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En abril de este año, un grupo de matemáticas y matemáticos escribieron una carta abierta para advertir sobre las consecuencias que la pandemia del coronavirus dejaba en su disciplina. “Las ciencias matemáticas prosperan con la afluencia continua de nuevas ideas y la pandemia ha reducido este flujo a un pequeño goteo. Además, el traslado de la docencia y la investigación a entornos remotos, normalmente en casa, ha aumentado la carga de equilibrar las obligaciones laborales y domésticas, y este estrés lo han sentido mucho nuestros colegas que también cuidan de niños y familiares mayores”, señalan. (Le puede interesar: Tatiana Toro: una científica que explica las matemáticas con imágenes)
El documento hace un énfasis en las mujeres, a quienes se les obstaculizó más seguir trabajando. “Las ciencias matemáticas han avanzado en la contratación de mujeres jóvenes en los últimos años; perderlas ahora sería devastador”, dice también la carta firmada por representantes de seis centros de investigación, entre los que se encuentra el Instituto de Investigación en Ciencias Matemáticas de Estados Unidos (MSRI), uno de los focos de pensamiento más importantes del mundo y que, desde agosto del próximo año, dirigirá la matemática colombiana Tatiana Toro.
Aunque empezará a ejercer su nuevo rol dentro de ocho meses, se anunció que Toro, quien ya era presidenta del Comité de Mujeres de Matemáticas del MSRI, tendría este cargo en junio de 2021, razón más que suficiente para que sea uno de los personajes del año. Pero Toro también llega a esta lista no solo porque se convertirá en la sexta persona en dirigir el MSRI, sino porque lleva una vida sacando los complejos temas matemáticos de la academia para llevarlos a la cotidianidad. Porque ha buscado que, en su disciplina, dominada por hombres europeos o estadounidenses, se filtren discusiones sobre igualdad. Porque tiene el deseo de que las matemáticas sean un lenguaje de todos. “Debemos trabajar para garantizar el bienestar de la profesión y comunicar la relevancia de las matemáticas al público”, fueron algunas de las palabras que lanzó cuando se anunció que será la próxima directora del MSRI.
Toro, egresada de matemáticas de la Universidad Nacional de Colombia, con un doctorado de la Universidad de Standford en Estados Unidos y profesora de la Universidad de Washington, lugar que le otorgó en 2019 el Premio Marsha L. Landolt, trabaja en el área de ecuaciones diferenciales parciales, análisis armónico, cálculo de variaciones y teorías de medidas geométricas. Pero cuando se le pregunta sobre lo que hace se abstiene de dar números y fórmulas. Prefiere guiar a las personas para que se imagen espacios, figuras y acciones con las que cualquiera se relaciona.
“Imagine ver la foto de una montaña y, en la base, un lago. Conoce la temperatura del lago tanto en la superficie como en el fondo, así como varía la temperatura en distintos momentos o lados. Lo que busco, a partir de esto, es describir cuáles son las características del lago, si tiene un fondo suave o irregular, cuando conozco la distribución de la temperatura”, es la explicación que da sobre de qué se trata su trabajo sobre el análisis de dominios irregulares. (Le sugerimos: Paola Andrea Arias, la colombiana que participó en el informe del IPCC)
En sus palabras, las matemáticas son cotidianas. Como cuando ve un avión y les dice a sus hijos que “esas son las ecuaciones del fluido funcionando” o cuando recuerda la tristeza que sintió al ver que uno de sus padres había olvidado hacer operaciones simples. Para ella, las matemáticas también están asociadas a los fríjoles, con los que aprendió a sumar y a entender la teoría de conjuntos cuando tenía siete años, en el Liceo Francés de Bogotá.
Las matemáticas le han ayudado a entender su mundo y su vida, a resolver problemas. Por eso una de las misiones que se pondrá como cabeza del MSRI es continuar y fortalecer los esfuerzos que hace el Instituto para romper barreras de género, raciales y socioeconómicas. La disciplina de las matemáticas, como dice la carta que el MSRI publicó en abril, está en riesgo por la pandemia y es importante que, así como sucede con la economía, la reactivación del campo se haga de una forma aún más inteligente. Con mujeres, niños y jóvenes, y personas que usualmente no tienen acceso a este conocimiento por temas económicos. Toro, a la final, es la primera mujer latina en dirigir uno de los centros de investigación más importantes, donde no solo se habla de la belleza -a veces ignorada- de las matemáticas, sino en donde se explora la investigación colaborativa y la equidad de la educación. (Lea también: Colombiana estuvo a cargo de la primera transmisión de la Nasa en español)
“Se cree que en las matemáticas uno hace la mayor parte del trabajo cuando está joven, antes de los cuarenta años. Pero también, si uno quiere tener hijos, es mejor hacerlo antes de los cuarenta años. Y mientras uno está alimentando a un bebé no puede demostrar teoremas”, fue una de las anécdotas que le contó a El Espectador meses atrás, durante una entrevista. Un escenario que sirve para entender lo que su papel como directora del MSRI significa y cómo, desde ya, podría cambiar nuestra percepción sobre qué es investigar las matemáticas.