¿Por qué las mujeres han sido las más afectadas emocionalmente en la pandemia?
Asumir varios roles en el hogar ha impactado la salud física, mental y el desempeño laboral de las mujeres y más aquellas que son madres.
La pandemia causada por el Coronavirus ha impactado a todas las personas sin desconocer su raza, sexo o condición, sin embargo, en el caso de las mujeres, y aquellas que son madres, la presión ha sido más evidente, ya que han tenido que asumir sus roles en un mismo lugar, impactando de manera considerable su salud física, mental y su desempeño laboral.
“Se torna difícil trabajar y hacer las labores domésticas en el mismo lugar. Las mujeres no solamente ejercen sus profesiones u oficios, sino que también se encargan de cocinar, limpiar, mercar y ser profesoras o acompañantes de sus hijos en los procesos académicos virtuales”, señala Catalina Velandia, psicóloga clínica y docente de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz.
La especialista en psicología clínica y especialista en pedagogía y docencia universitaria habla, además, sobre cuáles son las señales o síntomas que presenta la mujer en esta época de pandemia, cómo se le puede dar manejo a la situación y que consecuencias psicológicas trae para la salud mental si no se controla a tiempo.
¿Cuáles son las señales o síntomas que presenta la mujer?
Podemos evidenciar en las mujeres sobrecargadas la falta de energía y una sensación de cansancio permanente. También se pueden encontrar sentimientos de agotamiento, frustración y cambios emocionales en el día, podemos notar mayor irritabilidad, impaciencia, pérdida de control en ocasiones y en algunos momentos poca cercanía o distancia con las personas con las que interactúa cotidianamente.
Algunas mujeres pueden sentirse desbordadas por las demandas en sus relaciones sean laborales o personales y esto empeora el cuadro emocional.
Adicionalmente, pueden tener más dificultades para concentrarse y por ende invierten más tiempo en cumplir una tarea que usualmente ejecutaban en menos tiempo y de forma más efectiva, pueden presentarse dificultades para tomar decisiones y perdida de atención con facilidad. Podemos también encontrar cambios en hábitos como el sueño, alimentación o dolores de cabeza, pérdida de peso, problemas digestivos o de piel.
¿Cuáles son los nuevos roles que ha tenido que enfrentar a causa del confinamiento?
Por un lado, las mujeres en su vida cotidiana asumen ya muchos roles, son amas de casa, trabajadoras, mamás, pareja, cuidadoras, entre otros. Las mujeres ya se encuentran sobrecargadas lo que hace más compleja la situación en pandemia. Todos los roles se reúnen en el mismo espacio físico, cuando no estabamos confinados, cada rol tenía su propio espacio físico y eso podía generar sensación de alivio, pero ahora toco ocurre dentro de las mismas cuatro paredes y eso puede generar una peor sensación de agobio, agotamiento y desbordamiento físico y emocional.
Por otro lado, adicionémosle el hecho de tener que asumir otros roles dentro del confinamiento, porque como si fuera poco todo lo que las mujeres hacian, ahora también son profesoras, acompañantes de sus hijos en la enseñanza a todo nivel, son consejeras y enfermeras cuando tienen a alguien que cuidar en casa.
¿Cómo darle manejo a esta situación sin desesperar?
· Establecer horarios para cada uno de los roles, tener clara la jornada laboral y no excederla y también los tiempos para desarrollar las demás actividades, como se hacía antes de la pandemia.
· Respetar las horas de sueño, alimentación y descanso en general.
· Distribuir actividades del cuidado del hogar para que quienes viven en casa ayuden con su mantenimiento.
· A nivel laboral, delegar actividades o buscar alternativas de modificación de las formas de trabajo, que no afecten la meta, pero si pueda llegarse a ella de otras formas.
· Procurar tener un espacio delimitado para las actividades, es decir no es adecuado trabajar en el mismo espacio donde comemos o donde dormimos.
· Atender las señales físicas. Es importante retomar hábitos saludables, mantener las horas de sueño necesarias, cuidar los alimentos que ingerimos y realizar actividad física regular.
· No descuidar la emoción, mantener las redes de apoyo con familia y pares, tener espacios de esparcimiento individuales o con otras personas así sean de tipo virtual. Mantener hobbies o actividades placenteras y considerar aprender otras como meditación, yoga o cualquier pasatiempo que pueda ser relajante o agradable.
¿Qué puede pasar si no se generan cambios?
Si no se generan cambios en las rutinas y los hábitos, además de contar con una red de apoyo, el pronóstico se volverá complejo llevando a estados emocionales alterados como ansiedad o depresión, conductas de riesgo por pérdida de control o poco ajuste a las actividades laborales o de otra índole que pueden repercutir en la finalización de la actividad laboral.
