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Los viajes contribuyen con el bienestar mental y emocional de las personas. Recorrer nuevos lugares, o volver a esos que siempre lleva en su corazón, son una forma ideal de autocuidado. Y, si adicionalmente esos recorridos también cuentan con vino, una bebida llena de significados, de tradiciones, de vida… y paisajes naturales inolvidables, sería un viaje soñado.
Lo mejor es que este recorrido de placer se puede vivir en un mismo destino: en la región de Cuyo, al oeste de Argentina, un área compuesta por las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis, una tierra privilegiada que le ofrece cientos de alternativas para todos los gustos y presupuestos, y donde el vino y los paisajes de ensueño, son los grandes protagonistas.
Imagínese veinticinco grados de temperatura, un sol radiante y una copa de vino. Detrás del cristal de la copa, viñedos interminables, y en el fondo, la majestuosa cordillera de los Andes. Ideal, ¿no?
Conozca algunas recomendaciones y características de la región, y empiece a planear su viaje. El sueño de vivir en el paraíso se puede vivir en Argentina.
Mendoza
Productora del 70 % de los vinos argentinos, en esta provincia se respiran vides de la más alta calidad, la primera referencia es el mundialmente conocido Malbec. Esta cepa, incorporada al territorio mendocino en la segunda parte del siglo XIX, proveniente de Francia, se convirtió en la marca insignia de los vinos argentinos.
En esta provincia, existen varias rutas en honor a esta bebida, que se dividen en cuatro regiones.
En el Norte, a una distancia cercana de la capital, se encuentra la denominada Primera Zona. Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú y Luján de Cuyo son los departamentos que la componen y que agrupan una gran cantidad de bodegas tradicionales. Maipú, la cuna del vino debido a que allí se encontraron las primeras vides del país, y Luján de Cuyo, conocida como la tierra del Malbec por su excepcional calidad, son las localidades más famosas.
En el Este, con la mayor extensión de viñedos del país, se destacan las cepas blancas, que dan vinos frescos y frutados.
Por su parte, en los últimos 20 años, el Valle de Uco se convirtió en el ícono del vino argentino. Hoy por hoy, es un paso obligado para degustar la bebida y hospedarse en algunas de sus sofisticadas bodegas. Con una amplitud térmica diaria de 15 grados y terruños al pie de la inmensa cordillera de los Andes, se obtienen vinos en altura de extrema calidad.
Por último, la zona Sur, con San Rafael como principal centro urbano, cuenta con importantes bodegas, también de larga tradición. Bonarda, entre los tintos, y Chardonnay, por las blancas, son las cepas que sobresalen, aunque las opciones son variadas. Además, San Rafael es sinónimo de Turismo de Aventura. Allí se practica rafting, canopy, tirolesa, entre otros.
Durante el invierno, el centro de esquí de Las Leñas, con más de 30 años de historia, es uno de los centros más importantes del país y del hemisferio sur. Cuenta con 30 pistas y 14 medios de elevación, entre otras características.
Y no puede faltar la ciudad capital homónima, donde llama la atención el cuidado de sus calles y el mantenimiento de las famosas acequias. La avenida Arístides, la plaza Independencia en el corazón de la ciudad y el inmenso Parque General San Martín, con el Cerro de la Gloria y el Teatro Griego Frank Romero Day -epicentro de la Fiesta Nacional de la Vendimia, son solo algunos imperdibles.
San Juan
En esta provincia el vino también tiene un rol protagónico. Y así como el Malbec es el emblema mendocino, el Syrah es el sanjuanino. A través de sus cinco valles: Calingasta, Fértil, Pedernal, Tulum y Ullum-Zonda, los viajeros pueden visitar bodegas ubicadas dentro de un paisaje inolvidable.
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Su puerta principal es la ciudad de San Juan, que al igual que Mendoza, se destaca por la limpieza de sus veredas y los árboles que las rodean. El famoso campanario de la Catedral, la Casa Natal de Sarmiento, el Centro Cívico y el Teatro del Bicentenario, son algunas de las recomendaciones del destino.
