Agüeros con comida para Año Nuevo: uvas, lentejas, espigas de trigo y más
Estas creencias juegan un papel especial en las celebraciones, ya que muchas personas buscan señales que atraigan prosperidad, abundancia, amor y buena suerte para nuevos ciclos.
Tatiana Gómez Fuentes
La palabra agüero tiene sus raíces en el latín y es derivada de augurium, un concepto que hacía referencia a los presagios o señales de los sacerdotes de la antigua Roma, que interpretaban para predecir el futuro. Estos augures observaban fenómenos naturales como el vuelo de las aves, y a partir de ellos creían poder adivinar el destino de los eventos importantes. Con el paso del tiempo, este término pasó a asociarse en español a cualquier señal o indicio que se percibe como una advertencia o presagio de lo que está por venir, ya sea favorable o desfavorable.
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La palabra agüero tiene sus raíces en el latín y es derivada de augurium, un concepto que hacía referencia a los presagios o señales de los sacerdotes de la antigua Roma, que interpretaban para predecir el futuro. Estos augures observaban fenómenos naturales como el vuelo de las aves, y a partir de ellos creían poder adivinar el destino de los eventos importantes. Con el paso del tiempo, este término pasó a asociarse en español a cualquier señal o indicio que se percibe como una advertencia o presagio de lo que está por venir, ya sea favorable o desfavorable.
La creencia que se encuentra presente en muchas culturas, puede involucrar elementos naturales como el comportamiento de los animales o fenómenos meteorológicos, así como hechos cotidianos relacionados con las acciones de las personas, manteniendo una fuerte conexión con hechos supersticiosos y con la idea de que el futuro puede ser anticipado a través de ciertos signos.
Luis Augusto Ramos, filósofo de profesión, afirma que los agüeros “forman parte del tejido cultural de muchos pueblos, siendo no solo un conjunto de supersticiones, sino una forma de interpretación del mundo que los rodea, y que con el paso del tiempo se han convertido en un lenguaje simbólico que conecta el plano tangible con el intangible”. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos se entienden de la misma manera en diversas culturas y en ocasiones lo que es visto como un presagio positivo en otros espacios indica mala suerte.
El canto del gallo al amanecer, que un pájaro entre a la casa, las mariposas negras, pasar por debajo de una escalera, los gatos negros, la visita de una luciérnaga, abrir las sombrillas en espacios cerrados, meterse debajo de la mesa para atraer el amor, y el “mal de ojo”, entre otros, son algunas creencias que están relacionadas con la prosperidad, la bendición del hogar, la muerte; o se traducen como el anuncio de desgracias o visitas inesperadas.
“Yo no olvido el año viejo porque me ha deja´o cosas muy bellas”
En Navidad y Año Nuevo, los agüeros juegan un papel especial en las celebraciones. Muchas personas buscan señales que les auguren prosperidad, amor y buena suerte para el nuevo ciclo que entra. Por ejemplo, se cree que comer 12 uvas al son de las campanadas de Año Nuevo trae suerte para cada mes del año siguiente, o que barrer la casa a medianoche aleja las malas energías. Asimismo, recibir el Año Nuevo con la puerta de la casa abierta, anuncia la llegada de bendiciones y abundancia. Estas tradiciones, cargadas de simbolismo, siguen siendo una forma popular de conectar con la esperanza y el deseo de un futuro mejor.
Aunque en la sociedad moderna, las supersticiones y los agüeros han perdido algo de fuerza, siguen siendo relevantes para muchas personas, sobre todo en momentos como las fiestas de fin de año, cuando luego de hacer algunos balances, las personas deciden remitirte a la tradición para tomar decisiones importantes. La gastronomía no es ajena a estas eventualidades. Algunos alimentos hacen parte de rituales y cierres para empezar a escribir días con más tranquilidad, plenitud y armonía. Aquí algunos ejemplos:
Comer 12 uvas
En muchos países, como España, México y Colombia, es común comerse 12 uvas al sonar las 12 campanadas de la medianoche, representando los 12 meses del año. La tradición dice que al momento de consumirlas se debe pedir un deseo para traer suerte y prosperidad para el año venidero.
La prueba del huevo
Otro agüero muy popular en las fiestas. Consiste en introducir un huevo crudo en un vaso de agua para luego dejarlo debajo de la cama por la tarde del 31 de diciembre. Al llegar el Año Nuevo, debe revisarse. Si el huevo se hundió, significa que la suerte no acompañará el año venidero, pero si, por el contrario, está flotando, es señal de que la buena fortuna adornará los días de quien hace el experimento con este alimento.