Pero más allá de esto, es importante tener en cuenta que pequeños cambios de los hábitos, las rutinas y en general las actividades que se realizan, pueden garantizar una mayor estabilidad en la mujer.
La pandemia causada por el Coronavirus ha impactado a todas las personas sin desconocer su raza, sexo o condición, sin embargo, en el caso de las mujeres, y aquellas que son madres, la presión ha sido más evidente, ya que han tenido que asumir sus roles en un mismo lugar, impactando de manera considerable su salud física, mental y su desempeño laboral.
“Se torna difícil trabajar y hacer las labores domésticas en el mismo lugar. Las mujeres no solamente ejercen sus profesiones u oficios, sino que también se encargan de cocinar, limpiar, mercar y ser profesoras o acompañantes de sus hijos en los procesos académicos virtuales”, señala Catalina Velandia, psicóloga clínica y docente de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz.
La especialista en psicología clínica y especialista en pedagogía y docencia universitaria habla, además, sobre cuáles son las señales o síntomas que presenta la mujer en esta época de pandemia, cómo se le puede dar manejo a la situación y que consecuencias psicológicas trae para la salud mental si no se controla a tiempo.
¿Cuáles son las señales o síntomas que presenta la mujer?
Podemos evidenciar en las mujeres sobrecargadas la falta de energía y una sensación de cansancio permanente. También se pueden encontrar sentimientos de agotamiento, frustración y cambios emocionales en el día, podemos notar mayor irritabilidad, impaciencia, pérdida de control en ocasiones y en algunos momentos poca cercanía o distancia con las personas con las que interactúa cotidianamente.
Algunas mujeres pueden sentirse desbordadas por las demandas en sus relaciones sean laborales o personales y esto empeora el cuadro emocional.
Adicionalmente, pueden tener más dificultades para concentrarse y por ende invierten más tiempo en cumplir una tarea que usualmente ejecutaban en menos tiempo y de forma más efectiva, pueden presentarse dificultades para tomar decisiones y perdida de atención con facilidad. Podemos también encontrar cambios en hábitos como el sueño, alimentación o dolores de cabeza, pérdida de peso, problemas digestivos o de piel.
¿Cuáles son los nuevos roles que ha tenido que enfrentar a causa del confinamiento?
Por un lado, las mujeres en su vida cotidiana asumen ya muchos roles, son amas de casa, trabajadoras, mamás, pareja, cuidadoras, entre otros. Las mujeres ya se encuentran sobrecargadas lo que hace más compleja la situación en pandemia. Todos los roles se reúnen en el mismo espacio físico, cuando no estabamos confinados, cada rol tenía su propio espacio físico y eso podía generar sensación de alivio, pero ahora toco ocurre dentro de las mismas cuatro paredes y eso puede generar una peor sensación de agobio, agotamiento y desbordamiento físico y emocional.
Por otro lado, adicionémosle el hecho de tener que asumir otros roles dentro del confinamiento, porque como si fuera poco todo lo que las mujeres hacian, ahora también son profesoras, acompañantes de sus hijos en la enseñanza a todo nivel, son consejeras y enfermeras cuando tienen a alguien que cuidar en casa.
¿Cómo darle manejo a esta situación sin desesperar?
· Establecer horarios para cada uno de los roles, tener clara la jornada laboral y no excederla y también los tiempos para desarrollar las demás actividades, como se hacía antes de la pandemia.
· Respetar las horas de sueño, alimentación y descanso en general.
· Distribuir actividades del cuidado del hogar para que quienes viven en casa ayuden con su mantenimiento.
· A nivel laboral, delegar actividades o buscar alternativas de modificación de las formas de trabajo, que no afecten la meta, pero si pueda llegarse a ella de otras formas.
· Procurar tener un espacio delimitado para las actividades, es decir no es adecuado trabajar en el mismo espacio donde comemos o donde dormimos.
· Atender las señales físicas. Es importante retomar hábitos saludables, mantener las horas de sueño necesarias, cuidar los alimentos que ingerimos y realizar actividad física regular.
· No descuidar la emoción, mantener las redes de apoyo con familia y pares, tener espacios de esparcimiento individuales o con otras personas así sean de tipo virtual. Mantener hobbies o actividades placenteras y considerar aprender otras como meditación, yoga o cualquier pasatiempo que pueda ser relajante o agradable.
¿Qué puede pasar si no se generan cambios?
Si no se generan cambios en las rutinas y los hábitos, además de contar con una red de apoyo, el pronóstico se volverá complejo llevando a estados emocionales alterados como ansiedad o depresión, conductas de riesgo por pérdida de control o poco ajuste a las actividades laborales o de otra índole que pueden repercutir en la finalización de la actividad laboral.
Pero más allá de esto, es importante tener en cuenta que pequeños cambios de los hábitos, las rutinas y en general las actividades que se realizan, pueden garantizar una mayor estabilidad en la mujer.