"Se me salieron las lágrimas ese día"
El ‘escarabajo’ José Serpa recuerda la emoción que sintió cuando vio a su compatriota y amigo Nairo Quintana subirse al podio, como segundo de la general, campeón de la montaña y mejor joven.
José Rodolfo Serpa* Especial para El Espectador
Después de casi 15 años de carrera ciclística y de haber participado en las principales competencias del mundo, tengo que admitir que la de 2013 será una temporada que nunca olvidaré. Soy muy patriota y me alegro mucho con todos los éxitos de nuestros deportistas en eventos internacionales. Por eso llegué con muchas expectativas al Giro de Italia, en el que participaría un equipo netamente colombiano. Llegué a la prueba con la misión de ayudar al líder de mi equipo, el Lampre, Michele Scarponi, quien al final terminó cuarto. Hice un buen trabajo y terminé en la casilla 27, lo que dejó satisfechos a mis entrenadores. Pero sin duda la gran alegría fue ver que nuestros compatriotas fueron los protagonistas.
Ya sabía, por lo que había demostrado, que Rigoberto Urán podría pelear el podio, sobre todo porque era una edición con mucha montaña. Él rodó muy bien y estuvo sólido, por lo que su segundo puesto fue más que merecido. Además, Carlos Betancur también hizo una gran carrera, así como los muchachos del Team Colombia, que se las arreglaron para figurar. Sin duda fue como un renacimiento para nuestro ciclismo, o al menos así lo veían los europeos. Esa es una competencia que me gusta mucho y en la que ya he estado siete veces.
En el Lampre vieron que terminé bien físicamente y me mandaron a Colombia a descansar. No había corrido nunca un Tour de Francia, pero me pidieron que fuera y para mí fue un gran orgullo. Me comporté a la altura de lo que el equipo quería y eso me garantizó la continuidad para 2014.
Y ahí sí me sorprendió lo que hizo Nairo Quintana. Pensaba que podía estar entre los 10 primeros y que iba a pelear una etapa, pero no que iba a tener una actuación tan brillante. Lo que hizo es para la historia, en la prueba más dura del mundo. Él fue una de las figuras, uno de los animadores. Todavía se me eriza la piel al recordar que subió al podio en París como segundo en la general, campeón de la montaña y mejor joven. Les podré contar a mis nietos y bisnietos que estuve allí con él. Tengo que confesar que se me salieron las lágrimas ese día. Poquitos han visto a un colombiano en el podio del Tour y tuve ese privilegio. Esa carrera es como el Mundial de Fútbol, un evento que sobrepasa a todos los demás. Figurar allí es algo increíble. En la última etapa recuerdo que nos tomaron fotos juntos, pues éramos los únicos ‘escarabajos’ en la prueba, fue algo muy emocionante, porque además terminé en un buen puesto, 21.
El año entrante arranco mi temporada con el Tour de San Luis en Argentina. Luego voy a hacer dos o tres carreras en España, la París-Niza, la Vuelta a Suiza, el Tour de Francia, y cierro con la Vuelta a España. Espero que haya Serpa para rato, he sido disciplinado y me he cuidado, así que aspiro a rodar un par de años más, pues apenas tengo 34. Todavía sueño con ganarme una etapa en el Tour, aunque tendré que trabajar para Rui Costa, quien llegó como capo para 2014.
Creo que el ciclismo colombiano está para seguir haciendo cosas grandes, hay buenos talentos en los semilleros, jóvenes con ganas y, lo más importante, buenas condiciones. Superar lo de este año va a ser difícil, pero tenemos derecho a soñar, porque mejorar significaría volver a ganar una grande, como Lucho Herrera en la Vuelta a España de 1987.
Después de casi 15 años de carrera ciclística y de haber participado en las principales competencias del mundo, tengo que admitir que la de 2013 será una temporada que nunca olvidaré. Soy muy patriota y me alegro mucho con todos los éxitos de nuestros deportistas en eventos internacionales. Por eso llegué con muchas expectativas al Giro de Italia, en el que participaría un equipo netamente colombiano. Llegué a la prueba con la misión de ayudar al líder de mi equipo, el Lampre, Michele Scarponi, quien al final terminó cuarto. Hice un buen trabajo y terminé en la casilla 27, lo que dejó satisfechos a mis entrenadores. Pero sin duda la gran alegría fue ver que nuestros compatriotas fueron los protagonistas.
Ya sabía, por lo que había demostrado, que Rigoberto Urán podría pelear el podio, sobre todo porque era una edición con mucha montaña. Él rodó muy bien y estuvo sólido, por lo que su segundo puesto fue más que merecido. Además, Carlos Betancur también hizo una gran carrera, así como los muchachos del Team Colombia, que se las arreglaron para figurar. Sin duda fue como un renacimiento para nuestro ciclismo, o al menos así lo veían los europeos. Esa es una competencia que me gusta mucho y en la que ya he estado siete veces.
En el Lampre vieron que terminé bien físicamente y me mandaron a Colombia a descansar. No había corrido nunca un Tour de Francia, pero me pidieron que fuera y para mí fue un gran orgullo. Me comporté a la altura de lo que el equipo quería y eso me garantizó la continuidad para 2014.
Y ahí sí me sorprendió lo que hizo Nairo Quintana. Pensaba que podía estar entre los 10 primeros y que iba a pelear una etapa, pero no que iba a tener una actuación tan brillante. Lo que hizo es para la historia, en la prueba más dura del mundo. Él fue una de las figuras, uno de los animadores. Todavía se me eriza la piel al recordar que subió al podio en París como segundo en la general, campeón de la montaña y mejor joven. Les podré contar a mis nietos y bisnietos que estuve allí con él. Tengo que confesar que se me salieron las lágrimas ese día. Poquitos han visto a un colombiano en el podio del Tour y tuve ese privilegio. Esa carrera es como el Mundial de Fútbol, un evento que sobrepasa a todos los demás. Figurar allí es algo increíble. En la última etapa recuerdo que nos tomaron fotos juntos, pues éramos los únicos ‘escarabajos’ en la prueba, fue algo muy emocionante, porque además terminé en un buen puesto, 21.
El año entrante arranco mi temporada con el Tour de San Luis en Argentina. Luego voy a hacer dos o tres carreras en España, la París-Niza, la Vuelta a Suiza, el Tour de Francia, y cierro con la Vuelta a España. Espero que haya Serpa para rato, he sido disciplinado y me he cuidado, así que aspiro a rodar un par de años más, pues apenas tengo 34. Todavía sueño con ganarme una etapa en el Tour, aunque tendré que trabajar para Rui Costa, quien llegó como capo para 2014.
Creo que el ciclismo colombiano está para seguir haciendo cosas grandes, hay buenos talentos en los semilleros, jóvenes con ganas y, lo más importante, buenas condiciones. Superar lo de este año va a ser difícil, pero tenemos derecho a soñar, porque mejorar significaría volver a ganar una grande, como Lucho Herrera en la Vuelta a España de 1987.