Y si de estrellas turísticas de Argentina se trata, una de ellas es el Parque Provincial Ischigualasto, conocido como El Valle de la Luna, en el noreste de la provincia, y declarado Patrimonio de la Humanidad. En la actualidad, miles de turistas llegan hasta allí en busca de conocer las formaciones geológicas como la Cancha de Bochas, El Submarino y El Hongo.
Para los amantes de los dinosaurios, Ischigualasto es un fiel testimonio del Período Triásico.
San Juan también es un ejemplo de Turismo de Aventura, con el windsurf y el kitesurf a la cabeza.
El Astroturismo también es muy fuerte, ya que esta provincia cuenta con 300 días de sol y el cielo se presenta diáfano y luminoso; en honor a esta noble condición, durante la última semana de febrero, a lo largo de cinco días, se realiza la Fiesta Nacional del Sol, el mayor evento sanjuanino y una de las grandes fiestas de Argentina.
San Luis
“Quien no llegó hasta El Filo, no pasó por Merlo”, aseguran los habitantes de Villa de Merlo. A 2200 metros de altura, El Filo es el límite que divide las provincias de San Luis y de Córdoba en el corazón de las Sierras de los Comechingones. A 20 kilómetros de Merlo, el camino ascendente y sinuoso es muy pintoresco, con el Mirador del Sol como punto ideal para tomar las mejores fotos del Valle de Conlara.
En el siglo XXI, Merlo se convirtió en uno de los destinos argentinos de mayor crecimiento turístico, entre otras, por su microclima propio, elogiado en todo el mundo.
A menos de cinco kilómetros del centro de Merlo está otra de las joyas de este destino puntano: el Algarrobo Abuelo, un árbol antológico que supera los 800 años.
La Avenida del Sol, El Ojo del Tiempo –reloj solar diseñado por el artista Celis Pérez, el centro histórico y el arroyo Malos Pasos, son algunos de los recomendados.
Además, algo retirado de la ciudad, se encuentra Terrazas del Portezuelo, un conjunto de edificios en el cual se ubica la Casa de Gobierno. Esta obra arquitectónica, inaugurada en 2010 para celebrar el Bicentenario de la Revolución de Mayo, se destaca por ser una construcción de materiales ecológicos y por ser súper luminosa.
San Luis es la base para trasladarse a los pintorescos pueblos cercanos. El Volcán, Potrero de los Funes, con un autódromo de primer nivel y una hotelería de lujo; y El Trapiche, son perfectas escapadas para despejar la mente y gozar a pleno de la naturaleza.
Mientras tanto, para descubrir las bellezas naturales de San Luis, el Parque Nacional Sierra de las Quijadas, una verdadera perla de las áreas protegidas de Argentina, es ideal.
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También lo es para quienes disfrutan de la paleontología, ya que allí se hallaron numerosos restos fósiles de dinosaurios y reptiles voladores. Además, las formaciones geológicas le dan un marco de notable magnitud y llegar hasta los miradores carga las vistas de emociones interminables. Allí se ve un paredón que parece no tener fin.
En breves: Vendimia, importante tradición
Celebración especial
La vendimia, además de ser la época de cosecha de las uvas, también es para la región de Cuyo (Argentina), especialmente para Mendoza, una expresión popular del sentimiento de amor, compromiso por el trabajo y riqueza colectiva, así como una reconocida fiesta nacional.
Importancia nacional
La Fiesta Nacional de la Vendimia, la más importante de la provincia de Mendoza y una de las más reconocidas de Argentina, reúne cada año a personas de todo el mundo. Este año el lema es “Milagro del Vino Nuevo”, y se realizará del 4 al 7 de marzo.
Cultura y tradición
La Fiesta de la Vendimia se festeja desde 1936, tiene su origen y primeros antecedentes en la época de las grandes inmigraciones cuando, al finalizar los trabajos de cosecha y elaboración del vino, celebraban y agradecían las bondades de la naturaleza.
Vino y turismo
En la Fiesta Nacional de la Vendimia se representan los trabajos de cultivo y cosecha de la vid, el respeto por la naturaleza, el sacrificio de quienes cosechan y el proceso de elaboración del vino. Esta fiesta es el primer eslabón que entrelaza el vino y el turismo.
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