El ritual de la papa
Una creencia popular en Colombia que dice que deben botarse tres de ellas debajo de la cama. Una pelada en su totalidad, otra a medio pelar y la última con la cáscara completa. A las 12 de la noche, se debe elegir una al alzar y esta dará la predicción de cómo estará el bolsillo durante el año. Este agüero está relacionado con el concepto de abundancia.
Lentejas
Uno de los agüeros más comunes es el de poner lentejas en los bolsillos en Nochebuena, o justo en la víspera de Año Nuevo. Esta costumbre simboliza prosperidad, abundancia, buena salud, bienestar familiar y buena suerte para el año siguiente. Es una de esas tradiciones populares que se han transmitido de generación en generación en varias culturas, especialmente en países de América Latina y algunas partes de Europa. También se tiene la creencia de que poner lentejas en el plato de los niños durante la cena de Navidad, es un gesto simbólico que hace un llamado constante a la prosperidad y abundancia.
Arroz
Este alimento también se hace presente en las festividades. La superstición popular se mantiene viva en varias culturas, especialmente en América Latina. Se cree que este alimento tiene el poder de atraer la abundancia, la prosperidad y la buena suerte para el año venidero, así como las lentejas, con la diferencia de que este también es un símbolo de fertilidad, crecimiento y estabilidad.
Este agüero también se ve como una forma de asegurarse de que en el nuevo año no falte el sustento y que las finanzas estén en crecimiento, de ahí que muchas personas introduzcan algunos granos en sus bolsillos, mientras que otras, prefieren esparcirlo en los rincones de la casa, para “invitar” a la buena suerte y proteger el hogar de las malas energías.
La espiga de trigo
Con su forma alargada y llena de granos, ha sido históricamente un símbolo de cosecha y prosperidad. En el contexto del Año Nuevo, se cree que tener una espiga de trigo en la casa, o incluso llevarla consigo, puede asegurar un año lleno de abundancia, especialmente en lo que respecta a la economía, la familia y el trabajo. Suelen ubicarse en lugares estratégicos del hogar, como el comedor, haciendo una especie de ofrenda simbólica en busca de que las energías de prosperidad se “distribuyan” en el hogar.
Otra costumbre consiste en llevar una espiga de trigo en el bolsillo o en la billetera durante la primera hora del año nuevo. Este ritual tiene la intención de atraer el dinero, la estabilidad financiera y la buena suerte. La espiga de trigo, con sus granos, representa la multiplicación; se asocia con la creencia de que los bienes materiales se multiplicarán a lo largo del año.
En algunos lugares, las espigas de trigo se incluyen en los ramos de flores que se entregan como obsequio de Año Nuevo. Estos ramos, que pueden estar acompañados de otros elementos como rosas o hierbas aromáticas, son considerados como símbolos de renovación y buenos augurios para el futuro.
La champaña
El agüero de la champaña en Año Nuevo es una de las tradiciones más celebradas y populares durante las festividades de fin de año. Brindar a la medianoche del 31 de diciembre es la traducción de un simbolismo de celebración y renovación para el año venidero. Es un acto cargado de ritualidad, donde cada burbuja y cada brindis representan un deseo de prosperidad, salud, amor y éxito para todos los aspectos de la vida.
Más allá de la bebida, esta tradición se convierte en un ritual lleno de deseos. Las burbujas que suben en la copa simbolizan la alegría y la energía del nuevo ciclo, mientras que el brindis con amigos y familiares refuerza la unión y la celebración. En muchas culturas, este brindis se acompaña de otras costumbres, como comer 12 uvas. Es una oportunidad de dejar atrás lo viejo, recordar a los que ya no están, y abrir la puerta a lo que está por venir. La champaña, en su efervescencia, se convierte en un símbolo de renovación, de multiplicar las bendiciones, y de recibir el futuro con optimismo y esperanza.
El banquete de la prosperidad
En Año Nuevo, poner alimentos en la mesa para atraer abundancia y prosperidad es una tradición que simboliza el deseo de comenzar el nuevo ciclo con energías positivas y la esperanza de un año lleno de bendiciones. Cada alimento tiene un significado especial, y al compartir una comida generosa en la mesa, el agüero se asocia con la idea de que el hogar estará lleno de recursos, salud y bienestar.
Esta costumbre también refleja el agradecimiento por lo recibido y la intención de seguir adelante con optimismo, asegurando que, al recibir el nuevo año, no falten los frutos del esfuerzo y la dedicación. En esencia, la mesa de Año Nuevo se convierte en un acto simbólico de apertura hacia un futuro próspero, donde la abundancia no solo se refiere a lo material, sino también a lo emocional y espiritual.
¿Usted qué agüeros con alimentos conoce? Los leemos en los comentarios.
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