrumentos de Naciones Unidas, no solo en términos ambientales.