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La Agencia Nacional de Seguridad Vial busca prevenir, reducir y controlar la siniestralidad vial, a través de las acciones administrativas, educativas y operativas, concientizando a la población en general e integrándola dentro de una cultura vial.
Bajo ese propósito, desde la Dirección de Infraestructura y Vehículo generan lineamientos técnicos en cuanto al uso adecuado del cinturón de seguridad y sistemas para la retención infantil y con el apoyo de la Oficina Asesora de Comunicaciones se desarrollan actividades que promuevan las buenas prácticas de seguridad vial que aporten a la reducción de los índices de siniestralidad en el país.
De acuerdo con el Plan Nacional de Seguridad Vial, que fue aprobado mediante el decreto 1430 de 2022, la Oficina Asesora de Comunicaciones debe cumplir con la acción de “informar y sensibilizar a los consumidores frente a la importancia y utilidad de los sistemas de seguridad vehicular. La ANSV formulará e implementará una estrategia para generar conocimiento y sensibilizar a los consumidores respecto de la importancia y funcionamiento de elementos de seguridad de vehículos para que estos sean considerados imprescindibles en la decisión de compra”.
Para el caso específico del cinturón de seguridad se debe tener en cuenta que, desde el punto de vista de seguridad vehicular, el movimiento del vehículo genera una fuerza de impacto que no es perceptible para la persona que lo ocupa, y, ante un choque, se crean mayores situaciones de riesgo.
Así, en este tipo de eventos, el cinturón evita que el pasajero o conductor salga disparado de su silla con mayores riesgos de impacto y lesiones. Según algunos estudios, la posibilidad de sufrir lesiones graves en caso de siniestro, si no se usa un dispositivo de retención adecuado, se incrementa entre un 20 % y 80 %; este porcentaje puede incrementarse de manera drástica cuando los ocupantes salen despedidos fuera del vehículo.
Es así como el uso de cinturones de seguridad reduce dramáticamente los riesgos de muerte y lesiones de gravedad para pasajeros y conductores; es así como el riesgo de muerte puede reducirse en un 45 % y el de lesiones en un 50 % por el uso de estos sistemas de retención.
En el caso de los niños, no todos pueden hacer uso de los cinturones de seguridad ya que, por su fisionomía, el cinturón no puede realizar su labor adecuada de retención al no poder ajustarse adecuadamente. Un niño puede empezar a usar un cinturón de seguridad cuando pueda fácilmente apoyar su espalda contra el asiento y pueda flexionar sus rodillas contra el borde de este.
Usualmente, esto ocurre cuando los niños tienen entre 8 y 12 años y tienen alrededor de 150 cm de estatura. Un cinturón de seguridad usado apropiadamente debe asegurar que la correa de la cadera se ajuste de manera confortable en los muslos (no en el estómago) y que el niño no pueda deslizarse. La correa del hombro debe pasar por en medio del pecho y hombro, y nunca debería ir por debajo del brazo, por detrás de la espalda o a través del cuello.
Si el niño no puede ajustarse correctamente al cinturón de seguridad, debe hacer uso de un sistema de retención infantil, conocido por sus siglas en inglés como “Child Restraint System”. Este sistema cumple la misma función que el cinturón de seguridad asegurándolo al vehículo y reduciendo el riesgo de lesión en caso de un impacto. Actualmente, se utilizan tres tipos de sistemas de retención infantil.
· Sistema de retención infantil fijado hacia la parte trasera del vehículo, generalmente para recién nacidos y niños hasta aproximadamente de 4 años.
· Sistema de retención infantil fijado hacia el frente del vehículo.
· Sistema “booster” o asiento/cojín elevador para niños más grandes.
Cabe señalar que los sistemas de retención infantil son efectivos para prevenir muertes y son uno de los mecanismos más importantes de seguridad para niños en un vehículo, dado que quienes no lo utilizan tienen una probabilidad significativamente mayor de sufrir lesiones graves o mortales en caso de un siniestro vial.
Se estima una tendencia al crecimiento en mortalidad a causa de accidentes de tránsito y para el año 2030 un aumento de los indicadores en un 40% si no realizan suficientes medidas preventivas. Este aumento obedece al progresivo aumento del parque automotor, crecimiento de población, falta de cultura enfocada en seguridad vial, falta de legislación efectiva y una pobre condición de la infraestructura.