La embajada de Argentina en Madrid rindió homenaje esta semana al Malbec, su “vino insignia en el mundo”, tal y como lo definió el embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, en un acto celebrado en la sede diplomática en la capital española.
"Sean fieles al Malbec", dijo Alfonsín sobre este vino, del que destacó su importancia económica para la industria de su país.
Argentina es actualmente el principal productor a nivel global, con 44.387,50 hectáreas dedicadas a su producción, que representa el 38,6% del total de variedades tintas (de elaboración) y el 22,4% de la superficie total cultivada, siendo Malbec Luján de Cuyo la primera denominación de origen de América.
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La organización Wines of Argentina instauró en 2011 el 17 de abril como el Día Mundial del Malbec, una fecha que se ha convertido en el evento más importante de la industria vitivinícola del país sudamericano.
Con tal motivo, la embajada argentina en Madrid celebró un acto al que acudieron diplomáticos de países iberoamericanos y representantes de grupos gastronómicos, hoteles, distribuidores y grandes superficies.
Además, veintidós prestigiosas bodegas ofrecieron una degustación de sus vinos de esta cepa maridados en carne argentina. El evento sirvió además para que el presidente de la Academia Iberoamericana de Gastronomía, Rafael Ansón, presentara a la ciudad de Mendoza –donde se produce el 78% del vino argentino– como “Capital Iberoamericana de la Armonía Gastronómica y Protagonista del Vino”.
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El vino malbec fue llevado del suroeste de Francia a Argentina en 1852 por el ingeniero agrónomo Michel Aimé Pouget, consiguiendo que, cuando unos años después una plaga devastadora lo hizo desaparecer del país europeo, la única cepa original que quedara en el mundo estuviera en el país sudamericano.
Sobre la fecha escogida para celebrar su efeméride, hace referencia al día, en 1853, en el que se presentó en la legislatura mendocina un proyecto de ley para crear “la Quinta Normal y la Escuela de Agricultura” que dirigiría Pouget, quién inició el camino para convertir esta bebida en símbolo del vino argentino en el mundo.
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