Aconcagua Costa DO
Declarada oficialmente como Denominación de Origen en 2012, Aconcagua Costa se destaca por su proximidad a las brisas frescas del océano Pacífico y al impacto positivo que este tipo de ubicación tiene en las uvas.
Aconcagua Costa es una de las seis regiones vitivinícolas chilenas más destacadas para la producción de vinos excepcionales y una de las más jóvenes.
Declarada oficialmente como Denominación de Origen en 2012, Aconcagua Costa se destaca por su proximidad a las brisas frescas del océano Pacífico y al impacto positivo que este tipo de ubicación tiene en las uvas.
A partir de 2005, la tarea de develar sus virtudes estuvo a cargo del equipo enológico de Viña Errázuriz, histórica bodega chilena creada en 1873 y establecida en la localidad de Panquehue, provincia de Aconcagua, a hora y media al norte de Santiago, a unos 70 kilómetros de la zona costera.
Panquehue, sometida a temperaturas más altas, cuenta históricamente con dos escenarios: uno más elevado, sobre cerros ondulantes y suelos rocosos de origen montañoso, y otro ubicado sobre subsuelos pedregosas en las riberas del río Aconcagua. Ambos facilitan la producción de cepas tintas de elevada calidad, como Cabernet Sauvignon, Carménère y, singularmente, Syrah. Otras bodegas destacadas son Seña, Von Siebenthal y Viña Barón Knyphausen.
Situación diferente se palpa en los vinos de Aconcagua Costa. Por su cercanía al mar, el clima allá es fresco y con neblina en las tardes, lo cual conduce a una maduración lenta. No menor es su suelo de pizarra triturada, que permite controlar el vigor del viñedo, asegurar su equilibrio y generar una inconfundible sensación de fineza y elegancia.
Un entorno así es ideal para variedades blancas como Chardonnay y Sauvignon Blanc, y tintas ligeras o de mediana intensidad como Pinot Noir, Merlot e, incluso, Syrah de clima frío. En todos estos casos hablamos de vinos frescos, jugosos, de buena acidez y excelente expresión aromática.
Las calificaciones otorgadas por la crítica se sitúan por encima de 90 puntos. Sin embargo, aún son pocas las bodegas que poseen viñedos allí, entre ellas Errázuriz, su filial Arboleda y Viña Montes.
Además de las tres anteriores está presente un proyecto experimental llamado Clos de Fous, conformado por innovadores viñateros como Pedro Parra (especialista en suelos), y François Massoc y Paco Leyton (enólogos).
Aunque sobresalen varias etiquetas, las mejor calificadas son aquellas de gama alta como Errázuriz Las Pizarras Chardonnay, Errázuriz Las Pizarras Pinot Noir, Montes Alpha Pinot Noir, Arboleda Chardonnay, Montes Outer Limits Zapallar Syrah, Arboleda Chardonnay y Clos des Fous Pucalan Arenaria Pinot Noir. En la gama intermedia despuntan Errázuriz Aconcagua Pinot Noir, Montes Limited Selection Pinot Noir y Errázuriz Max Reserva Sauvignon Blanc.
Con la inclusión de Aconcagua Costa, Chile fortalece su posición de liderazgo como promotor de zonas costeras frías para la viticultura, máxime cuando el acoso del calentamiento global obliga a buscar este tipo de escenarios.
Aconcagua Costa es una de las seis regiones vitivinícolas chilenas más destacadas para la producción de vinos excepcionales y una de las más jóvenes.
Declarada oficialmente como Denominación de Origen en 2012, Aconcagua Costa se destaca por su proximidad a las brisas frescas del océano Pacífico y al impacto positivo que este tipo de ubicación tiene en las uvas.
A partir de 2005, la tarea de develar sus virtudes estuvo a cargo del equipo enológico de Viña Errázuriz, histórica bodega chilena creada en 1873 y establecida en la localidad de Panquehue, provincia de Aconcagua, a hora y media al norte de Santiago, a unos 70 kilómetros de la zona costera.
Panquehue, sometida a temperaturas más altas, cuenta históricamente con dos escenarios: uno más elevado, sobre cerros ondulantes y suelos rocosos de origen montañoso, y otro ubicado sobre subsuelos pedregosas en las riberas del río Aconcagua. Ambos facilitan la producción de cepas tintas de elevada calidad, como Cabernet Sauvignon, Carménère y, singularmente, Syrah. Otras bodegas destacadas son Seña, Von Siebenthal y Viña Barón Knyphausen.
Situación diferente se palpa en los vinos de Aconcagua Costa. Por su cercanía al mar, el clima allá es fresco y con neblina en las tardes, lo cual conduce a una maduración lenta. No menor es su suelo de pizarra triturada, que permite controlar el vigor del viñedo, asegurar su equilibrio y generar una inconfundible sensación de fineza y elegancia.
Un entorno así es ideal para variedades blancas como Chardonnay y Sauvignon Blanc, y tintas ligeras o de mediana intensidad como Pinot Noir, Merlot e, incluso, Syrah de clima frío. En todos estos casos hablamos de vinos frescos, jugosos, de buena acidez y excelente expresión aromática.
Las calificaciones otorgadas por la crítica se sitúan por encima de 90 puntos. Sin embargo, aún son pocas las bodegas que poseen viñedos allí, entre ellas Errázuriz, su filial Arboleda y Viña Montes.
Además de las tres anteriores está presente un proyecto experimental llamado Clos de Fous, conformado por innovadores viñateros como Pedro Parra (especialista en suelos), y François Massoc y Paco Leyton (enólogos).
Aunque sobresalen varias etiquetas, las mejor calificadas son aquellas de gama alta como Errázuriz Las Pizarras Chardonnay, Errázuriz Las Pizarras Pinot Noir, Montes Alpha Pinot Noir, Arboleda Chardonnay, Montes Outer Limits Zapallar Syrah, Arboleda Chardonnay y Clos des Fous Pucalan Arenaria Pinot Noir. En la gama intermedia despuntan Errázuriz Aconcagua Pinot Noir, Montes Limited Selection Pinot Noir y Errázuriz Max Reserva Sauvignon Blanc.
Con la inclusión de Aconcagua Costa, Chile fortalece su posición de liderazgo como promotor de zonas costeras frías para la viticultura, máxime cuando el acoso del calentamiento global obliga a buscar este tipo de escenarios.