Una iniciativa para mejorar la vida de los campesinos
Incentivar a los campesinos colombianos a sustituir los cultivos ilícitos por cultivos completamente legales, que representan ingresos rentables para los campesinos y a su vez cuidar la naturaleza hace parte de los objetivos del proyecto.
Con el objetivo de promover el desarrollo de las regiones más afectadas de Colombia por medio de proyectos de agroindustria que sean sostenibles y a su vez, ser el principal productor de açai berry y palmito de Colombia, en el año 2003 nació Corpocampo, una organización sin ánimo de lucro, que ayuda a los campesinos en zonas de conflicto a encontrar una nueva forma de vida y sustento, en esas zonas que son catalogadas de alto riesgo.
Razón por la cual, la organización usa sus propios recursos para reinvertir en dichas poblaciones con el objetivo de generar desarrollo y empleo y garantizar la compra continua de los cultivos campesinos a precios justos y rentables para cada uno de sus productores.
Edgar Montenegro Amaya, Gerente y fundador de Corpocampo, es de origen campesino y vivió las necesidades que sufre esta comunidad en este tipo de zonas. Desde su infancia logró identificar la dificultad de comercializar los productos de los cultivos campesinos, puesto que con su padre salían a vender sus productos y la mayoría de las veces no obtenían buenos resultados.
En sus palabras “mi padre y yo salíamos a vender café y cacao, pero no había quien los comprara y teníamos que volver a la finca con los bolsillos vacíos, sin tener con que comprar el mercado. Por esto nace Corpocampo, pensando garantizar la compra de manera segura en zonas riesgosas donde las grandes compañías no entran. Todos nuestros recursos van hacia allá, para generar capital y trabajo. Nos volvemos el motor de desarrollo de esas zonas”.
La organización enfoca sus fuerzas por el desarrollo de los campesinos en estas poblaciones, con el fin de no solo generar empleo, sino también generar paz en las regiones, garantizando rentabilidad en la venta de los cultivos, sustituyendo más de 3.000 hectáreas de cultivos ilícitos por cultivos de açai y palmitos.
“Si no hay este tipo de empresas que garanticen la compra y ayuden en la investigación para la mejora de los cultivos, no hay paz. Por esto tenemos un equipo de ingenieros trabajando e investigando para mejorar la productividad de los cultivos de açai y palmitos, para que el campesino genere ingresos rentables, mejore su calidad de vida y no se vea en la necesidad de cultivar productos ilícitos”, afirma Montenegro.
Corpocampo también ayuda en el mejoramiento genético para que tengan mejores plántulas de manera natural. En cuanto a los cultivos, se está introduciendo una variedad de palmitos sin espinas para que los campesinos no tengan problemas en sus cosechas y se pueda mejorar la densidad por hectárea del cultivo, ya que, sin espinas, facilita también la cosecha
Por otro lado, sus actividades también benefician al país en general, puesto que además de ser generadores de empleo para 1.200 familias afrocolombianas y 240 madres cabeza de familia, desde hace 18 años, Corpocampo está en mercados internacionales, generando así ingresos en dólares a la economía de Colombia.
Consumir sus productos es sumarse a una iniciativa que mejora la vida de aquellos que han sufrido los estragos de la guerra y, además, en la medida en que los colombianos consuman estos productos, están ayudando a conservar el Amazonas. El 98% de açai es silvestre, entonces los campesinos aprovechan el bosque y lo protegen para que no lo talen, ya que se vuelve productivo para ellos y ellos guardianes del bosque.
Con el objetivo de promover el desarrollo de las regiones más afectadas de Colombia por medio de proyectos de agroindustria que sean sostenibles y a su vez, ser el principal productor de açai berry y palmito de Colombia, en el año 2003 nació Corpocampo, una organización sin ánimo de lucro, que ayuda a los campesinos en zonas de conflicto a encontrar una nueva forma de vida y sustento, en esas zonas que son catalogadas de alto riesgo.
Razón por la cual, la organización usa sus propios recursos para reinvertir en dichas poblaciones con el objetivo de generar desarrollo y empleo y garantizar la compra continua de los cultivos campesinos a precios justos y rentables para cada uno de sus productores.
Edgar Montenegro Amaya, Gerente y fundador de Corpocampo, es de origen campesino y vivió las necesidades que sufre esta comunidad en este tipo de zonas. Desde su infancia logró identificar la dificultad de comercializar los productos de los cultivos campesinos, puesto que con su padre salían a vender sus productos y la mayoría de las veces no obtenían buenos resultados.
En sus palabras “mi padre y yo salíamos a vender café y cacao, pero no había quien los comprara y teníamos que volver a la finca con los bolsillos vacíos, sin tener con que comprar el mercado. Por esto nace Corpocampo, pensando garantizar la compra de manera segura en zonas riesgosas donde las grandes compañías no entran. Todos nuestros recursos van hacia allá, para generar capital y trabajo. Nos volvemos el motor de desarrollo de esas zonas”.
La organización enfoca sus fuerzas por el desarrollo de los campesinos en estas poblaciones, con el fin de no solo generar empleo, sino también generar paz en las regiones, garantizando rentabilidad en la venta de los cultivos, sustituyendo más de 3.000 hectáreas de cultivos ilícitos por cultivos de açai y palmitos.
“Si no hay este tipo de empresas que garanticen la compra y ayuden en la investigación para la mejora de los cultivos, no hay paz. Por esto tenemos un equipo de ingenieros trabajando e investigando para mejorar la productividad de los cultivos de açai y palmitos, para que el campesino genere ingresos rentables, mejore su calidad de vida y no se vea en la necesidad de cultivar productos ilícitos”, afirma Montenegro.
Corpocampo también ayuda en el mejoramiento genético para que tengan mejores plántulas de manera natural. En cuanto a los cultivos, se está introduciendo una variedad de palmitos sin espinas para que los campesinos no tengan problemas en sus cosechas y se pueda mejorar la densidad por hectárea del cultivo, ya que, sin espinas, facilita también la cosecha
Por otro lado, sus actividades también benefician al país en general, puesto que además de ser generadores de empleo para 1.200 familias afrocolombianas y 240 madres cabeza de familia, desde hace 18 años, Corpocampo está en mercados internacionales, generando así ingresos en dólares a la economía de Colombia.
Consumir sus productos es sumarse a una iniciativa que mejora la vida de aquellos que han sufrido los estragos de la guerra y, además, en la medida en que los colombianos consuman estos productos, están ayudando a conservar el Amazonas. El 98% de açai es silvestre, entonces los campesinos aprovechan el bosque y lo protegen para que no lo talen, ya que se vuelve productivo para ellos y ellos guardianes del bosque.